El decano del instituto a cargo
del trabajo valoró la pieza como “una de las pocas del país”. El trabajo
empezó en 2010. El 10 de agosto se estrenará el renovado lienzo.
La Capital |
La primera función de la zarzuela
“Luisa Fernanda”, el 10 de agosto en el teatro El Círculo, tendrá un
atractivo extra: el estreno de la restauración del telón de boca de la
sala pintado en 1904 y recuperado por el equipo del Instituto de
Investigaciones sobre el Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional
de San Martín (Usam). La tarea demandó más de dos años de trabajo de
profesionales de distintas áreas: conservadores e historiadores del
arte, pero también químicos y auxiliares de laboratorio. “Restaurar esta
tela fue una labor inaudita, casi excepcional, ya que debe ser una de
las pocas piezas que quedan en el país de ese género”, destaca el
decano del instituto, Néstor Barrio.
Y sabe de qué habla. Con una trayectoria de más de 40 años en el
estudio y conservación de bienes culturales, Barrio asegura que ya
perdió la cuenta de la cantidad de proyectos en los que participó. El
sitio web de la Usam menciona que sólo desde 2004 pasaron por el Taller
Tarea (que depende del instituto) más de 200 obras, entre ellas el
mural “Ejercicio plástico” que David Alfaro Siqueiros plasmó en la
década del 30 en el sótano de la quinta de Natalio Botana y desde 2010
se exhibe en el Museo del Bicentenario. “Un proyecto —dice— gigantesco,
binacional, pluridisciplinario y con un impacto mediático muy
importante”, que permitió recuperar una obra a la cual una enrevesada
disputa judicial mantuvo 18 años guardada en cuatro contenedores a la
intemperie.Más lejos de la atención pública, el desafío de restaurar el telón de El Círculo no significó un reto menor. El lienzo (de 13 metros de ancho por 12 de alto) fue el más grande que llegó a manos del equipo de restauración y obligó a múltiples maniobras para transportarlo e instalarlo en el taller. Entre ellas, tirar abajo una pared de la planta baja y construir un sistema de rodillos para trabajar sobre la obra, ya que resultaba imposible desplegarla.
La pieza llegó al taller de Capital Federal, en febrero de 2010 y regresó a Rosario el lunes pasado. Desde entonces, una quincena de profesionales está completando su montaje, que también sufrió modificaciones para facilitar la conservación de la centenaria pintura.
Sabiduría. “El triunfo de Palas” es el nombre de la obra que Giuseppe Carmignani plasmó sobre el telón de boca de El Círculo en 1904. Representa la victoria de la sabiduría, con dioses del Olimpo. Es una réplica del existente en el teatro Regio de Parma, realizado en 1824 por Giovanni Battista Borghesi.
El trabajo del equipo del Taller Tarea no sólo le devolvió su lozanía, sino también una historia. “Esta magnífica obra fue pintada sobre el piso, con una técnica llamada gouache (una pintura opaca cubriente diluida en agua, una especie de témpera), con trazos firmes y sin correcciones, lo que nos habla de un artista increíble y un maravilloso oficio perdido”, explica Barrio.
Es más, a partir de esta experiencia en
el instituto se emprenderá una investigación sobre obras similares que
pueden existir en salas de ópera de la región. "Este telón habla del
furor y del amor por la ópera que existió en esta ciudad, que tenía una
comunidad italiana importantísima —advierte—. Y esto tiene mucha
relación con la construcción del teatro y el trabajo del artista
italiano oriundo de Parma, que hizo murales y pintó este telón que debe
ser una de las pocas piezas de ese género que quedan en el país. Por
eso vamos a empezar a buscar otros parientes que puedan existir en
teatros de Argentina o de Uruguay, Chile y Brasil".
Carmignani llegó de Italia para
trabajar en el país a fines del siglo XIX. Además de la pintura del
telón, también es el autor de los magníficos frescos de la cúpula de la
sala principal de El Círculo donde un gran plafón presenta una cornisa
de significativas dimensiones circundada por una corona en la que el
artista pintó medallones con figuras alegóricas interpoladas con
retratos de Verdi, Wagner, Mozart, Donizetti, Meyerbeer, Bellini, Gounod
y Rossini, entrelazados con guirnaldas. Un círculo menor simula ser el
firmamento y allí está la rúbrica de su autor.
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