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sábado, 24 de marzo de 2012

NAC. Crimen del country: "Estaba toda ensangrentada, con cara de poseída"

Walter es el empleado de seguridad del country San Eliseo que halló muerto al pequeño Martín. En diálogo con Radio 10 dio detalles espeluznantes del cuadro que encontró al ingresar a la vivienda. El fiscal Leandro Heredia comparó el lugar del crimen con la película "El exorcista".

Walter es el empleado de seguridad del country San Eliseo que halló muerto al pequeño Martín. En diálogo con Radio 10 dio detalles espeluznantes del cuadro que encontró al ingresar a la vivienda. El fiscal Leandro Heredia comparó el lugar del crimen con la película "El exorcista"

Walter es el empleado de seguridad del country San Eliseo que primero llegó a la escena del crimen. "Señora, ¿Tincho está ahí?", le preguntó a Adriana Cruz, que estaba encerrada en el baño, y llorando la mujer le respondió: "Está muerto".

El vigilador, que acudió a la casa por pedido de la empleada doméstica, describió en Radio 10 cómo encontró al pequeño Martín y contó que cuando vio a la mujer, "estaba toda ensangrentada, con cara de poseída".

El empleado de seguridad explicó que acudió a la casa ante un llamado de emergencia. "Me encontré con la doméstica, que me abre la puerta nerviosa diciendo que la señora Adriana tenía una crisis de nervios y que no abría la puerta de la habitación, que estaba encerrada", señaló.

Dijo que en la vivienda también estaba una vecina que le pidió que subiera a la planta alta para ver si la mujer a él le abría la puerta del dormitorio. "Subo, le golpeo y le digo: \'Señora Adriana, la seguridad, puede abrir por favor, quédese tranquila, ábrame".

Walter comentó que escuchó que la mujer lloraba y que se golpeaba la cabeza con la puerta. Entonces, Walter preguntó: "Señora, ¿Tincho está ahí?" y llorando la mujer le respondió: "Está muerto".

"Ahí me quedé helado porque la doméstica y la hija más grande, que estaba ahí, se pusieron a llorar a los gritos. Yo traté de calmarlas. Traté de calmarlas y le pedí que abriera la puerta", continuó el vigilador.

Finalmente, Adriana Cruz abrió la puerta. "Estoy mal, estoy mal, me decía", contó el vigilador y continuó: "Tenía las muñecas cortadas, estaba toda ensangrentada y con cara de poseída".

Walter agregó que al ingresar a la habitación no encontró al niño hasta que ingresó al baño. "Cuando me asomé al baño, vi el espejo escrito con un labial y una navaja multiuso con sangre. Ingresé y me encuentro con la criatura bajo el agua", culminó el vigilador su espeluznante relato.

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