El único detenido por el crimen de Nicolás Meza (11), ocurrido en Alto Verde el 26 de julio, ayer quedó en libertad. Se trata de Rolando El Rengo González (36), quien se entregó a la Justicia el 10 de agosto pasado, luego de que el juez de Instrucción Penal, Jorge Pegassano, librara un pedido de información sobre su paradero.
Rolando González estuvo siete días detenido en la comisaría 4ª, sin embargo el testimonio del tío de Nicolás, Jesús Meza, fue un elemento determinante para su liberación.
“Desde la Fiscalía Nº 3 –a cargo de Mariela Jiménez- no se presentaron pruebas que lo pudieran situar como partícipe necesario del hecho. Es que los testimonios de los familiares de Nicolás fueron contundentes respecto de no situarlo al Rengo en la escena del crimen y en el momento del hecho”, indicaron fuentes tribunalicias.
De todas maneras, la falta de mérito es una medida provisoria. Es decir que Rolando González no queda absolutamente desvinculado del caso, sino que no se encontraron pruebas suficientes para sobreseerlo o para inculparlo. Además, aún resta un plazo de 90 días para presentar nuevas pruebas, si fuera necesario.
“No fue planificado”
“Ayer, (por el martes) prestó declaración la mamá de Nicolás y el tío, Jesús Meza. Este último testimonio fue muy contundente en expresar que El Rengo lo que hizo fue auxiliarlo a su hermano, pero que no estaba en el lugar cuando Diego González le dispara a Nicolás. En principio, tampoco se configura la categoría de partícipe necesario porque no fue planificado, él no sabía que a Diego González se le iba a descomponer el auto”, agregaron los consultados.
Según la primera reconstrucción de hecho, el crimen de Nicolás ocurre cuando Diego González perseguía a otro hombre, conocido como El Porteño, porque éste le había robado. En su declaración, El Porteño dijo que “se estaba guardando” porque Diego lo perseguía pero negó haber visto a Rolando González.
De esta manera, la sección Homicidios de la policía provincial continúa tras el rastro de los otros dos imputados por el crimen, Martín El Entrerriano Aguilar y Diego González, este último sería el autor material del homicidio de Nicolás.
Mientras juntaba leña
El martes 26 de julio, Nicolás había estado pescando. Desde muy chico, su abuelo y su tío le habían enseñado las mejores técnicas “y él tenía una destreza natural para hacerlo”, contó Carolina, la mamá de Nicolás. “Estaba muy contento porque había sacado un patí. Cuando yo salí a hacer unos mandados, él lo estaba asando. «Me está quedando medio crudo», le dijo al abuelo y se cruzó frente a un descampado a 20 metros de su casa para buscar leña”, recordó la mujer.
Nicolás estaba con su hermana Silvia (14) que es hipoacúsica y otro chico (de 13 años) juntando troncos cuando pasó corriendo un muchacho (que luego sería identificado como El Porteño). Se escapaba de Diego González (34), quien enfurecido rodeó el cuello de Nicolás con el brazo, a los gritos le preguntó hacia dónde había corrido el joven y le disparó al chico en la nuca.
El proyectil calibre 9 mm le traspasó el tórax y murió en forma inmediata. Tenía todo el cuello lleno de moretones: “Los médicos forenses nos explicaron que son porque intentó zafarse, luchar por su vida, y que D.G. lo apretó tan fuerte que le provocó esas lesiones”.
Al día siguiente, Nicolás hubiera cumplido 12 años. Cuando Carolina llegó al lugar, Nicolás estaba en brazos de Silvia, que lloraba y –como podía– en medio de tanto dolor explicaba lo que había pasado.
“Desde la Fiscalía Nº 3 –a cargo de Mariela Jiménez- no se presentaron pruebas que lo pudieran situar como partícipe necesario del hecho. Es que los testimonios de los familiares de Nicolás fueron contundentes respecto de no situarlo al Rengo en la escena del crimen y en el momento del hecho”, indicaron fuentes tribunalicias.
De todas maneras, la falta de mérito es una medida provisoria. Es decir que Rolando González no queda absolutamente desvinculado del caso, sino que no se encontraron pruebas suficientes para sobreseerlo o para inculparlo. Además, aún resta un plazo de 90 días para presentar nuevas pruebas, si fuera necesario.
“No fue planificado”
“Ayer, (por el martes) prestó declaración la mamá de Nicolás y el tío, Jesús Meza. Este último testimonio fue muy contundente en expresar que El Rengo lo que hizo fue auxiliarlo a su hermano, pero que no estaba en el lugar cuando Diego González le dispara a Nicolás. En principio, tampoco se configura la categoría de partícipe necesario porque no fue planificado, él no sabía que a Diego González se le iba a descomponer el auto”, agregaron los consultados.
Según la primera reconstrucción de hecho, el crimen de Nicolás ocurre cuando Diego González perseguía a otro hombre, conocido como El Porteño, porque éste le había robado. En su declaración, El Porteño dijo que “se estaba guardando” porque Diego lo perseguía pero negó haber visto a Rolando González.
De esta manera, la sección Homicidios de la policía provincial continúa tras el rastro de los otros dos imputados por el crimen, Martín El Entrerriano Aguilar y Diego González, este último sería el autor material del homicidio de Nicolás.
Mientras juntaba leña
El martes 26 de julio, Nicolás había estado pescando. Desde muy chico, su abuelo y su tío le habían enseñado las mejores técnicas “y él tenía una destreza natural para hacerlo”, contó Carolina, la mamá de Nicolás. “Estaba muy contento porque había sacado un patí. Cuando yo salí a hacer unos mandados, él lo estaba asando. «Me está quedando medio crudo», le dijo al abuelo y se cruzó frente a un descampado a 20 metros de su casa para buscar leña”, recordó la mujer.
Nicolás estaba con su hermana Silvia (14) que es hipoacúsica y otro chico (de 13 años) juntando troncos cuando pasó corriendo un muchacho (que luego sería identificado como El Porteño). Se escapaba de Diego González (34), quien enfurecido rodeó el cuello de Nicolás con el brazo, a los gritos le preguntó hacia dónde había corrido el joven y le disparó al chico en la nuca.
El proyectil calibre 9 mm le traspasó el tórax y murió en forma inmediata. Tenía todo el cuello lleno de moretones: “Los médicos forenses nos explicaron que son porque intentó zafarse, luchar por su vida, y que D.G. lo apretó tan fuerte que le provocó esas lesiones”.
Al día siguiente, Nicolás hubiera cumplido 12 años. Cuando Carolina llegó al lugar, Nicolás estaba en brazos de Silvia, que lloraba y –como podía– en medio de tanto dolor explicaba lo que había pasado.
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