Se realizó un encuentro en Buenos Aires entre productores arroceros y funcionarios nacionales para encontrar una salida. Existe la posibilidad de un crédito. La fábrica cierra el 30 de noviembre. Se llevaron a cabo varias marchas por las calles del pueblo para pedir por el no cierre a la fábrica de arroz.
Una luz de esperanza se deslumbra tanto para los trabajadores como para toda la población de la localidad de Romang, en el norte provincial, ya que existe una serie en encuentros para tratar de que la planta de arroz del pueblo no cierre sus puertas y pueda seguir siendo una fuente de trabajo para casi un centenar de empleados.
El pasado miércoles por la tarde, integrantes de la asociación de productores arroceros de la costa sanjavierina se reunieron en Buenos Aires con representantes de la empresa Molinos Río de la Plata –dueña de la planta en Romang–; también más tarde, acompañados por funcionarios y legisladores provinciales, mantuvieron distintos encuentros con representantes del Gobierno Nacional. El principal motivo es que la fábrica siga funcionando y así mantener la fuente de trabajo. Pero hasta el momento son sólo negociaciones y no existe nada concreto.
La principal preocupación surge a partir de que hace unos diez días en el Molino Arrocero de Romang, se desarrolló una reunión, de la cual participaron los empleados y el gerente de Recursos Humanos, Fernando Portero Castro, quien fue el encargado de transmitirle que la empresa cierra el 30 de noviembre, que es para cuando está previsto el término de las obras en las instalaciones de la nueva empresa que está montando Molinos Río de la Plata SA en Concepción del Uruguay.
Los argumentos de la firma multinacional es fusionar cuatro o cinco plantas de elaboración que tienen en distintos puntos del país en una sola y en este caso funcionaría en esa localidad entrerriana. Mientras tanto, las opciones para los empleados siguen siendo el retiro voluntario o el trasladarse a Concepción del Uruguay para seguir trabajar allí o en alguna otra ciudad donde la empresa tienen otros emprendimientos.
Las expectativas
Desde que se comunicó la noticia de cerrar la planta en Romang a mediados del año pasado, la preocupación reinó en todos los ámbitos. Hace unos días apareció una empresa interesada en la fábrica pero sólo recorrió las instalaciones, y no confirmó nada. En ese sentido, hay que destacar que la Empresa Molinos está abierta a la posibilidad de vender.
Al respecto aseguraron que en definitiva “nosotros queremos y garantizamos la continuidad de trabajo a todos los empleados, ya sea con nosotros o aquellos que deciden firmar el retiro voluntario, le ponemos una ONG a disposición para que puedan emprender el proyecto que elija cada uno de los trabajadores”.
De todas maneras, en el caso de no llegar a definir nada antes del 30 de noviembre, la planta quedará solamente para acopio y quedarían entre 5 o 6 empleados operando en esa actividad. Lo concreto hasta el momento es que si nadie aparece con otra oferta e interesada a querer comprar la empresa, la fábrica de arroz de Romang deja de funcionar el 30 de noviembre de 2011.
Encuentros positivos
El senador por el departamento San Javier, José Baucero, también participó de las reuniones que se llevaron a cabo el miércoles pasado en Buenos Aires para tratar de encontrarle una salida al conflicto y así evitar el cierre de la fábrica. El legislador provincial contó en un medio de la localidad de Romang que primero se reunieron con representantes de Molinos Río de la Plata y luego con distintos funcionarios del Gobierno Nacional.
“A partir de que conocí la situación del molino conseguí una serie de audiencias importantes en la ciudad de Buenos Aires. En primer lugar fuimos a hablar con el subsecretario de Industria de la Nación, Javier Rando, que depende del Ministerio de Industria, quien estaba interiorizado del problema del molino a través de los medios de comunicación. Los arroceros le contaron la situación e inmediatamente habló con el ministro Amado Boudou y nos mandaron a reunirnos con Carolina Maurer”, detalló el senador departamental.
Carolina Maurer es subsecretaria de Promoción y Financiamiento de la Pequeña y Mediana Empresa que depende también del Ministerio de Industria, estas áreas dependen de la cartera nacional al mando de Débora Giorgi. “Ambas reuniones fueron importantes ante la posibilidad de conseguir los recursos y eso es posible, es viable, pero no queremos generar falsas expectativas hasta no tener nada confirmado. Dimos un paso muy importante y nos vamos a aferrar a eso y vamos a trabajar sobre el tema en los próximos días”, agrego José Baucero.
Al mismo tiempo aseguró: “Hay una voluntad política del Gobierno Nacional y si hay una figura donde se puedan bajar los recursos como préstamos con devoluciones a años se van a aportar para salvar la fuente de trabajo y garantizar el crecimiento de la zona”.
Más adelante con mucho optimismo el senador por el departamento San Javier dijo: “Soy muy optimista, muchas veces me dio satisfacciones y otra me llevó a chocarme contra una pared, pero creo que hay una luz de esperanza que la vamos a cuidar y a proteger, pero para que eso se dé vamos a luchar mucho.
En mi caso voy a hacer el esfuerzo que sea necesario, los viajes que sean necesarios para participar de las audiencias que sean necesarias para así poder lograr entre todos que el molino siga funcionando, para que la gente siga teniendo su trabajo, en su pueblo y que Romang siga creciendo como lo vino haciendo al lado del molino, porque la fábrica es el corazón de los romanenses”. Lo cierto es que ahora habrá que esperar qué respuestas tienen desde la Nación para saber si sigue el molino con las puertas abiertas.
El pasado miércoles por la tarde, integrantes de la asociación de productores arroceros de la costa sanjavierina se reunieron en Buenos Aires con representantes de la empresa Molinos Río de la Plata –dueña de la planta en Romang–; también más tarde, acompañados por funcionarios y legisladores provinciales, mantuvieron distintos encuentros con representantes del Gobierno Nacional. El principal motivo es que la fábrica siga funcionando y así mantener la fuente de trabajo. Pero hasta el momento son sólo negociaciones y no existe nada concreto.
La principal preocupación surge a partir de que hace unos diez días en el Molino Arrocero de Romang, se desarrolló una reunión, de la cual participaron los empleados y el gerente de Recursos Humanos, Fernando Portero Castro, quien fue el encargado de transmitirle que la empresa cierra el 30 de noviembre, que es para cuando está previsto el término de las obras en las instalaciones de la nueva empresa que está montando Molinos Río de la Plata SA en Concepción del Uruguay.
Los argumentos de la firma multinacional es fusionar cuatro o cinco plantas de elaboración que tienen en distintos puntos del país en una sola y en este caso funcionaría en esa localidad entrerriana. Mientras tanto, las opciones para los empleados siguen siendo el retiro voluntario o el trasladarse a Concepción del Uruguay para seguir trabajar allí o en alguna otra ciudad donde la empresa tienen otros emprendimientos.
Las expectativas
Desde que se comunicó la noticia de cerrar la planta en Romang a mediados del año pasado, la preocupación reinó en todos los ámbitos. Hace unos días apareció una empresa interesada en la fábrica pero sólo recorrió las instalaciones, y no confirmó nada. En ese sentido, hay que destacar que la Empresa Molinos está abierta a la posibilidad de vender.
Al respecto aseguraron que en definitiva “nosotros queremos y garantizamos la continuidad de trabajo a todos los empleados, ya sea con nosotros o aquellos que deciden firmar el retiro voluntario, le ponemos una ONG a disposición para que puedan emprender el proyecto que elija cada uno de los trabajadores”.
De todas maneras, en el caso de no llegar a definir nada antes del 30 de noviembre, la planta quedará solamente para acopio y quedarían entre 5 o 6 empleados operando en esa actividad. Lo concreto hasta el momento es que si nadie aparece con otra oferta e interesada a querer comprar la empresa, la fábrica de arroz de Romang deja de funcionar el 30 de noviembre de 2011.
Encuentros positivos
El senador por el departamento San Javier, José Baucero, también participó de las reuniones que se llevaron a cabo el miércoles pasado en Buenos Aires para tratar de encontrarle una salida al conflicto y así evitar el cierre de la fábrica. El legislador provincial contó en un medio de la localidad de Romang que primero se reunieron con representantes de Molinos Río de la Plata y luego con distintos funcionarios del Gobierno Nacional.
“A partir de que conocí la situación del molino conseguí una serie de audiencias importantes en la ciudad de Buenos Aires. En primer lugar fuimos a hablar con el subsecretario de Industria de la Nación, Javier Rando, que depende del Ministerio de Industria, quien estaba interiorizado del problema del molino a través de los medios de comunicación. Los arroceros le contaron la situación e inmediatamente habló con el ministro Amado Boudou y nos mandaron a reunirnos con Carolina Maurer”, detalló el senador departamental.
Carolina Maurer es subsecretaria de Promoción y Financiamiento de la Pequeña y Mediana Empresa que depende también del Ministerio de Industria, estas áreas dependen de la cartera nacional al mando de Débora Giorgi. “Ambas reuniones fueron importantes ante la posibilidad de conseguir los recursos y eso es posible, es viable, pero no queremos generar falsas expectativas hasta no tener nada confirmado. Dimos un paso muy importante y nos vamos a aferrar a eso y vamos a trabajar sobre el tema en los próximos días”, agrego José Baucero.
Al mismo tiempo aseguró: “Hay una voluntad política del Gobierno Nacional y si hay una figura donde se puedan bajar los recursos como préstamos con devoluciones a años se van a aportar para salvar la fuente de trabajo y garantizar el crecimiento de la zona”.
Más adelante con mucho optimismo el senador por el departamento San Javier dijo: “Soy muy optimista, muchas veces me dio satisfacciones y otra me llevó a chocarme contra una pared, pero creo que hay una luz de esperanza que la vamos a cuidar y a proteger, pero para que eso se dé vamos a luchar mucho.
En mi caso voy a hacer el esfuerzo que sea necesario, los viajes que sean necesarios para participar de las audiencias que sean necesarias para así poder lograr entre todos que el molino siga funcionando, para que la gente siga teniendo su trabajo, en su pueblo y que Romang siga creciendo como lo vino haciendo al lado del molino, porque la fábrica es el corazón de los romanenses”. Lo cierto es que ahora habrá que esperar qué respuestas tienen desde la Nación para saber si sigue el molino con las puertas abiertas.
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