Analistas de la Unidad Central contra las Redes de Inmigración y Falsedades Documentales (UCRIF) de la Policía consultados aseguran que el fenómeno se ha agudizado en los últimos tiempos, en los que muchas mujeres que habían conseguido salir de la prostitución han tenido que regresar al "oficio" ante la falta de recursos.
El estudio revela que alrededor de un 10% de las meretrices atendidas en la actualidad por esta ONG son españolas, después de las de origen suramericano, de Europa del Este y las subsaharianas.
Por si fuera poco, muchas mujeres han tenido que rebajar el precio de los servicios y algunas son obligadas a practicar sexo sin preservativo ante la presión de los clientes.
Por suerte, son muy pocas las españolas que han caído en las redes de la explotación sexual o de la trata de seres humanos y la inmensa mayoría ejercen la prostitución, teóricamente, sin ser coaccionadas.
De enero a mayo de este año, la Policía Nacional rescató a 158 mujeres de las garras de las redes de trata y ninguna era española. Las víctimas más numerosas provienen de Paraguay, Rumanía, Brasil y Nigeria.
Pero sí hay españoles entre los detenidos por formar parte de organizaciones criminales que explotan a mujeres, 39 arrestados en los cinco primeros meses del año, aunque los rumanos vuelven a encabezar el número de detenidos por este delito, 51 detenciones, lejos de los ciudadanos nigerianos, con 20 arrestos.
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