De lejos uno puede adivinar que Ana María Martínez (33) es una mujer luchadora. Lo suyo no es la “fragilidad”.
Pero de un tiempo a esta parte su fortaleza comenzó a “hacer agua”. ¿El motivo? Los constantes golpes que la delincuencia asesta en su emprendimiento comercial, el minimercado San Benito ubicado en el corazón de barrio Los Hornos.
Hay que saber que la trastienda de este negocio guarda también una historia de amor.
La de Ana María y Matías Capriz (27), un joven que se recibió de médico en Estados Unidos y que hoy pasa sus días en Santa Fe haciéndole “el aguante” a su compañera y luchando con la burocracia nacional para terminar sus papeles.
Jugadas
El miércoles a la tarde, cuando faltaban pocos minutos para terminar la jornada comercial, tres mujeres ingresaron al local de calle 4 de Enero al 5200.
Las “clientas” eran dos mujeres de unos 30 años, las que estaban acompañadas por una adolescente, de entre 12 ó 13 años.
Dos de las recién llegadas se quedaron frente al mostrador y comenzaron a darle charla a Ana María. Se interesaron por varios productos y consultaban precios. Mientras tanto la tercera mujer caminó unos pasos y fue hasta el fondo del negocio.
Al cabo de unos minutos Ana María fue hasta el fondo del local para ver qué pasaba. Fue entonces cuando en un abrir y cerrar de ojos se encontró con una cuchilla apuntandole al cuello.
Las mujeres sacaron a relucir sus verdaderas intenciones y comenzaron con su “trabajo”. En las propias bolsas del comercio cargaron los artículos que más le apetecían. En su labor seleccionar algunos de los productos más costosos, vinculados con la electrónica, aunque no descartaron otros de consumo diario. También se llevaron una gruesa suma de dinero, aproximadamente 4 mil pesos.
Tras lanzar las clásicas amenazas el trío se retiró del lugar con rumbo incierto.
Antecedente
El minimercado San Benito es casi una “institución” en el barrio, aunque carga con una penosa historia en materia de robos y asaltos.
La propia Ana María recordó cada uno de esos tragos amargos.
“En diciembre Matías y yo compramos este negocio. Desde entonces ya hemos sufrido cuatro ataques de la delincuencia.
Nos violentaron las cerraduras, nos rompieron unas ventanas, después nos forzaron las rejas, en fin..., pasó de todo”, dijo.
Más adelante la mujer se hizo eco de muchos incidentes que vienen ocurriendo en la barriada y que despiertan el lógico temor entre los vecinos.
“Conozco varios casos de gente que fue asaltada en la calle. Mujeres a las que han revolcado por querer sacarle algo. Incluso hasta a Matías hace poco le pegaron una trompada desde atrás para robarle los auriculares que llevaba puestos.
Por último Ana María y Matías hicieron conocer un dato que obró como una sentencia.
Los anteriores dueños del minimercado San Benito sufrieron 34 robos en poco más de diez años. “Por eso lo vendieron”.
Maderera
Ocurrió en un minimercado de barrio Los Hornos. También asaltaron una maderera de la zona norte.
Otro hecho delictivo ocurrió en el comercio Norte Maderas, ubicado en avenida Blas Parera al 7800. Personal policial debió acudir a dicho lugar alertado por un custodio que advirtió destrozos en la parte posterior del comercio. A poco de requisar el inmueble se constató daños en un portón de madera y la sustracción de unos 1.300 pesos que había en la caja registradora.
Asaltante coqueto
La peluquería “Viviana”, de Santo Tomé, fue escenario de un increíble suceso. Cerca del mediodía un individuo ingresó al local, ubicado en ubicado en avenida 7 de Marzo y Saavedra, y solicitó un corte de pelo. Sin imaginar siquiera los momentos por venir la peluquera cumplió con su trabajo, aunque una vez terminado llegó la sorpresa. El “cliente” sacó un arma de fuego y encañonó a la mujer. Bajo amenaza le sustrajo la recaudación y escapó del lugar a la carrera.
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