Carmen Baliero presentará las
“Centésimas del alma de Violeta Parra”, un espectáculo en el que la
artista bonaerense musicaliza este bello y autobiográfico poema de la
cantautora chilena. Será el sábado a las 21.30, en la sala mayor de San
Martín 2020. Anticipadas en venta. Apoya el Gobierno de la Ciudad.
La artista multifacética Carmen Baliero llega a Santa Fe para
presentar “Centésimas del alma de Violeta Parra”. Se trata de un
concierto único, en el que esta pianista y compositora bonaerense bucea
en la quintaescencia de la cantautora chilena para musicalizar, por
primera vez en la historia, la obra completa “La centésima del alma”. La
presentación se concretará el sábado, desde las 21.30, en el Teatro
Municipal 1º de Mayo.
Este recital de piano y canto es un viaje al alma de Parra; a
través de la música, Baliero ahonda en esta obra consiste en seiscientos
versos estructurados en décimas, donde el número aparece como
protagonista, y a su vez, como nexo disparador de relaciones temáticas;
al comienzo el número enumera los versos, y va espaciándose, sin dejar
de existir en ninguna estrofa.
Baliero complementará la función con canciones propias; para esto,
contará con la participación especial de la actriz Nadia Grandón como
artista invitada. Las entradas están a la venta en boletería del Teatro
Municipal a un valor general de 40 pesos; en tanto, para jubilados,
estudiantes, empleados municipales, miembros de la AAMMAV y de la AATM y
afiliados a Luz y Fuerza, el precio de los pases es de 30 pesos.
Viaje al alma
“La estructura que tienen las ‘Las centésimas del alma’ me estimuló
a agregarle un plano más, un devenir dramático musical que fuera
coloreando los diferentes estados que transita Parra a lo largo de la
obra”, explica Baliero y completa: “La música busca diferenciar esos
planos, estados y temáticas, que son de por sí muy variados, sin perder
cierto automatismo en la enunciación numérica. La idea estuvo estimulada
por mi quehacer en la música para teatro, pero también, en la
percepción de capas temáticas que transmiten sus tapices, las anticuecas
y la obra ‘El Gavilán’, de la misma autora”.
En esta línea, la artista sostiene que “‘Las centésimas del alma’,
es un viaje por la cabeza de Violeta Parra. Como en una obra teatral,
van cambiando los escenarios y estados, atravesados siempre por los
números. Habla de amor, desengaños, religión, historia. Nunca se sabe
cuál es el tema que sigue. Las Centésimas nos van llevando por todos los
caminos del alma humana. Esta es la primera versión musicalizada
completa del texto de Violeta Parra, autorizada por Isabel Parra, su
hija”.
Centésimas
En 1958 Violeta Parra fue invitada por Radio Universidad de
Concepción (Chile) para presentar “La centésima del alma”. Cuenta la
cantautora chilena que los primeros versos, del uno al diez, pertenecen a
autores anónimos del folclore chileno. La idea de la autora fue seguir
numerando décimas al infinito y desembocó en la obra Centésimas del
alma, conformada precisamente por décimas numeradas. La pieza consiste
en seiscientos versos estructurados en décimas en las que el número
aparece como protagonista y, a su vez, como nexo disparador de
relaciones temáticas. El número enumera los versos, pero a partir de la
cifra cien, las frases ocupan dos versos. Desde ahí, el número se va
espaciando, sin dejar de existir en ninguna estrofa.
El número como referencia, pasa luego a ser el disparador de una
frase o de un pensamiento más largo. En algunos casos, cuando el número
es muy grande, hace referencia al tiempo y cansancio que esto le
produce: “Van cientocuarenta y tres, / todavía tengo pa’rato / con
ciento cuarenta y cuatro / no me detengan / tal vez, ayúdeme Santa Inés /
los ciento cuarenta y cinco / porque mañana es domingo / y tengo que
hacer feriado / y el lunes más descansado / Vuelvo a empezar a los
brincos”.
Además de tener su contenido, seguramente, una parte auto
referencial y biográfica, el final de la obra, hace referencia al origen
y dificultad de la obra misma, generando una especie de caja china de
pensamientos y planos: “Otra vez dentra mi hermano / Mayor del cuento
infinito / Y me ha obligado el bendito / A escribir a cuatro manos / Me
dijo muy soberano / Si soy tan buena en el verso / a ver si haciendo un
esfuerzo / me deletráí en tus décimas / una preciosa centésima / más
larga que el universo”.
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