Es un nuevo cargo que creará el Ministerio de Seguridad en 51 localidades de la provincia. Se pretende que estos jefes tengan una mayor relación con la población y las instituciones políticas y sociales. También avanzarán con el nombramiento de los coordinadores de la cartera del Ministro Raúl Lamberto en los nodos Rosario, Santa Fe y Reconquista. Y a mediano plazo de la reestructuración de las unidades regionales.
El Litoral |
El Ministerio de Seguridad prepara una serie de cambios de fondo en la estructura de la Policía, que tendrá como primeros eslabones de un plan a mediano plazo las designaciones de jefes de policía en 51 ciudades de la provincia y de los coordinadores de la cartera que dirige Raúl Lamberto en los cinco nodos. Ya fueron nombrados dos “delegados” en Rafaela y Venado Tuerto, donde asumieron Pedro Morini y Oscar Pieroni, respectivamente, pero en los próximos se completará la grilla con la designación de otros funcionarios en Rosario, Santa Fe y Reconquista.
Estas medidas -según informaron fuentes del Ministerio de Seguridad a El Litoral- se pondrán en marcha en las próximas semanas, y a mediano plazo se cambiará la estructura de las 19 unidades regionales que actualmente hay en la Policía. Como ya había adelantado Lamberto, la idea es que converjan en sólo cinco unidades territoriales, una por cada nodo.
Coyuntura
Estos cambios se ensayan en una coyuntura compleja en el plano de la seguridad pública, con problemas serios en las dos principales ciudades de la provincia, como Santa Fe y Rosario, donde la violencia supura de una forma cada vez más descarnada a partir de un incremento de los índices delictivos. Los reclamos y las demandas transgredieron la horizontalidad de la calle y se trasladaron también al plano político, incluso dentro del Frente Progresista. La llegada de dos mil gendarmes a Rosario parece haber descomprimido la bronca social a partir de la visibilidad de los patrullajes de las fuerzas nacionales, pero en Santa Fe -que no recibirá refuerzos de las tropas federales- el escenario recarga preocupación por el incremento de los crímenes y hechos violentos.
La apuesta de fondo de estos cambios, según interpretan en el Ministerio de Seguridad, es dotar -a través de otra estructura institucional- de un mayor control civil y político a la fuerza. El jefe de policía de ciudad deberá tener una relación más directa con la población y con las instituciones políticas y sociales de cada localidad. Su preocupación no estará ceñida a las tareas administrativas, que seguirán a cargo de la Unidad Regional donde se centralizarán las cuestiones burocráticas hasta que finalice la transición y se terminen de conformar las jefaturas territoriales de los nodos. La apuesta es que el jefe policial de cada ciudad tenga mayor capacidad operativa en el terreno y mantenga vínculos más fluidos con los intendentes y concejales que muchas veces son los que reciben los reclamos y denuncias por inseguridad de parte de la ciudadanía.
Consultas
Este nuevo esquema surgió, de acuerdo con la visión del Ministerio de Seguridad, después de consultas con especialistas, que recomendaron que las modificaciones deben ser siempre en el ámbito institucional con una separación muy marcada entre los planos policial y político. “Si se quiere hacer algo seriamente no sirven los cambios de nombres, porque al poco tiempo todo vuelve a ser igual”, apuntaron. Actualmente, el jefe de la Unidad Regional está más inmiscuido en tareas administrativas que en el plano de la conducción operativa de una fuerza que está atomizada en áreas que muchas de ellas han perdido la capacidad de acción, por ser concebidas en otra coyuntura. Se prevé que el jefe de policía de ciudad pueda contar con más personal para patrullar y utilizar en la prevención del delito.
Efectivos
En este esquema, tendrán un rol importante, según presumen en el Ministerio de Seguridad, los cadetes del Instituto de Seguridad Pública de Santa Fe (Isep) que podrán salir a la calle con un solo año de formación. A principios de 2015, podrían contar con entre 1.700 y 2.000 uniformados más, a los que se sumarán los efectivos retirados que fueron convocados para tareas administrativas y de control de puntos fijos. Y también los uniformados capacitados en el marco de la policía comunitaria. A mediados de año, está previsto que estén listos los resultados de los dos concursos para los ascensos en la fuerza, por lo que se concretará según explicaron un recambio generacional en la fuerza a partir de un esquema de ascensos diferente al actual, en el que sólo la antigüedad (y muchas veces los pagos encubiertos) tenían más peso que otras capacidades técnicas.