A la odontología también llegó, y hace ya varios años, la discusión sobre cómo formar a los futuros profesionales: graduar sólo buenos expertos en terapéuticas o, en cambio, trabajadores de la salud que además de altas competencias técnicas se desempeñen con un fuerte compromiso hacia su entorno social. La disyuntiva se resolvió localmente por la segunda opción, y se materializó en el plan de estudios de 1986. Es en esa línea que la Facultad de Odontología de la Universidad Nacional de Rosario será sede de las segundas Jornadas Internacionales sobre Odontología Social, a las que la semana que viene asistirán todas las casas de estudio colegas de la Argentina y expertos de otros 10 países. El objetivo es intercambiar experiencias y trabajar en conjunto para el diseño de currículas académicas, la interacción con otras instituciones y la colaboración con los estados para la implementación de nuevas políticas públicas que privilegien la promoción y la prevención en torno a la salud bucal.
El gestor de la reunión en Rosario es el profesor Eduardo Williams, titular de la Cátedra de Odontología Social IV de la Facultad. Las jornadas se desarrollarán entre el miércoles y el viernes próximos en el aula mayor de la casa de estudios.
En Sevilla
La primera experiencia de este tipo fue en la ciudad española de Sevilla, en noviembre pasado. Fue allí donde se acordó que la continuidad tenga a Rosario por anfitriona. Y no por casualidad.
Williams fue uno de los gestores del plan de estudios que hace un cuarto de siglo incorporó la formación social de manera transversal –en todas las cátedras– en la facultad de Odontología. Por eso, en 1989 las autoridades de la ibérica Universidad del País Vasco lo invitaron para que asesorara sobre cambios curriculares que apuntaran a una odontología social y preventiva. Estuvo allí seis meses, en los que trabó numerosas relaciones profesionales. El trabajo y los contactos hicieron que, años más tarde, lo invitaran a las primeras Jornadas Internacionales de Odontología Social realizadas en Sevilla a fines de 2010. Fue en esa oportunidad, y previa autorización del Rectorado de la UNR y del decanato de Odontología, que propuso a Rosario como sede para la continuidad del intercambio, lo que fue aceptado. “Nos interesa ver las características de las zonas y las distintas realidades sociales que tiene la gente, porque todo eso incide en el proceso de salud-enfermedad”. Así resume el conocido odontólogo el norte que guía la búsqueda de una formación universitaria comprometida con la realidad social donde los futuros egresados deberán actuar.
Convocatoria a pedir de boca
El resultado de esta segunda convocatoria superó todas las expectativas. “Hubo una respuesta muy importante. Logramos la participación de 10 países, tanto de América como de Europa. Fue una sorpresa porque pensábamos que la odontología social comunitaria estaba un poco desplazada del centro de interés, y esto porque se piensa que la formación del recurso humano para la profesión tiene que pasar exclusivamente por la terapéutica, y no por considerar al individuo en el contexto donde vive e indagar cuáles son las connotaciones sociales que producen las distintas situaciones odontológicas”, explica Williams.
A priori pareciera que el concepto de lo social y la odontología no tuvieran una relación estrecha, pero la salud bucal está íntimamente ligada a la alimentación, la calidad de vida, y hasta el escenario laboral. “La carie dental es una de las enfermedades que más ausencia laboral produce, si se incluyen los dolores de muelas”, ejemplifica el docente.
Mahoma va a la montaña
Sobre la impronta social que la Facultad le imprimió a sus acciones, Williams destacó los 13 centros periféricos odontológicos a los que concurren casi 200 alumnos y varios docentes. Están distribuidos en varias zonas de la ciudad –uno de ellos en el Hogar del Huérfano, otro en el hogar del cura Tomás Santidrián y uno más en la parroquia de Ignacio Peries– y también los hay en las localidades de Soldini y Villa Constitución. Su funcionamiento es posible gracias a convenios con instituciones religiosas o de la sociedad civil. La comunidad atendida es la que solventa –con bonos contribución voluntarios– el costo de los materiales, mientras que la Facultad aporta el trabajo de docentes y alumnos. Además, institucionalizó dentro de las prácticas finales las llamadas misiones solidarias, que se realizan todos los años y ya tuvieron como destino a varias provincias del norte, a Entre Ríos y a Santiago del Estero.
Práctica profesional
Williams enfatiza el objetivo al que apunta tanto las acciones de extensión que realiza la Facultad como el de las próximas jornadas internacionales de Rosario, en relación a la práctica profesional: “Fundamentalmente lo que hacemos es prevención, además de los tratamientos terapéuticos, pero lo primero nos interesa porque si no, lo segundo no se sostiene”. y cierra con optimismo: “Las jornadas serán muy importantes porque vamos a poder intercambiar ideas y proyectos, y yo estoy entusiasmado porque es gente que está trabajando en las misma sintonía, se podrá trabajar en conjunto, tanto en lo que refiere a las facultades de odontología del país como las de Paraguay, Uruguay, Chile, Bolivia, Perú y Europa”.
El gestor de la reunión en Rosario es el profesor Eduardo Williams, titular de la Cátedra de Odontología Social IV de la Facultad. Las jornadas se desarrollarán entre el miércoles y el viernes próximos en el aula mayor de la casa de estudios.
En Sevilla
La primera experiencia de este tipo fue en la ciudad española de Sevilla, en noviembre pasado. Fue allí donde se acordó que la continuidad tenga a Rosario por anfitriona. Y no por casualidad.
Williams fue uno de los gestores del plan de estudios que hace un cuarto de siglo incorporó la formación social de manera transversal –en todas las cátedras– en la facultad de Odontología. Por eso, en 1989 las autoridades de la ibérica Universidad del País Vasco lo invitaron para que asesorara sobre cambios curriculares que apuntaran a una odontología social y preventiva. Estuvo allí seis meses, en los que trabó numerosas relaciones profesionales. El trabajo y los contactos hicieron que, años más tarde, lo invitaran a las primeras Jornadas Internacionales de Odontología Social realizadas en Sevilla a fines de 2010. Fue en esa oportunidad, y previa autorización del Rectorado de la UNR y del decanato de Odontología, que propuso a Rosario como sede para la continuidad del intercambio, lo que fue aceptado. “Nos interesa ver las características de las zonas y las distintas realidades sociales que tiene la gente, porque todo eso incide en el proceso de salud-enfermedad”. Así resume el conocido odontólogo el norte que guía la búsqueda de una formación universitaria comprometida con la realidad social donde los futuros egresados deberán actuar.
Convocatoria a pedir de boca
El resultado de esta segunda convocatoria superó todas las expectativas. “Hubo una respuesta muy importante. Logramos la participación de 10 países, tanto de América como de Europa. Fue una sorpresa porque pensábamos que la odontología social comunitaria estaba un poco desplazada del centro de interés, y esto porque se piensa que la formación del recurso humano para la profesión tiene que pasar exclusivamente por la terapéutica, y no por considerar al individuo en el contexto donde vive e indagar cuáles son las connotaciones sociales que producen las distintas situaciones odontológicas”, explica Williams.
A priori pareciera que el concepto de lo social y la odontología no tuvieran una relación estrecha, pero la salud bucal está íntimamente ligada a la alimentación, la calidad de vida, y hasta el escenario laboral. “La carie dental es una de las enfermedades que más ausencia laboral produce, si se incluyen los dolores de muelas”, ejemplifica el docente.
Mahoma va a la montaña
Sobre la impronta social que la Facultad le imprimió a sus acciones, Williams destacó los 13 centros periféricos odontológicos a los que concurren casi 200 alumnos y varios docentes. Están distribuidos en varias zonas de la ciudad –uno de ellos en el Hogar del Huérfano, otro en el hogar del cura Tomás Santidrián y uno más en la parroquia de Ignacio Peries– y también los hay en las localidades de Soldini y Villa Constitución. Su funcionamiento es posible gracias a convenios con instituciones religiosas o de la sociedad civil. La comunidad atendida es la que solventa –con bonos contribución voluntarios– el costo de los materiales, mientras que la Facultad aporta el trabajo de docentes y alumnos. Además, institucionalizó dentro de las prácticas finales las llamadas misiones solidarias, que se realizan todos los años y ya tuvieron como destino a varias provincias del norte, a Entre Ríos y a Santiago del Estero.
Práctica profesional
Williams enfatiza el objetivo al que apunta tanto las acciones de extensión que realiza la Facultad como el de las próximas jornadas internacionales de Rosario, en relación a la práctica profesional: “Fundamentalmente lo que hacemos es prevención, además de los tratamientos terapéuticos, pero lo primero nos interesa porque si no, lo segundo no se sostiene”. y cierra con optimismo: “Las jornadas serán muy importantes porque vamos a poder intercambiar ideas y proyectos, y yo estoy entusiasmado porque es gente que está trabajando en las misma sintonía, se podrá trabajar en conjunto, tanto en lo que refiere a las facultades de odontología del país como las de Paraguay, Uruguay, Chile, Bolivia, Perú y Europa”.
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