Fue a las 15 de ayer en bulevar
Oroño y Jorge Cura. Actuaron cuatro pibes en dos motos. La víctima tenía
23 años y un par de antecedentes penales. Buscan a los homicidas.
Un joven de 23 años fue
acribillado de seis balazos la tarde de ayer cuando estaba en compañía
de otro muchacho en Oroño y La Broca (calle que es continuación de Jorge
Cura al este del bulevar). Habían pasado pocos minutos de las 15 cuando
en el lugar aparecieron dos motos de baja cilindrada con dos muchachos a
bordo de cada una de ellas. Entonces, uno de los recién llegados
anunció: "Acá está, te encontramos". Después se escucharon seis
detonaciones de armas de fuego y el joven morocho y de contextura
robusta que estaba debajo de un árbol cayó sin vida al piso.
Víctima de la ejecución fue Gabriel
Melián, con antecedentes por lesiones y robo calificado. El muchacho se
encontraba junto a un menor que alcanzó a refugiarse de los tiros en un
minimarket de la ochava. Tras ello, ese chico salió a la carrera y a
unos diez metros del comercio, sobre el bulevar, se deshizo de un
revolver calibre 32 largo con cinco balas intactas.
Camiseta suplente. "Eran
dos motos con dos chicos en cada una. Uno de ellos tenía puesta una
camiseta suplente de Newell\'s. Eran jóvenes, casi chicos. Cuando vieron
al muchacho gritaron, se pararon y lo apuntaron. El pibe que estaba
apoyado en el árbol no tuvo tiempo a nada, pero el otro pudo correr",
dijo un testigo que prefirió mantener su identidad en reserva. Y acotó
con un dejo de ironía: "Si esto hizo el jugador suplente, lo que hará el
titular".
Según pudo reconstruir la policía, la
víctima estaba hacía largo rato tomando una cerveza bajo uno de los
árboles de calle La Broca. "Hace como tres días que viene ese chico por
acá. Yo lo vi varias veces. Es que en ese bar se junta gente rara",
sostuvo una vecina en referencia al minimarket de la ochava frente al
cual ocurrió el homicidio.
La muerte en este caso entró rápida y
salvaje. De la primera moto que interceptó a la víctima se bajó un
muchacho con un revólver y disparó tres veces sobre la humanidad de
Melián. Luego bajó otro muchacho de la moto que acompañaba a la primera y
disparó otros tres tiros.
En el aire retumbaron las seis
detonaciones asustando al vecindario y a los numerosos conductores que a
esa hora circulaban por la transitada esquina. Incluso, en la estación
de servicios que se encuentra frente al lugar, más de uno se tiró al
piso pensando lo peor. Fue desde esa estación que se cruzaron dos
jóvenes agentes de policía encargadas de la custodia del comercio para
ver qué había pasado. "Le tiraron y las dos motos se fueron por La Broca
para abajo", le dijo un vecino a las agentes cuando ya los malhechores
habían fugado.
El cuerpo de Melián estaba rociado de
tiros, algunos de ellos en la cabeza y otros en el resto del cuerpo.
"Para mí que lo estaban buscando. Fueron directo a él. Los que tiraron
eran más bien pibes y no estaban nerviosos. Es más, en un momento
parecía que volvían para seguir tirando pero se fueron", sostuvo otro
vecino de las inmediaciones que prefirió no dar su nombre.
Desde el minimarket de la esquina,
cuyos grandes ventanales dan hacia el lugar donde cayó Melián, nadie vio
nada y sólo escucharon "unos disparos".
Tras la llegada de la policía, el
cadáver fue tapado con cartones y desvestido para que el forense haga su
primera constatación. Quienes requisaron la escena dijeron que Melián
llevaba un jean y debajo un pantalón buzo además de dos camisetas
superpuestas, viejo ardid de algunos ladrones que en la huida se quitan
prendas para no ser identificados. Allí los pesquisas secuestaron un
celular de bajo costo, una sevillana, algo de dinero, documentación de
una moto de alta cilindrada y el revólver 32 largo cargado que arrojó en
su huida el amigo de la víctima.
"El chico tiene un par de antecedentes y
en su documento figura un domicilio de Italia al 2800" dijeron los
pesquisas, aunque luego comprobaron que ya no vivía más allí y que su
padre "está afincado en La Tablada".
Para la policía se trató de una ajuste
de cuentas, o al menos eso sostenían anoche teniendo en cuenta las
características de la ejecución y la búsqueda que los homicidas hicieron
de Melián, otro número más en la lista de los asesinados de 2012 en
Rosario.
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