A un mes de la entrada en vigencia del plan de fiscalización de animales de cirujeo, desde Control Urbano señalaron que alrededor de mil equinos ya fueron registrados.
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El objetivo del plan es terminar con la tracción a sangre y sumar nuevos vehículos. Ampliar Imágenes
A un mes del inicio del plan de regularización de los carros tirados por caballos, la Municipalidad afirmó que ya controló unos mil animales, cifra que estiman representa el 70 por ciento del total de equinos que existen en la ciudad.
El programa se inició el 27 de julio y es el primer paso para después avanzar hacia el reemplazo de la tracción sangre por otro vehículos.
Veterinarios inspeccionan a los equinos y les implantan un dispositivo para su control. A la vez, se inscribe a los titulares. "El operativo tuvo mayor aceptación que la esperada”, dijo el titular del Control Urbano, David Sánchez, quien agregó que “tanto el chipeado de los animales, como el registro de sus dueños son alentadoras”.
Sánchez, a cargo del operativo que se lleva a cabo en el Complejo Deliot, de bulevar Seguí al 5400, aseguró al periodista Fernando Carrafiello, Radio 2, que “se está trabajando a buen ritmo, con turno anticipado para organizar mejor la tarea, y recordó que los animales que no estén registrados en el plazo previsto, serán remitidos”.
"Ya se colocaron chips a unos mil equinos que son cerca del 70 por ciento de los existentes en la ciudad y estamos convocando a los que aún no cumplieron el trámite, a que se presenten para concretarlo", señaló el funcionario.
Los pasos del plan
La acción consiste en constatar primero que el caballo no tenga ya un microchip porque en ese caso, tendría dos valores de medición, y acto seguido un veterinario coloca con una aguja especial el dispositivo en la zona de la nuca. Todo el proceso se hace en menos de un minuto.
El plan tiene dos etapas: primero un relevamiento de los carreros y sus animales. Luego se empezará a regularizar la actividad con capacitación a los trabajadores y por último, se realizará el reemplazo de los carros por otros vehículos. Esta iniciativa fue repudiada en principio por un grupo de recolectores informales que quieren que la actividad continúe bajo las mismas condiciones.
A un mes del inicio del plan de regularización de los carros tirados por caballos, la Municipalidad afirmó que ya controló unos mil animales, cifra que estiman representa el 70 por ciento del total de equinos que existen en la ciudad.
El programa se inició el 27 de julio y es el primer paso para después avanzar hacia el reemplazo de la tracción sangre por otro vehículos.
Veterinarios inspeccionan a los equinos y les implantan un dispositivo para su control. A la vez, se inscribe a los titulares. "El operativo tuvo mayor aceptación que la esperada”, dijo el titular del Control Urbano, David Sánchez, quien agregó que “tanto el chipeado de los animales, como el registro de sus dueños son alentadoras”.
Sánchez, a cargo del operativo que se lleva a cabo en el Complejo Deliot, de bulevar Seguí al 5400, aseguró al periodista Fernando Carrafiello, Radio 2, que “se está trabajando a buen ritmo, con turno anticipado para organizar mejor la tarea, y recordó que los animales que no estén registrados en el plazo previsto, serán remitidos”.
"Ya se colocaron chips a unos mil equinos que son cerca del 70 por ciento de los existentes en la ciudad y estamos convocando a los que aún no cumplieron el trámite, a que se presenten para concretarlo", señaló el funcionario.
Los pasos del plan
La acción consiste en constatar primero que el caballo no tenga ya un microchip porque en ese caso, tendría dos valores de medición, y acto seguido un veterinario coloca con una aguja especial el dispositivo en la zona de la nuca. Todo el proceso se hace en menos de un minuto.
El plan tiene dos etapas: primero un relevamiento de los carreros y sus animales. Luego se empezará a regularizar la actividad con capacitación a los trabajadores y por último, se realizará el reemplazo de los carros por otros vehículos. Esta iniciativa fue repudiada en principio por un grupo de recolectores informales que quieren que la actividad continúe bajo las mismas condiciones.
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