La última década se triplicaron sus ventas. En Santa Fe están de moda los grupos que salen a pedalear como esparcimiento, pero aún pocos se animan a incorporarla como transporte.
Si bien está muy lejos de constituirse en el medio de transporte por excelencia, como ocurre en algunas ciudades europeas, cada vez más gente se anima a subirse a este vehículo de dos ruedas inventado en 1839, ya sea como modo de esparcimiento, para practicar algún deporte o simplemente para trasladarse dentro de la ciudad hacia la facultad o el trabajo.
En los últimos años, en Santa Fe se reprodujeron distintos grupos de paseos que invitan a seductoras travesías, de cortas o medianas distancias. Esto fue un aliciente para que muchos se inicien en la actividad y la incorporen como un hábito cotidiano, que ayuda a bajar de peso y a dejar de fumar, reduce el riesgo de infarto en un 50%, mejora la postura, causa una sensación de bienestar a través de la generación de endorfinas, y hasta previene el cáncer.
“Se trata de un medio económico, ecológico y saludable”, afirmó a Diario UNO Aldo Villalba, coordinador de un grupo de ciclistas. Villalba contó además: “Cuando arrancamos éramos a lo sumo 10 personas, pero con el correr del tiempo se fue uniendo más gente y hoy somos más de 30 los que salimos a pedalear todas las semanas”.
Por su parte, más allá del pasatiempo, Adriana Pacheco utiliza desde hace 15 años la bicicleta como medio habitual de transporte: “En 10 minutos puedo llegar de mi casa al trabajo y me siento más respetada como ciclista que como peatón”, aseveró esta diseñadora gráfica, que incorporó el hábito tras un viaje a Europa en 1997 y conoció lo que significa el concepto de consumo responsable: “Allá pude ver hombres vestidos con trajes carísimos que llegaban a trabajar a sus oficinas en bicicletas. En Santa Fe se ve más a la gente joven y a los obreros de la construcción o pintores”, comentó.
Realidad
Sin embargo, que la mayoría de las personas imite este modelo e incluya a la bicicleta como medio para conducirse dentro de la ciudad parece una realidad lejana en la capital provincial: “Se usa más como forma de hacer deporte, para traslado la gente prefiere más la moto o el auto, aunque demoren más en llegar a algún lugar que si lo hicieran pedaleando”, señaló Gonzalo Salas, ex corredor de carreras de bicicleta y propietario de un comercio abocado a este rubro.
En este marco, Pacheco aportó: “Acá se piensa que por las calles resulta difícil andar en bici, pero esto no es así: yo me muevo en una bicicleta playera que ni siquiera cambios tiene. Además hay otros prejuicios sociales, donde se cree que por una cuestión de status es mejor andar en auto”.
En referencia a la tendencia a incorporar el hábito de usar la bicicleta con distintos fines, Gonzalo Salas indicó: “Este fenómeno se da a nivel mundial, no creo que responda a una moda, sino a una costumbre que llegó para quedarse. En Buenos Aires y en Rosario se hacen maratones multitudinarias que dan cuenta de esto”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario