El trabajo despertó inquietud
entre vecinos de la Costanera, también molestos por el ruido que genera.
La universidad aclaró que se hicieron los estudios correspondientes y
que el nivel de ejecución es de 90%.
Desde hace 8 meses una draga funciona en la laguna Setúbal. Allí extrae
arena para trasladarla por cañerías hasta un predio de 6 hectáreas que
la Universidad Nacional del Litoral rellena para ganar terrenos. Los
trabajos provocaron la inquietud de varios vecinos de la zona por los
ruidos molestos que generan (ver aparte) y por el impacto ambiental en
el lecho del espejo de agua. Así quedó manifiesto en varios mensajes
recibidos por el Buzón de Lectores de El Litoral.
Ante estos reparos, el director de Obras y Servicios de la UNL, Marcelo
Saba, confirmó que antes del inicio de las tareas se gestionaron los
permisos ante la Subsecretaría de Puertos y Vías Navegables de la Nación
y se presentaron ante Medio Ambiente de la provincia los estudios de
impacto ambiental sobre el yacimiento de extracción y sobre el recinto
donde se deposita el material extraído, para garantizar el respeto al
entorno natural. También remarcó que el lugar seleccionado no es el más
conveniente desde el punto de vista económico (los costos para trasladar
el material son más altos) pero sí desde la óptica ambiental.
Incluso la UNL -que trabaja con un equipo de profesionales de la
Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas- decidió antes de presentar
la primera planimetría, realizar un relevamiento de la situación general
de la Setúbal. Tras ese relevamiento se decidió un punto de extracción
donde se consideró que la distancia hacia la costa, aún cuando aumentaba
económicamente el valor de la obra, garantizaba que no se modifique la
situación hidráulica del espejo de agua.
Tras definir el punto del yacimiento, la universidad inició un proceso
que les llevó un año para conseguir los permisos. En primera instancia
ante la Subsecretaría de Vías Navegables de la Nación, con lo cual
habilitó en segundo término los permisos locales ante la cartera de
Medio Ambiente. “Tuvimos que demostrar, según las exigencias de la ley
provincial, que esto tiene un impacto favorable. Ahí pesó que la mayor
cantidad de superficie de refulado va a ser verde, permeable y respetar
la reserva ecológica. La UNL necesita crecer, pero no de cualquier
manera”, aseguró Saba.
Por otra parte, se propuso al Ministerio de Aguas que se realice un
monitoreo mensual conjunto para medir los alcances de los trabajos. Esta
tarea implica el control de la posición de la draga, y de que las
profundidades sean las correctas. Y para eso se labra un acta que luego
se incluye en el expediente de la obra. Esta supervisión, según Saba, se
vino haciendo en forma sistemática, pero además existe un seguimiento
constante a través de un monitoreo satelital, por parte de los
profesionales a cargo de los trabajos para que la draga en todo momento
respete la zona de extracción autorizada.
Los trabajos
Las obras que realiza la UNL gracias a un convenio en el Ente
Administrador del Puerto de Santa Fe consisten en el dragado de arena de
un yacimiento de 450 por 150 metros para refular 6 hectáreas al este de
la ciudad universitaria, que al momento de arrancar estaban unos 4,5
metros por debajo del nivel en que se ubican las dependencias
educativas.
El proceso arranca en la draga ubicada en el yacimiento, a unos mil
metros de la Costanera Este. En ese punto se extrae el material, que
está compuesto por más de un 95% de agua y alrededor de un 5 % de arena,
que se traslada a través de cañerías hasta una estación de rebombeo
tipo booster que se colocó cerca de la orilla, que otorga al material
extraído la capacidad para cubrir los 1.500 metros de caño que faltan
para llegar al predio a refular. Allí lo que queda es la arena, mientras
que el agua sobrante es rebombeada nuevamente a la laguna.
Al respecto, el gerente de Ingeniería y Desarrollo del Ente
Administrador del Puerto de Santa Fe, Sebastián Alonso, aseguró que otro
aspecto que tuvo en cuenta al entorno natural es que el agua que sobra
en el proceso de traslado de materiales, no se vuelca a la zona de la
reserva, sino que se devuelve al lecho del río pero a través de un canal
habilitado especialmente para el agua de descarte de la actividad.
Quejas por los ruidos
Un denominador común de los mensajes que llegaron al Buzón de El Litoral
fue la queja por el ruido provocado por los motores de la draga que,
según plantean los vecinos, genera molestias en las horas de descanso.
Sebastián Alonso, gerente de Ingeniería y Desarrollo del Ente
Administrador del Puerto de Santa Fe admitió que es una “debilidad”
dentro del desarrollo de la obra, pero también admitió que con este
grado de avance y cuando restan entre 30 y 50 días para culminar los
trabajos, no sería viable cambiar la metodología.
“Entendemos que pudo haber sido una debilidad el ruido, ayudado con
vientos particulares. Pero el impacto es netamente auditivo, no es una
contaminación extrema. Reconocemos esa debilidad, que se acentúa por la
cercanía, pero al poner en la balanza lo ambiental y esa molestia, son
esos cabezales en una matriz de impacto que quedan semimitigado”,
añadió.
De todas formas, y para ensayar una respuesta, el director de Obras de
la UNL, Marcelo Saba, recordó que hoy la draga está trabajando sólo los
días de semana. “Aunque al principio queríamos llegar a una curva de
rendimiento buena, hoy economiza parar los fines de semana, no molesta
desde el viernes a la tarde hasta el lunes”, remarcó.
Otras obras de refulado
Anteriores a ésta, hubo otros trabajos similares para rellenar terrenos en la zona de:
>> Playa Grande
>> Predio UNL ATE
>> Barrio El Pozo
>> Conicet