Seis cámaras que espían, un muro
rematado por alambres de púa y un guardia erguido en la puerta le dan
un aire de fortaleza al depósito municipal de vehículos de Moreno al
2400. Es la apariencia que adoptó tras el escándalo de hace poco más de
un año por el faltante de rodados y autopartes, un incidente que redundó
en más vigilancia y pautas para el ordenamiento del sector. Hoy, con un
caudal de 5.200 automotores entre el predio céntrico y el de zona
oeste, el corralón municipal redujo en un 40 por ciento la cantidad de
remisiones y se apresta a compactar 3.800 unidades en desuso el mes que
viene.
La estrategia de liberar espacio y sumar
control en el depósito municipal de vehículos surgió a partir de las
causas judiciales —aún en curso— que lo pusieron bajo la mira en 2010.
Con la reducción de piezas viejas a chatarra liberará casi las tres
cuartas parte de su superficie (ver página 4). A esto se suma que el año
pasado se redujo la cantidad de vehículos que entraron al corralón:
fueron 6.200 entre autos y motos, lo que arroja un promedio de 16
remisiones diarias.
Así se acomoda el sector tras la polémica que estalló
en noviembre de 2010 con denuncias por el faltante de rodados y
autopartes. Esto motivó la intervención del Concejo, dio origen a
investigaciones judiciales y derivó en la renuncia del titular de la
Dirección de Tránsito, Mauricio Malano.
Si bien no hubo sanciones en materia penal,
funcionarios judiciales supervisaron los predios y las listas de autos a
compactar. El depósito pasó a depender del Tribunal de Faltas y se
delinearon medidas para afrontar el desborde de la capacidad de
contención y control. "Fue necesario diseñar otra logística, se
necesitaban medidas adicionales y apuntamos a duplicar el control", dijo
Luis Baita, subsecretario de Seguridad Ciudadana.
En baja. La baja en la cantidad de
autos captados por la grúa municipal obedece a la sanción de la
ordenanza 8.733, de diciembre de 2010, que flexibilizó los criterios de
remisión de vehículos al corralón. La normativa eliminó dos causales: la
falta de pago del estacionamiento medido y la doble fila. Y permitió la
cesión de conducción a un tercero en caso de alcoholemia para evitar la
saturación del depósito.
Un estudio comparativo de junio a diciembre de 2011
arrojó que la llegada de autos al corralón "se redujo en un 40 por
ciento" en relación al mismo período del año anterior, según indicó a
este diario Marcelo Gamboni, responsable del sector.
En todo el año se decomisaron 1.900 autos. La mayoría
fueron recuperados por sus dueños. En cambio, fue intensivo el ingreso
de motos como resultado de los operativos masivos de control. Así, de
enero a diciembre se remitieron 4.300 de esos vehículos.
Vigilados. El corralón de Moreno y
Ocampo es el que más control sumó. El área fue separada de las
instalaciones de Tránsito por un tejido. Los muros del perímetro se
elevaron a cuatro metros y medio y sólo asoman las copas de algunos
árboles del parque Independencia. Se incluyó vigilancia cruzada —un
agente de seguridad privada y efectivos de la policía provincial— , se
reforzó la iluminación y se colocaron seis cámaras que dominan las 600
motos y los 88 autos acumulados allí.
Según Baita, las filmaciones permitieron reducir los
reclamos administrativos por faltante de autopartes. "La gente a veces
dice que su auto tenía otras gomas o que le faltan los espejos. Cuando
les decimos que está filmado cómo entró el auto desactivan la demanda.
Muchos de esos reclamos eran infundados y generaban mucho desgaste
administrativo", apuntó.
En ese predio se guardan en forma transitoria los
vehículos de secuestro más reciente. Los que llevan más tiempo bajo
custodia del municipio van al atiborrado terreno de zona oeste. El
funcionario indicó que allí se colocó un tejido perimetral, aumentó la
presencia policial y está previsto colocar cámaras con sistema
inalámbrico que serán supervisadas desde el Centro de Monitoreo
municipal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario