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miércoles, 17 de agosto de 2011

Coronda apuesta a proteger a los hijos de los cosechadores de frutilla- PROVINCIA DE SANTA FE.

Crearán centros de cuidado para contener a los chicos y erradicar el trabajo rural infantil. Personal entrenado promoverá además la continuidad de la escolaridad.

Coronda apuesta a proteger a los hijos de los cosechadores de frutilla

La provincia firmará hoy con una entidad educativa de Coronda un convenio para evitar el trabajo infantil rural doméstico y promover la escolaridad de los hijos de familias dedicadas a la cosecha de frutilla.
El ministro de Trabajo y Seguridad Social, Carlos Rodríguez, y las autoridades de la Asociación Civil Campus Educativo de Coronda, suscribirán hoy a las 11, en el Salón Blanco de la Casa de Gobierno, en Santa Fe, un convenio para implementar el proyecto denominado “El trabajo no es cosa de niños; centros de cuidado infantil para niñas/os de familias trabajadoras en la cosecha de frutillas en Coronda”.
El proyecto prevé la apertura de dos centros de cuidado infantil —La Casita I y II—, ubicados en la zona norte y sur de esta ciudad cabecera del departamento San Jerónimo, donde se apunta a la atención integral de 50 niños desde su nacimiento hasta los 5 años, hijos de trabajadores temporarios contratados para la cosecha y despalillado de la frutilla, el cultivo tradicional de esa región.
Estos centros funcionarán entre septiembre y diciembre —que son los meses de mayor actividad de cosecha—, de lunes a sábados, de 6 a 18. Los beneficiarios directos no sólo serán estos menores de 5 años que asistirán a los mismos, sino también los padres y familiares mayores afectados a la cosecha, principalmente los hijos en edad escolar que, a través de los estudios y diagnósticos disponibles, son las principales víctimas del trabajo infantil doméstico en el ámbito rural.
Frutilla y trabajo. La apertura de estos centros permitirá a los padres cumplir sus jornadas laborales en las quintas vecinas a los mismos, mientras sus hijos permanecen en un lugar donde se les garantiza su correcta alimentación, higiene, salud, formación y estimulación temprana acordes a su edad, por parte de un equipo multidisciplinario integrado por asistentes sociales y maestras jardineras, especialmente entrenados para la protección y atención de los beneficiarios del Programa.
El proyecto posibilitará que los niños en edad escolar puedan recuperar su escolaridad normal, superando el ausentismo provocado por los trabajos estacionales de los familiares adultos, el abandono y la repitencia generados por la necesidad de quedar al cuidado de hermanos menores durante la jornada laboral de sus padres, con los riesgos que esto implica para los niños, niñas y adolescentes que asumen responsabilidades no acordes a su edad.
Mapa del trabajo. La implementación de estas guarderías para hijos de trabajadores rurales transitorios es un primer paso también en la eliminación del trabajo rural infantil. A mediados del año pasado, el gobierno presentó en Santa Fe el llamado “Relevamiento cualitativo del trabajo infantil y adolescente en Santa Fe”, una investigación iniciada en el 2009 que conforma un mapa sobre las actividades que realizan los menores, encarada con la participación de docentes y estudiantes de humanidades de la Universidad Nacional del Litoral y la oficina argentina de la Organización Internacional del Trabajo para identificar las características del trabajo infantil en la provincia y promover políticas para su erradicación.
El trabajo hacía referencia al permanente uso de mano de obra infantil para labores como la cosecha del algodón, el trabajo en los hornos de ladrillos y la pesca en el norte provincial y el cuidado de ganado en las zonas tamberas de la provincia.

Denuncias. Además de los problemas de falta de cuidados de los chicos cuyos padres se desempeñan en la cosecha, Coronda recuerda conflictos por la presencia de mano de obra infantil.
En el 2006, la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (Uatre) de Santa Fe “cuestionó duramente la actitud de los productores corondinos que contratan a niños y adolescentes para la cosecha”, según sostuvo entonces el diario “El Ciudadano & La Región”. “Los denunciamos e inspeccionamos una y mil veces pero la mayoría de los dueños de campos no respeta nada”, reclamó el delegado de la región norte del gremio, Luis Midón, quien aseguró que en la zona “trabajan familias enteras, sin importar la edad de sus integrantes”.

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