SANTA FE: A cuatro meses de la muerte de Marquitos
El padre agradeció a la
Policía y la Justicia porque el principal sospechoso está en prisión,
pero dijo que la violencia en barrio San Lorenzo continúa.
Al momento de cumplirse cuatro meses de aquel episodio criminal que segó
la vida de una criatura inocente en El Arenal de San Lorenzo, Pablo
César Benítez -padre de la pequeña víctima- hizo saber de su
reconocimiento al personal policial, del cual desconfió en un primer
momento, ya que la investigación condujo a la captura del hombre
señalado como autor del crimen.
Hoy, con motivo de la
injusta y dolorosa muerte de Marcos Benítez (10), se halla en estado de
prisión preventiva -así lo dispuso el juez instructor Dr. Nicolás
Falkernberg- el supuesto autor del disparo fatal, Marcelo López “El
Negrito”, un joven de 20 años de edad que formaría en la denominada
banda de Los Maraqueros.
Pero Benítez, padre, quien también
hizo notar su reconocimiento a la Justicia, advirtió que “todavía
estamos viviendo una situación difícil porque mis hijos no quieren
concurrir más a la escuela Pascual Echagüe por miedo a los tiroteos”.
Benítez, en realidad, pide ayuda para dejar el barrio “donde la vida de
mis hijos -dice- corre peligro”.
“La verdad es que estoy
agradecido, pero nada cambió en estos últimos cuatro meses, las bandas
siguen a los tiros y no hay un momento del día que uno pueda decir: salí
nene, porque ahora no hay peligro, en cualquier lugar en cualquier
momento empiezan los balazos”.
Benítez enumeró algunos
episodios violentos que se registraron desde aquel fatídico 23 de
diciembre cuando una bala de grueso calibre acabó con la vida de su hijo
Marcos. “Dos días después -aseguró-, no sé si los del Pasillo, si los
del Gauchito Gil o los Maraqueros se enfrentaron a balazos en el mismo
momento que mis hijos debían salir de la escuela. Me llamó la directora,
me explicó lo que ocurría y corrí a buscar a mis hijos”.
El
padre del infortunado Marcos agregó que un mes atrás una vivienda en
donde se domicilia una persona que cuenta con custodia policial las 24
horas del día fue acribillada a balazos. “Los agentes que estaban arriba
de un auto se salvaron de casualidad y ni tiempo de responder les
dieron”.
También recordó -entre otros episodios criminales
que se suceden a diario- que poco días atrás -tal como este diario
informó oportunamente-, un agente de la subcomisaría 10a. salvó su vida
por milagro cuando un proyectil disparado a quemarropa quedó incrustado
en su chaleco antibala. El policía había salido de la dependencia para
ir tras los que momentos antes hirieron en la pierna a una mujer que
ocasionalmente pasar por el lugar.
En suma, Benítez pide que
los vecinos ajenos a los violentos enfrentamientos que protagonizan las
bandas puedan vivir dignamente, en paz y sin sobresaltos. Pero también
pide ayuda oficial para que su grupo de familia injustamente involucrado
en una guerra ajena no sea blanco de posibles represalias. “Todo esto
duele mucho -concluyó amargamente-, finalmente, mi mujer (Mirta Galicio)
todavía duerme con la foto de su hijito muerto sobre la almohada”.
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