Un hombre murió ayer al caer del
techo de una escuela donde trabajaba a cuatro metros de altura. La
víctima, de 29 años y padre de dos chiquitos, se encontraba realizando
tareas de mantenimiento y limpieza.
Un hombre murió ayer al caer
del techo de una escuela donde trabajaba a cuatro metros de altura. La
víctima, de 29 años y padre de dos chiquitos, se encontraba realizando
tareas de mantenimiento y limpieza. La tragedia, ocurrida en Génova y
Cullen, barrio Empalme Graneros, generó consternación y el dolor entre
los vecinos.
Cerca de las 9, en la escuela media Nº
251 y mientras los chicos estaban en clase, el obrero limpiaba las
canaletas sobre el techo parabólico cuando se desplomó al vacío y cayó
de cabeza en el patio de la institución. El hombre murió en el acto ante
la mirada de estupor de los chicos.
Rápidamente, se presentó personal del
Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria (Sies), pero el operario ya
estaba sin vida. Se trataba del empleado de un proveedor del Fondo de
Asistencia Educativa (FAE) que realizaba las tareas de rutina junto con
otro obrero.
Los directivos de la escuela
desobligaron a los alumnos en todos los turnos. En el mismo edificio
funciona por la tarde la Técnica Nº 660, que también suspendió las
actividades. Sin embargo, horas más tarde del episodio, autoridades del
Ministerio de Educación se presentaron en la escuela y censuraron la
decisión de los directivos quienes, aturdidos por al tragedia, pidieron
no hablar con la prensa.
También llegaron hasta el lugar
dirigentes de la Asociación del Magisterio de Santa Fe (Amsafé) para
reclamar por el estado edilicio de las escuelas de la provincia y por
las falta de condiciones de seguridad con que trabajan los obreros.
"Tampoco tuvieron en cuenta la seguridad de los chicos", acotaron desde
el gremio, que el lunes emitirá un comunicado oficial.
En el barrio todos se enteraron
rápidamente sobre lo que había ocurrido. Los vecinos pasaban curiosos
por el frente del colegio que permaneció cerrados después de que se
llevaran el cadáver. Muchos se acercaban a preguntar si había más
noticias del accidente y sobre todo querían saber si se dictarían clases
por la tarde. Golpeaban la puerta de chapa y las porteras respondían
rápidamente que "no" y sin más explicaciones.
Adentro, los docentes estuvieron reunidos hasta pasadas las 13 con delegados de Amsafé y funcionarios ministeriales.
Sin seguridad. El
titular del FAE, Gustavo Alvarez, confirmó que el hombre que falleció
ayer era "contratado de un proveedor". El funcionario explicó que, desde
que asumió la gestión del organismo (hace tres meses), puso en plena
vigencia los requisitos administrativos que tienen que tener los
proveedores para trabajar en el FAE.
En este sentido, destacó que "todas las
personas que trabajan en el Fondo deben tener un seguro por accidente
de trabajo y utilizar los elementos de seguridad si realizan actividades
en altura".
Más allá de los requisitos, todo
parecía indicar que el operario que se cayó ayer desde un techo no
contaba con los elementos de seguridad como por ejemplo un casco.
Alvarez no pudo confirmarlo, pero subrayó que desde el FAE siempre los exigen.
A su vez, el funcionario comentó que el
obrero estaba realizando tareas de rutina, como la limpieza de las
canaletas para evitar que se inundara el techo y luego se filtrara el
agua en las aulas. Alvarez acotó que "para estas tareas siempre van dos
personas".
Ante el dolor por la desgracia
ocurrida, funcionarios de Educación acompañarán a los docentes y a los
alumnos el lunes para poder explicarles qué pasó y lograr que se
sobrepongan a la tragedia.
Un hecho que fue idéntico
Las muertes en obras en construcción o
por trabajos de limpieza en altura se repiten. Durante 2011 fueron 10
los obreros que fallecieron en estas condiciones y, a mediados de ese
año, tres decesos se produjeron en apenas una semana. Es más, el caso
ocurrido ayer ya tiene un antecedente en la Escuela Normal Nº 2, donde
un hombre de 30 años murió al caer del techo del gimnasio mientras
realizaba tareas de limpieza.
Sólo durante junio y julio del año
pasado se produjeron cinco muertes de operarios en distintas
circunstancias, la mitad de las que se acumularon a lo largo de todo
2011. Y una de ellas fue una réplica del caso ocurrido ayer en Empalme
Graneros.
El hecho se produjo sobre la mitad de
junio cuando Juan Carlos Ramos trabajaba en el techo del gimnasio del
Normal 2 limpiando hojas y ramas de los desagües en la parte superior
del tinglado de chapa. Desde allí, y sin contar con ningún arnés de
seguridad, el hombre se desplomó sobre calle Balcarce y falleció.
Apenas una semana antes, otros dos
obreros Ceferino Crespo (27 años) y Julio Lucero (54 años) murieron
cuando cavaban una zanja en la zona noroeste de la ciudad. Tras
desmoronarse e inundarse un pozo cloacal de 6 metros de profundidad, los
hombres quedaron atrapados y fallecieron.
La situación se repitió durante la
primera semana de julio, cuando un joven, de apenas 19 años, murió en
una obra cloacal de Granadero Baigorria, dentro del predio de la Ciudad
Deportiva de Rosario Central.
La segunda semana de julio sumó el
décimo accidente fatal. Una persona que realizaba tareas de pintura e
impermeabilización en el noveno piso de un edificio céntrico se desplomó
desde esa altura a la vereda y falleció en el acto.
Otro más
“Otro trabajador más que muere por
negligencia oficial, porque este hombre no tenía elementos de seguridad y
además no se tuvo en cuenta que estaban los chicos en clases”, acusó el
delegado local de Amsafé, Daniel Couselo, cuando salió ayer dolido y
enojado de la escuela donde sucedió el accidente del operario que
falleció.
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