La Rosada presionará para que rija el artículo de la Ley de Medios sobre la venta parte de sus empresas. Licitaciones de la TDT y medidas contra Cablevisión.
Domingo a la noche. Lugar: piso 19 del Hotel Intercontinetal. Cristina está acompañada por sus ministros y colaboradores más leales. El cantante Iván Noble espera con la guitarra en la mano para entonarle Avanti, morocha. Carlos Zannini se toma un whisky y brinda en memoria de Néstor. Ella festeja el triunfo arrollador en las primarias. Está sentada y relajada. Habla por teléfono con su hijo Máximo y se ríe de que sus contrincantes no la llamaron. Un pingüino le refresca: “¿Te acordás cuando ganábamos elecciones en Gallegos, que pasábamos caminando por la puerta de La Opinión Austral (en ese momento, un diario opositor a los Kirchner). Deberíamos pasar ahora por el edificio de la calle Tacuarí”. CFK sonrió. El hombre se refería a la sede del diario Clarín. “Por más tregua que quieran, ésta es la guerra final”, confesó esta semana a PERFIL un funcionario del Gobierno. Con el poder que le otorgaron las urnas, la jefa de Estado quiere pegarle al multimedio donde más le duele: el bolsillo. Para eso, buscará que el artículo 161 de la Ley de Medios, que obliga a la empresa a desprenderse de varios negocios, se dirima en la Corte Suprema antes de las elecciones de medio término de 2013. Confían en que el máximo tribunal fallará a favor del Gobierno nacional (aunque no confían mucho en el presidente, Ricardo Lorenzetti) y le dará una estocada letal al emporio de Ernestina Herrera de Noble.
Aunque dentro del gabinete hay algunos funcionarios que consideran equivocado avanzar contra Clarín, porque quedó demostrado que sus tapas no lograron incomodar la performance del Frente para la Victoria en las urnas, la jefa de Estado no lo dejará en paz.
Mientras espera la resolución de la medida cautelar que está en manos del juez civil y comercial Edmundo Carbone, la administración kirchnerista avanzará en noviembre con la entrega de veinte licencias de canales de TV que Cablevisión, como otras operadoras de cable, deberá incorporar a su grilla. “La estructura de comunicación, tal como la vemos hoy, no va a existir más. Con tantos canales, la saturación restará importancia a señales como TN o Canal 13. La radio también perderá influencia”, explicó un operador que trabaja para ministros y funcionarios nacionales. Hay encuestas que indican que las radios hoy representan el 14 por ciento de la forma en que se informan los ciudadanos.
Las licencias, se descuenta, serán entregadas a empresarios afines al Ejecutivo. Si se aplicara actualmente la Ley de Medios a rajatabla, Clarín se vería afectado seriamente. La reglamentación, que se ejecutó en 2010, establece que una empresa no puede tener más de 24 licencias para ser cableoperadora. Clarín tiene más de 200 en todo el país. Tampoco puede superar el 35% de los clientes. El Grupo ostenta más del 56%. Además de eso, en cada distrito no pueden producir más de una señal propia ni tener una de cable y aire al mismo tiempo. El multimedios tiene hoy en Capital Federal seis señales: TN, Metro, Magazine, Sportia, Volver y Quiero. Además, cuenta en el territorio con Canal 13. Pero no es en el único lugar que ocurre. En Mar del Plata también tiene canales de aire y cable. Junto con la desinversión, aparecerán las operadoras de cable alternativas, que pueden sacarle clientes a Clarín. En Capital existe, por ejemplo, Telecentro.
Otra presión al Grupo que empezó hace tiempo es por la tarifa que cobra en cable. El 24 de abril, el juez federal de Junín, Héctor Plou, dictaminó que Cablevisión debía rebajar su precio de 147 a 109 pesos mensuales. La demanda había sido iniciada por Guillermo Moreno, secretario de Comercio Interior. Hubo fallos similares de otros magistrados en todo el país: en la localidad bonaerense de San Martín, por ejemplo, amenazan con multar al Grupo por no readecuar su abono. La oficina que protege al consumidor en Quilmes ordenó que se devolviera a los clientes la diferencia que se cobraba de más por no mantener la tarifa en 109 pesos.
En cuanto a señales de radio, el Grupo está en regla. Se puede tener hasta diez y tiene seis. Los directivos de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), que maneja Gabriel Mariotto, también seguirán puntillosamente la incorporación de los canales y la producción de contenidos, que estipula cupos de producción local. En Córdoba, por ejemplo, mantienen una demanda en la Justicia por la inclusión en la grilla del Canal 10. La pelea con Clarín, como se ve, seguirá en la agenda en el segundo mandato.
Aunque dentro del gabinete hay algunos funcionarios que consideran equivocado avanzar contra Clarín, porque quedó demostrado que sus tapas no lograron incomodar la performance del Frente para la Victoria en las urnas, la jefa de Estado no lo dejará en paz.
Mientras espera la resolución de la medida cautelar que está en manos del juez civil y comercial Edmundo Carbone, la administración kirchnerista avanzará en noviembre con la entrega de veinte licencias de canales de TV que Cablevisión, como otras operadoras de cable, deberá incorporar a su grilla. “La estructura de comunicación, tal como la vemos hoy, no va a existir más. Con tantos canales, la saturación restará importancia a señales como TN o Canal 13. La radio también perderá influencia”, explicó un operador que trabaja para ministros y funcionarios nacionales. Hay encuestas que indican que las radios hoy representan el 14 por ciento de la forma en que se informan los ciudadanos.
Las licencias, se descuenta, serán entregadas a empresarios afines al Ejecutivo. Si se aplicara actualmente la Ley de Medios a rajatabla, Clarín se vería afectado seriamente. La reglamentación, que se ejecutó en 2010, establece que una empresa no puede tener más de 24 licencias para ser cableoperadora. Clarín tiene más de 200 en todo el país. Tampoco puede superar el 35% de los clientes. El Grupo ostenta más del 56%. Además de eso, en cada distrito no pueden producir más de una señal propia ni tener una de cable y aire al mismo tiempo. El multimedios tiene hoy en Capital Federal seis señales: TN, Metro, Magazine, Sportia, Volver y Quiero. Además, cuenta en el territorio con Canal 13. Pero no es en el único lugar que ocurre. En Mar del Plata también tiene canales de aire y cable. Junto con la desinversión, aparecerán las operadoras de cable alternativas, que pueden sacarle clientes a Clarín. En Capital existe, por ejemplo, Telecentro.
Otra presión al Grupo que empezó hace tiempo es por la tarifa que cobra en cable. El 24 de abril, el juez federal de Junín, Héctor Plou, dictaminó que Cablevisión debía rebajar su precio de 147 a 109 pesos mensuales. La demanda había sido iniciada por Guillermo Moreno, secretario de Comercio Interior. Hubo fallos similares de otros magistrados en todo el país: en la localidad bonaerense de San Martín, por ejemplo, amenazan con multar al Grupo por no readecuar su abono. La oficina que protege al consumidor en Quilmes ordenó que se devolviera a los clientes la diferencia que se cobraba de más por no mantener la tarifa en 109 pesos.
En cuanto a señales de radio, el Grupo está en regla. Se puede tener hasta diez y tiene seis. Los directivos de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (Afsca), que maneja Gabriel Mariotto, también seguirán puntillosamente la incorporación de los canales y la producción de contenidos, que estipula cupos de producción local. En Córdoba, por ejemplo, mantienen una demanda en la Justicia por la inclusión en la grilla del Canal 10. La pelea con Clarín, como se ve, seguirá en la agenda en el segundo mandato.
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