El programa Rosario Más Limpia detectó bolsas en veredas donde hay contenedores. Sacar desechos “verdes” en días prohibidos, otra de las faltas más comunes en la ciudad.
El municipio, en lo que va de 2011, aplicó 960 multas a vecinos que no arrojaron la basura en los contenedores correspondientes, usaron los cestos papeleros para volcar residuos domiciliarios o bien dejaron ramas y hojas esparcidas por la vereda. Entre estos infractores figuran comerciantes que no contaban con un servicio diferencial de recolección obligatorio o que bien echan mano a los recipientes plásticos o metalizados para arrojar desechos gastronómicos, textiles o industriales. Bajo la lupa del programa de fiscalización oficial quedó el sector sur de Fisherton, el entorno del club Argentino de Rosario y la zona del shopping Portal.
De enero a fines de julio pasado, el programa Rosario Más Limpia, que conduce Cecilia Gianneschi, contabilizó 4.930 actas por inconductas registradas por los doce inspectores de Servicios Públicos encargados de controlar la disposición correcta de la basura.
De ese total, 960 no acataron los apercibimientos o los plazos de 48 horas para revertir la irregularidad y deberán pagar de 200 a 900 pesos por la multa (en el caso de los domicilios) y desde 5 mil hasta la clausura de los locales en el sector comercial.
Las multas labradas hasta julio podrían superar la marca anual que, en 2010, fue de 6.300 actas y 1.500 infracciones sancionadas por el Tribunal de Faltas municipal. Al menos la actual proyección permite aventurarlo.
El mapa. "La zona norte es la que mejor respondió a las pautas de una correcta disposición cuando hicimos los operativos intensivos. En cambio, tuvimos muchas dificultades en Fisherton al sur (Mendoza, Córdoba, Circunvalación y Wilde), alrededor del club Argentino de Rosario (por Sorrento) y en la zona aledaña al Portal Rosario", especificó Gianneschi.
También en barrio Belgrano (Provincias Unidas, Paraná y Circunvalación) hubo reiteración en las infracciones, al igual que en el ala norte de La Florida, llegando a la cabecera del puente Rosario-Victoria.
Sí respondió al paso del programa un sector del distrito suroeste (San Martín, Oroño, Seguí al sur), donde la llegada de los inspectores permitió detectar muchos residuos en baldíos y escombros esparcidos en los espacios públicos y, posteriormente, pudo revertirse la situación.
La coordinadora del programa de fiscalización también le apuntó al corredor comercial de calle San Luis.
"Arrojan la basura domiciliaria y comercial en los cestos papeleros y no todos los locales tienen contratado el servicio especial de recolección que exigen las normas vigentes", detalló. Muchas veces, los inspectores pescan in fraganti a los vecinos infractores, pero en otras oportunidades deben abrir las bolsitas para buscar algún indicio o identidad para luego remitirlo como prueba al Tribunal de Faltas.
Insólito. Durante este año, se halló un caso sorprendente. Además de las heladeras viejas o microondas quemados o rotos que se encuentran a un costado del contenedor domiciliario, los inspectores descubrieron frente al hospital Provincial (Alem y 9 de julio) un enorme sofá deshilachado y vetusto.
"Los casos más comunes son los de las personas que se niegan a caminar hasta el contenedor y optan por dejar la bolsita en la cazuela del árbol frente a su casa o edificio", explicó la funcionaria.
Las empresas consideradas infractoras no cuentan con la contratación del servicio especial (cuyo costo mínimo ronda los 300 pesos), o bien les hacen una recolección que no alcanza a cubrir sus volúmenes de desechos y dejan el resto en los recipientes domiciliarios.
Paralelalmente, los comercios dedicados a la gastronomía y los que manipulan alimentos (verdulerías, supermercados y rotiserías) también deben contar con ese servicio de recolección.
"También hemos detectado luchas entre vecinos por el contenedor. Está la persona que lo quiere en la puerta y otra que vive corriéndolo de lugar", advirtió Gianneschi.
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