Familiares de soldados caídos durante la guerra. Foto: Télam
Unos 800 familiares de caídos en la guerra de Malvinas
viajaron a lo largo de estos 30 años a las islas para visitar el
cementerio de Darwin y honrar la memoria de los 649 muertos durante el
conflicto.
Los viajes fueron organizados por la Comisión de Familiares de Caídos
en Malvinas, que congrega a unas 550 familias y es presidida por
Delmira Cao, la madre del soldado maestro, Julio Cao, cuya famosa carta a
sus alumnos será leída desde este año en todas las escuelas en homenaje
a los caídos.
En Darwin se encuentran enterrados 237 combatientes -de los cuales
123 no están identificados- pero un monumento con enormes placas negras,
inaugurado en 2009, recuerda el nombre de todos los muertos en el
conflicto, incluidos los 343 tripulantes del General Belgrano, cuyos
restos quedaron en el océano.
Según datos de la comisión, que tiene a su cargo la administración
del cementerio, desde que terminó la guerra se realizaron un total de 27
viajes a Darwin con familiares y 2 a la zona del hundimiento del
crucero.
A modo de balance de estos 30 años, el apoderado de la comisión,
César Trejo, señaló que los familiares de los caídos "han transitado
este tiempo con un duelo que encontró el necesario anclaje en la
comprensión de que la pérdida personal tiene que ver con un proceso
histórico, que nos excede a cada uno".
"Para cerrar el dolor personal hace falta esa mirada histórica,
porque perder un hijo significa para cualquier persona el mismo dolor,
pero cuando se encuentra un sentido en el contexto de la historia,
empieza a tener una diferenciación con la muerte por un mero accidente",
sostuvo en diálogo con Télam.
La comisión de familiares se conformó apenas concluida la guerra, en
los mismos cuarteles o unidades militares donde padres, madres y
hermanos se congregaban para buscar información sobre los seres queridos
que no regresaron al continente.
"Rápidamente se materializó la necesidad de ir a las islas", recuerdó
Trejo, y enseguida recordó que el primer intento fallido fue en 1983,
cuando el barco Lago Lacar casi vuelca con 80 familiares a bordo por las
difíciles condiciones climáticas.
Tras un largo período de negociaciones entre los gobiernos argentino y
británico, el primer viaje de 381 familiares se realizó finalmente en
marzo de 1991, coordinado por el Comité Internacional de la Cruz Roja.
"A partir del ´96 se hicieron viajes más cortos con vuelos charters y
desde el ´99 vinieron los vuelos regulares", indicó Trejo, en
referencia al acuerdo entre ambos países que reestableció los contactos
aéreos semanales, con escala en Río Gallegos.
En 2009, se inauguró en Darwin un viejo anhelo de la comisión de
familiares: un cenotafio que tardó 6 años en construirse en el
continente, a cargo de los arquitectos Mónica Cordero y Carlos D`Aprile,
y que consta de dos muros curvos de 26 metros de desarrollo y una
altura de 2 metros, con 24 placas de granito que tienen grabados los
nombres de los caídos en orden alfabético.
En el centro de los muros se levanta una cruz de 3 metros y en el
extremo derecho se encuentra la ermita donde fue entronizada una imagen
de la Virgen de Luján que recorrió 63 mil kilómetros en el continente,
desde la Quiaca hasta la Base Marambio en la Antártida.
Si bien la comisión respeta el pedido de un grupo de ex combatientes
-liderados por el CECIM de La Plata- de identificación de los soldados
que permanecen como NN -con la leyenda "Soldado argentino sólo conocido
por Dios"- advirtieron que "siempre existe el peligro latente de reabrir
heridas de familiares que ya construyeron ese duelo".
"Si se convierte en un festival de huesos será algo muy oprobioso y
doloroso. Vamos a acompañar el pedido sólo si existe unanimidad entre
los familiares y se hace en un marco de respeto, resguardando la
sensibilidad de todos", advirtió Trejo.
A diferencia de lo que piensan los ex combatientes, que solicitaron
la intervención del Equipo Argentino de Antropología Forense para la
identificación, los familiares sostienen que "no se puede equiparar" los
muertos de Malvinas con los desaparecidos durante la dictadura militar.
"No hay un problema de identidad, sino de identificación de las
tumbas. No hay desaparecidos en Malvinas y el motivo de las muertes fue
distinta" explicó Trejo, aunque reconoce la existencia de abusos y
torturas de soldados por parte de sus propios superiores, y que en algún
caso la muerte se pudo haber producido por esos motivos.
Pese al 30 aniversario, no hay previsto para este año ningún nuevo
viaje de familiares, a la espera de una definición en el tema de los
vuelos regulares que llegan a las islas.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner apunta a renegociar con
Gran Bretaña los acuerdos firmados en 1999 y, en ese marco, propuso
aumentar la frecuencia de vuelos a las Malvinas pero desde Buenos Aires,
y con servicios de Aerolíneas Argentinas.
"Por ahora, no vamos a hacer nada ni vamos a participar de nada que
pueda ser usado por los británicos en su política de distención porque
significa contradecir la política de endurecimiento del gobierno
nacional para recuperar las islas", explicó el apoderado de la comisión.