Las modificaciones anunciadas por la Presidenta
buscan acortar los plazos para una sentencia definitiva y adaptar los
tiempos que corren a las mayores demandas de divorcio. Entre otras
cuestiones, se eliminaría el plazo de dos años de cohabitación que se
les exige a los cónyuges. INFOnews dialogó con especialistas. Los números en el resto del mundo.
Para dar respuesta a esta nueva coyuntura social, desde el Poder Ejecutivo, se encargó el análisis de una serie de modificaciones al Código Civil, que incluirán el concepto del "divorcio exprés" con el objetivo de acortar los plazos para llegar a una sentencia definitiva y facilitar un proceso legal que lejos de ser un mero trámite incluye una fuerte carga emotiva y sentimental.
Entre los puntos principales que incluirá la reforma se eliminará el plazo de dos años de no convivencia que se les exige a las parejas. Además, se buscará suprimir la "carga moral" del trámite, evitando que se ventilen las causales de divorcio como la infidelidad y el adulterio, figura que sería borrada del Código.
Otro de los cambios que se introducirán permitirá que el trámite sea iniciado por uno solo de los integrantes de la pareja. En este caso, se deberá presentar una propuesta de división de bienes y de régimen de visitas -en el caso de que hubiera hijos- que deberá ser aceptada por la contraparte.
"En la postergación se producen innumerables conflictos porque las cosas no están claras. La gente no está libre uno del otro".
En 2010, se registró un fallo en el Tribunal de Familia Nº2 de La
Plata, que sentó jurisprudencia en este sentido y declaró la
inconstitucionalidad de la norma que fija el plazo de tres años desde
la celebración del matrimonio para que una pareja pueda divorciarse. En el texto de la sentencia, la jueza Silvia Mendilaharzo, da cuenta de la necesidad de que las leyes se adapten a los nuevos tiempos y a los cambios de la sociedad. "¿Debe la ley frenar temporalmente el divorcio y ubicar a los cónyuges en una categoría de pareja virtual, o es mejor propender que los esposos como derecho personalísimo e irrenunciable decidan el tiempo de su relación matrimonial sin imposiciones jurídicas artificiales con implicancias severas a nivel personal y social cuando el afecto desapareció entre dos seres?", indicó.
Y por otro lado, agregó: "Existe efectivamente un interés social en preservar la familia, pero no es correcto identificar familia con matrimonio. La extensión de los valores modernos de autonomía personal, de libre elección de la pareja sobre la base del amor romántico, la creciente expectativa social de dar cause a sentimientos y afectos implican también la contracara: la libertad de cortar vínculos cuando el amor se acaba, cuando el costo personal de la convivencia conflictiva supera cierto umbral".
Consultado por INFOnews, Roberto Gebert, médico psicoanalista y especialista en terapia de pareja, sostuvo: "La idea de esperar un tiempo para poder concretar el divorcio es una idea cristiana, la de 'vamos a esperar tanto tiempo a ver si se arreglan', 'que no separe el hombre, lo que Dios ha unido'. Pero el deseo no es cristiano, es el deseo. Si vos te querés separar, te separás. En la postergación se producen innumerables conflictos porque las cosas no están claras. La gente no está libre uno del otro, está en una situación intermedia, ni de libertad, ni de estar casados, que genera mucho sufrimiento".
"Cuando alguien tomó la decisión de separarse, quiere separarse ya. No hay por qué revertir esa situación. No es una enfermedad divorciarse", explicó.
Desde el punto de vista jurídico, la abogada Ana García Quirno explicó a INFOnews: "A nosotros, en lo profesional, acortar los tiempos nos va a solucionar muchas cosas porque los trámites van a ser menos largos. Igualmente, hoy en la Ciudad de Buenos Aires, los trámites si no son conflictivos son bastante expeditos. El problema es en Provincia, donde los tiempos son distintos. Es un gran pozo negro a donde entrás la causa y no sabés cuándo termina".
"El divorcio exprés ayudaría a acelerar las decisiones. Apunta a liberar antes a las personas. Porque si hay que esperar tres años, o dos, ya es un horror cuando uno está mal", agregó.
En el mismo sentido, Susana, una arquitecta de 52 años y divorciada de su marido y padre de sus cuatro hijos, calificó de positiva esta reforma al Código Civil, con el objetivo de acortar los plazos de la desvinculación. "Yo fui pateando para adelante el divorcio, porque sentía que legalmente era una cosa muy compleja. Me divorcié a los nueve años de separarme y el trámite en total me llevó cuatro años", relató.
"Yo no quería tener más nada que ver con mi marido, porque él nunca había tomado conciencia de que tenía una familia. Estando casada, yo ya me sentía sola. El matrimonio no deja de ser una sociedad, una unión entre dos partes y esas dos partes tienen que estar conformes. Si no va, no va", concluyó.
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