El ocaso de Carlos Reuteman, Jorge Obeid y Agustín Rossi.
A pesar de que enfrentó a ocho coaliciones diferentes, las elecciones primarias tuvieron un componente de puja interna en las fuerzas políticas. El Partido Justicialista fue parte de las dos principales alianzas: la encabezada por Cristina Fernández de Kirchner, y otra liderada por Eduardo Duhalde, referente del Peronismo Federal.
Este escenario obligó al PJ a dividirse en la mayoría de las provincias, definiendo en el resultado el rumbo que tomará el partido en cada distrito. En Santa Fe, la puja se convirtió en una verdadera interna partidaria cuyo resultado dejó atrás a quienes hasta hace poco gobernaban el peronismo: Carlos Reuteman y Jorge Obeid.
Tanto el senador como el diputado perdieron sus lugares de privilegio. Un "seleccionado de sub-50" consiguieron la victoria para la presidenta y se convirtieron en protagonistas de una nueva etapa del justicialismo santafesino, ahora alineado definitivamente con la Casa Rosada tras el conflicto con el campo.
En el PJ santafesino hacía tiempo que se hablaba de renovación, pero la generación sub-50 no encontraba canales para expresarse, ante un peronismo que todavía confiaba en los mismos nombres perdieron el gobierno provincial ante el socialista Hermes Binner en 2007.
El kirchnerismo siempre mantuvo relaciones distantes y cordiales con Reutemann y Obeid, aunque confió en ellos, y dejó espacio para que crezcan referentes más jóvenes. Agustín Rossi representó fielmente a la fuerza, pero su estilo autónomo no convencía a un Néstor Kirchner que priorizaba la obediencia, y apenas logró un tibio apoyo de la Casa Rosada sólo cuando ganó las primarias provinciales del PJ.
La derrota de Rossi en las generales a Gobernador lo volvieron a llevar al freezer. Su competidor directo, el intendente de Rafaela, Omar Perotti, consiguió la venia del oficialismo para llevar adelante la campaña de Cristina Kirchner, quien lo ungió como su principal alfil en la lista de diputados.
Perotti, a diferencia de Rossi, es flexible: mantiene buenas relaciones tanto con la Casa Rosada pero también con sus adversarios, como el campo y los empresarios. En su municipio lleva adelante un modelo liberal con incapié en la producción agroindustrial y un fuerte componente social. Lo siguen una lista de legisladores, intendentes y concejales recientemente electos que controlarán varios distritos y desde hace tiempo buscan protagonizar la renovación del partido.
María Eugenia Bielsa, diputada que consiguió la victoria legislativa para el PJ, es otro de los nombres que lideran la renovación. De larga experiencia en política, se distanció de Obeid y Reutemann, y logró recopilar un caudal de votos propios que le otorgó un lugar de privilegio en el kirchnerismo del sur de la provincia, donde la llegada de Perotti es menor.
Carlos Reutemann ya no domina el justicialismo provincial. El ex corredor que gobernó dos veces Santa Fe quedó reducido a un asesor en las sombras del candidato del PRO Miguel Del Sel. Su notoriedad y su cargo de senador no permiten que se aparte de la política, pero su poder quedó relativizado. Tras los comicios, voló a Miami para alejarse del torbellino electoral.
Los más fieles al 'Lole' se refugiaron en el PRO y formarán un bloque de diputados que asumirán en diciembre. Algunos se quedaron en el PJ y se acomodaron a los nuevos tiempos; otros deben enfrentar el debilitamiento de los antiguos líderes, como el presidente del partido, el joven reutemanista Ricardo Spinozzi, quien debe sortear pedidos de renuncia de varios sectores del justicialismo.
Cristina también decidió apartar a Jorge Obeid del armado de listas nacional: al igual no logró incluir ningún nombre propio entre los cinco diputados que ingresarán en la Cámara Baja en diciembre. En repudio, el ex gobernador decidió no enviar ningún representante a la reunión de dirigentes santafesino que convocada en la Casa Rosads.
En este panorama hostil, Reutemann y Obeid decidieron apoyar tácitamente la candidatura de Eduardo Duhalde, prestando un tibio apoyo discursivo ("Nunca fui kirchnerista", definió el 'Lole') y un fuerte apoyo de estructura y campaña proselitista.
Miguel Del Sel, por pedido de Reutemann, caminó junto a Eduardo Duhalde y Mario Das Neves, Obeid aportó el apoyo de Mario Lacava, quien renovó su banca de diputado provincial con el Frente para la Victoria pero puso sus fichas presidenciales en Duhalde. La baja adhesión del Peronismo Federal en las primarias y la rotunda victoria de Cristina en Santa Fe confirmaron que el rumbo del PJ cambió y que el ciclo antikirchnerista quedó en el pasado.
Este escenario obligó al PJ a dividirse en la mayoría de las provincias, definiendo en el resultado el rumbo que tomará el partido en cada distrito. En Santa Fe, la puja se convirtió en una verdadera interna partidaria cuyo resultado dejó atrás a quienes hasta hace poco gobernaban el peronismo: Carlos Reuteman y Jorge Obeid.
Tanto el senador como el diputado perdieron sus lugares de privilegio. Un "seleccionado de sub-50" consiguieron la victoria para la presidenta y se convirtieron en protagonistas de una nueva etapa del justicialismo santafesino, ahora alineado definitivamente con la Casa Rosada tras el conflicto con el campo.
En el PJ santafesino hacía tiempo que se hablaba de renovación, pero la generación sub-50 no encontraba canales para expresarse, ante un peronismo que todavía confiaba en los mismos nombres perdieron el gobierno provincial ante el socialista Hermes Binner en 2007.
El kirchnerismo siempre mantuvo relaciones distantes y cordiales con Reutemann y Obeid, aunque confió en ellos, y dejó espacio para que crezcan referentes más jóvenes. Agustín Rossi representó fielmente a la fuerza, pero su estilo autónomo no convencía a un Néstor Kirchner que priorizaba la obediencia, y apenas logró un tibio apoyo de la Casa Rosada sólo cuando ganó las primarias provinciales del PJ.
La derrota de Rossi en las generales a Gobernador lo volvieron a llevar al freezer. Su competidor directo, el intendente de Rafaela, Omar Perotti, consiguió la venia del oficialismo para llevar adelante la campaña de Cristina Kirchner, quien lo ungió como su principal alfil en la lista de diputados.
Perotti, a diferencia de Rossi, es flexible: mantiene buenas relaciones tanto con la Casa Rosada pero también con sus adversarios, como el campo y los empresarios. En su municipio lleva adelante un modelo liberal con incapié en la producción agroindustrial y un fuerte componente social. Lo siguen una lista de legisladores, intendentes y concejales recientemente electos que controlarán varios distritos y desde hace tiempo buscan protagonizar la renovación del partido.
María Eugenia Bielsa, diputada que consiguió la victoria legislativa para el PJ, es otro de los nombres que lideran la renovación. De larga experiencia en política, se distanció de Obeid y Reutemann, y logró recopilar un caudal de votos propios que le otorgó un lugar de privilegio en el kirchnerismo del sur de la provincia, donde la llegada de Perotti es menor.
Carlos Reutemann ya no domina el justicialismo provincial. El ex corredor que gobernó dos veces Santa Fe quedó reducido a un asesor en las sombras del candidato del PRO Miguel Del Sel. Su notoriedad y su cargo de senador no permiten que se aparte de la política, pero su poder quedó relativizado. Tras los comicios, voló a Miami para alejarse del torbellino electoral.
Los más fieles al 'Lole' se refugiaron en el PRO y formarán un bloque de diputados que asumirán en diciembre. Algunos se quedaron en el PJ y se acomodaron a los nuevos tiempos; otros deben enfrentar el debilitamiento de los antiguos líderes, como el presidente del partido, el joven reutemanista Ricardo Spinozzi, quien debe sortear pedidos de renuncia de varios sectores del justicialismo.
Cristina también decidió apartar a Jorge Obeid del armado de listas nacional: al igual no logró incluir ningún nombre propio entre los cinco diputados que ingresarán en la Cámara Baja en diciembre. En repudio, el ex gobernador decidió no enviar ningún representante a la reunión de dirigentes santafesino que convocada en la Casa Rosads.
En este panorama hostil, Reutemann y Obeid decidieron apoyar tácitamente la candidatura de Eduardo Duhalde, prestando un tibio apoyo discursivo ("Nunca fui kirchnerista", definió el 'Lole') y un fuerte apoyo de estructura y campaña proselitista.
Miguel Del Sel, por pedido de Reutemann, caminó junto a Eduardo Duhalde y Mario Das Neves, Obeid aportó el apoyo de Mario Lacava, quien renovó su banca de diputado provincial con el Frente para la Victoria pero puso sus fichas presidenciales en Duhalde. La baja adhesión del Peronismo Federal en las primarias y la rotunda victoria de Cristina en Santa Fe confirmaron que el rumbo del PJ cambió y que el ciclo antikirchnerista quedó en el pasado.
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