Como no podía ser de otra manera, Unión salió al campo de juego con la idea permanente de presionar en campo rival, utilizando fundamentos tácticos ya habituales. El Tate apostó a los desbordes de Velázquez y Montero y al tándem Pérez-Rosales en la creación, buscando la cabeza goleadora de Quiroga.
Fue así que a los 3’, el dueño de casa tuvo la primera opción clara cuando el Flaco entró por izquierda y su remate fue contendido por Limousin. Un minuto más tarde, el Fantástico Pérez -el mejor del primer tiempo- probó de media distancia para exigir al uno visitante.
La aparición del Negro
Pese a que en los primeros minutos Unión se inclinó por derecha, de a poco fue Velázquez el que empezó a tener mayor preponderancia ofensiva. A los 11’, su centro fue desviado cuando Quiroga se preparaba para rematar. Un minuto más tarde, se escapó y mandó un buen centro para Rosales, pero Limousin ahogó el grito de gol. A esa altura, el equipo de FDK era merecedor de estar en ventaja. Si no fuese por las intervenciones del guardameta verdolaga, Unión podría haber definido el ascenso desde temprano.
Desde la media hora y hasta el final, Ferro dividió la tenencia de pelota. Meza Sánchez se adelantó y García tuvo presencia arriba. Pero fue por propia ineficacia Rojiblanca la merma en el nivel de juego, porque Pérez y Rosales no se asociaron tanto y Montero perdió terreno.
En el complemento, con las novedades de que San Martín (SJ) tampoco había podido quebrar el cero, Unión saltó al campo de juego decidido a terminar el asunto y decretar, de una vez por todas, su regreso a la máxima categoría. Y no le hizo falta demasiado tiempo para conseguirlo. A los 6’, después de errarse un gol increíble, Velázquez quedó mano a mano tras un pase de Rosales y, con un suave toque al primer palo, hizo estallar al 15 de Abril. Así, el Negro entró definitivamente en la historia Rojiblanca tras anotar la conquista que mandaba a Unión a Primera División.
Lo que quedó para después fue una larga espera, pese a que faltaban menos de 40 minutos para que esta travesía llegue a su fin. Un poco más retrasados, los de Kudelka cuidaron la pelota y sufrieron muy poco ante un timorato Ferro. Inclusive, el dueño de casa tuvo los espacios suficientes para ampliar el marcador.
Sin embargo, el resultado a esa altura era lo menos importante. La historia parecía estar ya escrita y, a medida que el reloj avanzaba, la gente aumentaba el volumen desde las tribunas. Algunas bombas se hacían escuchar y sólo faltaba el pitazo de Alejandro Castro para que todo llegue a su fin. Las lágrimas de Kudelka, minutos antes de que termine el partido, dejaban en evidencia que eso que ayer era un deseo, hoy ya es una realidad porque Unión está de vuelta entre los mejores de la Argentina.
Pese a que en los primeros minutos Unión se inclinó por derecha, de a poco fue Velázquez el que empezó a tener mayor preponderancia ofensiva. A los 11’, su centro fue desviado cuando Quiroga se preparaba para rematar. Un minuto más tarde, se escapó y mandó un buen centro para Rosales, pero Limousin ahogó el grito de gol. A esa altura, el equipo de FDK era merecedor de estar en ventaja. Si no fuese por las intervenciones del guardameta verdolaga, Unión podría haber definido el ascenso desde temprano.
Desde la media hora y hasta el final, Ferro dividió la tenencia de pelota. Meza Sánchez se adelantó y García tuvo presencia arriba. Pero fue por propia ineficacia Rojiblanca la merma en el nivel de juego, porque Pérez y Rosales no se asociaron tanto y Montero perdió terreno.
En el complemento, con las novedades de que San Martín (SJ) tampoco había podido quebrar el cero, Unión saltó al campo de juego decidido a terminar el asunto y decretar, de una vez por todas, su regreso a la máxima categoría. Y no le hizo falta demasiado tiempo para conseguirlo. A los 6’, después de errarse un gol increíble, Velázquez quedó mano a mano tras un pase de Rosales y, con un suave toque al primer palo, hizo estallar al 15 de Abril. Así, el Negro entró definitivamente en la historia Rojiblanca tras anotar la conquista que mandaba a Unión a Primera División.
Lo que quedó para después fue una larga espera, pese a que faltaban menos de 40 minutos para que esta travesía llegue a su fin. Un poco más retrasados, los de Kudelka cuidaron la pelota y sufrieron muy poco ante un timorato Ferro. Inclusive, el dueño de casa tuvo los espacios suficientes para ampliar el marcador.
Sin embargo, el resultado a esa altura era lo menos importante. La historia parecía estar ya escrita y, a medida que el reloj avanzaba, la gente aumentaba el volumen desde las tribunas. Algunas bombas se hacían escuchar y sólo faltaba el pitazo de Alejandro Castro para que todo llegue a su fin. Las lágrimas de Kudelka, minutos antes de que termine el partido, dejaban en evidencia que eso que ayer era un deseo, hoy ya es una realidad porque Unión está de vuelta entre los mejores de la Argentina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario