Una luz amarilla se encendió ayer en la Legislatura para el gobernador electo Antonio Bonfatti. Las alarmas sonaron en el oficialismo luego de que los diputados justicialistas decidieran dejar sesionando en minoría al interbloque del Frente Progresista en disconformidad con el tratamiento de un proyecto de la Casa Gris relacionado con la creación de cargos para la reforma penal instrumentada en los estrados judiciales provincial.
El detonante de la masiva retirada de los bloques del PJ se produjo luego de la reunión de Labor Parlamentaria, que precede a las sesiones ordinarias del cuerpo y en cuyo marco se acuerdan las iniciativas que van a ser abordadas en el recinto.
En ese ámbito el Frente Progresista tenía agendado en el orden del día el mensaje del Poder Ejecutivo que contempla la creación de 850 cargos para la implementación de la reforma penal santafesina.
Para el jefe del bloque del Frente Progresista, el socialista Raúl Lamberto, lo sucedido ayer en Diputados "marca lo que puede ser el futuro de la gobernabilidad en la provincia".
"El justicialismo sólo tenía la intención de seguir demorando la implementación de los cargos para la reforma penal que viene siendo dilatada desde el presupuesto 2010 y que hoy (por ayer) figuraba en el orden del día como único tema de trascendencia para ser aprobado. No dieron el quórum y el tratamiento se cayó", se quejó Lamberto.
"Esto marca el futuro de la gobernabilidad en la provincia —siguió el legislador— y la falta de compromiso político con la reforma penal, no sólo del justicialismo, sino también del PRO, porque los dos legisladores electos por ese partido deliberadamente no dieron quórum, en una estrategia conjunta con el justicialismo".
"Esto es la primera vez que sucede desde el 2003 hasta ahora, lo que resulta claramente deliberado con una aplicación de la política de vaciamiento kirchnerista del Parlamento", disparó el legislador galvense en diálogo con LaCapital.
La otra campana. "Cada uno que haga la interpretación que quiera, pero no tiene nada que ver una cosa con la otra. Lo que hicimos fue dejar que el oficialismo, que tiene mayoría en la Cámara, sesionara y aprobara un tema sobre el cual nosotros les requerimos precisiones para abordarlo con mayor profundidad la semana próxima", contraatacó el titular del bloque del Frente para la Victoria en la Cámara baja, Luis Daniel Rubeo.
"Tienen que aprender a consensuar los colegas del Frente Progresista. Nosotros les pedimos que el mensaje volviera a comisión porque esos 850 cargos no sólo refieren al nombramiento de jueces y funcionarios, sino también de empleados, choferes y otros cargos que nada tienen nada que ver con el funcionamiento de la reforma penal", justificó Rubeo en diálogo con este diario.
"Por eso pedimos verlo (al proyecto) con mayor detenimiento antes de tratarlo en el recinto; que volviera a comisiones para tratarlo la semana próxima, pero como el Frente Progresista insistió con aprobarlo esta misma tarde decidimos no ingresar al recinto", justificó Rubeo la estrategia del peronismo.
Finalmente, azuzó: "Si el oficialismo, que tiene mayoría, no logró quórum propio y se les cayó la sesión no es responsabilidad del justicialismo. Somos opositores, y es el oficialismo el que debe garantizar el quórum; pero la realidad es que ellos no pudieron juntar el número para hacer funcionar la Cámara", opinó Rubeo sobre la polémica jornada de ayer.
Lo ocurrido ayer en la Legislatura santafesina es una clara señal de lo difícil que se avisora la convivencia, después del 11 de diciembre (cuando asuman las autoridades recientemente electas), entre los dos poderes del Estado que, por primera vez en la historia, tendrán signos políticos distintos: un Ejecutivo del Frente Progresista y una Legislatura que será opositora en ambas Cámaras.
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