Un inesperado golpe de escena
alimentó ayer el escándalo de los "VatiLeaks", la mayor difusión de
documentos secretos registrada en la Santa Sede. El mayordomo personal
del Papa sería el responsable de las filtraciones a la prensa de una
montaña de papeles reservadísimos que, en los últimos meses, dejó al
desnudo la guerra interna, llena de venenos e intrigas, que estremece al
entorno de Benedicto XVI.
El propio Pontífice se habría mostrado "dolido y golpeado" por la detención, según indicaron desde el Vaticano.
Ayer por la mañana, tras ser arrestado, Gabriele fue interrogado por el promotor de justicia vaticana -una suerte de fiscal- Nicola Picardi en el marco de la investigación abierta por la, hasta ahora misteriosa, filtración de documentos reservados.
Apodado "Paoletto", de 46 años, el mayordomo es considerado una persona "muy simple, pía y devota del Papa", según dijeron a LA NACION fuentes informadas.
Ahora en el banquillo de los acusados por uno de los escándalos que más ha golpeado la imagen de la Santa Sede, Gabriele comenzó a trabajar para Benedicto XVI en 2006, cuando reemplazó a Angelo Gugel, otro camarero que asistió durante años a Juan Pablo II.
Gabriele forma parte de ese círculo muy estrecho de personas admitidas en la "familia pontificia", que tienen acceso al departamento del Palacio Apostólico para asistir al Santo Padre.
En su rol, que implica la ciudadanía vaticana, el mayordomo ayuda al Papa a vestirse, participa de la misa que éste celebra en la capilla privada del apartamento, le sirve la comida (incluso a veces se sienta a su mesa), prepara su cuarto antes de ir a dormir y lo sigue en los viajes (ver aparte).
Según trascendió, quien comenzó a sospechar del mayordomo pontificio fue la comisión cardenalicia puesta en marcha en abril último por el Papa para encontrar al "cuervo" -como aquí denominan a quienes filtran información confidencial- culpable de la inédita fuga de noticias que sacude al Vaticano.
Una inmensa cantidad de documentos secretos del Vaticano habría sido encontrada en un departamento de Via di Porta Angelica, donde Gabriele vive junto a su mujer y tres hijos.
Sin embargo, muchos expertos creen que el mayordomo, en verdad, podría ser un chivo expiatorio, al igual que Ettore Gotti Tedeschi, el presidente del Istituto per le Opera Religiose (IOR), destituido anteayer y también relacionado con el mismo escándalo. "Detrás de la fuga de documentos hay, en cambio, una mente refinada, que conoce la política eclesiástica", opinó Andrea Torniella, vaticanista de La Stampa.
El "VatiLeaks" comenzó a fines de enero, cuando diversas cartas confidenciales escritas al Santo Padre -una de ellas denunciando corrupción en el seno del Vaticano por parte de un alto prelado que fue exiliado a Estados Unidos- se publicaron en medios italianos.
También apareció una nota anónima, que causó gran clamor, que daba cuenta de un virtual atentado contra el Papa. Allí, aseguraban que al Santo Padre le quedaban pocos meses de vida y develaban maniobras para su sucesión.
Como todo salía de la Secretaría de Estado, la fuga de noticias sacó a relucir una guerra de poder intestina, cuyo blanco sería el segundo del Papa, el cardenal Tarcisio Bertone.
Las internas
En el marco de este mismo escándalo, hace una semana salió a la venta Su Santidad . Las cartas secretas de Benedicto XVI , un libro del periodista Gianluigi Nuzzi con un centenar de nuevos documentos filtrados desde el Vaticano, que develaron más tramas e intrigas. El Vaticano definió esta publicación como un "acto criminal".El anteúltimo capítulo del "VatiLeaks" se escribió anteayer, cuando, en una maniobra sin precedente y después de meses de tensiones vinculadas a la fuga de documentos, fue desplazado Gotti Tedeschi, presidente del IOR, también llamado el Banco del Vaticano.
De 67 años, muy cercano al Papa -a quien ayudó a escribir la encíclica económica Caritas in veritate - y miembro del Opus Dei, Tedeschi fue nombrado en 2009 para darles transparencia a las otrora oscuras finanzas del Vaticano.
Según entendidos, en su afán de hacer más transparente el Banco del Vaticano, ganó varios enemigos dentro del Vaticano, entre ellos, el cardenal Bertone.
Cuando la magistratura romana decidió indagar al IOR en 2010 debido a extraños movimientos de dinero, Tedeschi decidió colaborar con los jueces, algo que cayó muy mal en el Vaticano. Además, defendió una ley antirreciclaje que había generado un fuerte rechazo, y chocó con Marco Simeon, personaje oscuro muy ligado a Bertone.
También se opuso a participar del salvataje del hospital San Raffaele, de Milán, como quería el segundo del Papa.
No por nada venenos anónimos llegaron a mencionarlo como uno de los "cuervos".
Ayer, Gotti Tedeschi amenazó con querellar a quienes lo difamen. Y dijo que prefería no hablar sobre su destitución del Banco del Vaticano porque le saldrían sólo "feas palabras". "Mi amor por el Papa prevalece también sobre la defensa de mi reputación vilmente puesta en discusión", hizo saber, evidentemente amargado.
Las filtraciones
- El comienzo. A fines de enero, se publicaron las cartas escritas por el ex número dos del Governatorato y actual nuncio en Estados Unidos, Carlo María Viganó, al Papa y al secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone. En ellas, denunciaba situaciones de corrupción en la Santa Sede.
- Finanzas dudosas . Se hizo público un memo anónimo que echaba luz sobre las falencias de una nueva ley antilavado del Vaticano. También se reveló que el Banco del Vaticano había realizado transferencias al exterior para evitar controles.
- Complot. La difusión de una carta anónima que develaba un presunto complot contra el Papa despertó especial atención. En la misiva, se daba cuenta de presuntas declaraciones del cardenal italiano Paolo Romeo, arzobispo de Palermo, en las que afirmaba que al Papa le quedaba un año de vida y denunciaba maniobras políticas para su sucesión.
- Internas. En marzo, se echó luz sobre una interna a través de dos cartas. En una, Bertone le ordenaba, en nombre del Papa, al cardenal Dionigi Tettamanzi, ex arzobispo de Milán, que dejara su cargo de presidente del Istituto Giuseppe Toniolo, un importante centro de poder del Vaticano. En otra, Tettamanzi, indignado, le pedía explicaciones al Papa, quien anuló la orden de su segundo.
- Libro. Hace una semana, se publicó Su Santidad, que revela cartas que llegaban al Papa sobre temas candentes dentro de la Iglesia y de Italia. El Vaticano lo definió como un "acto criminal".
- Destitución. Como consecuencia de las filtraciones, anteayer destituyeron al presidente del IOR, Ettore Gotti Tedeschi, centro de acusaciones cruzadas por las finanzas del Vaticano.
DEBATEN EL FUTURO DE UN CUESTIONADO CARGO
ROMA (DPA).- Tras la histórica destitución del presidente del Banco del Vaticano, como se conoce al Istituto per le Opere Religiose (IOR), el futuro de la cuestionada institución es un misterio. Después de afirmar en un comunicado que decidieron por "unanimidad" la remoción de Ettore Gotti Tedeschi "por no haber cumplido varias funciones de prioritaria importancia", el consejo de vigilancia del banco se reunió ayer para analizar los pasos a seguir. Sin embargo, todavía no trascendió quién ocupará el cargo de la entidad, que es blanco de críticas por supuesta falta de transparencia. Tedeschi, por su parte, es investigado por presunto lavado de dinero..
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