Los senadores Nicolás "Tito" Fernández, Miguel Ángel Pichetto y Eric Calgagno, fueron los primeros en asistir. Luego lo hicieron el diputado Agustín Rossi, quien después del acto diría que fue "una excelente designación de la Presidenta". Y al candidato a gobernador de Santa Fe lo siguieron mandatarios provinciales (Scioli, Urribarri, Capitanich, entre otros).
Tampoco faltaron la titular de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, quien por primera vez se mostró en un acto kirchnerista después del escándalo Schoklender y aseguró sentirse “muy feliz” por la elección de Cristina, y Estela de Carlotto.
Pasadas las 19, arribó Amado Boudou. Sonriente, el ministro de Economía llegó junto al jefe de Gabinete Aníbal Fernández y al resto de los ministros.
Flanqueada además de militantes de La Cámpora, del Movimiento Evita y de figuras sindicales (Moyano, Plaini, Viviani), Cristina se presentó en el Centro de Convenciones de la Quinta de Olivos y, luego de una introducción en la que recordó otra vez a Néstor Kirchner y hasta se refirió a la situación de River, explicó su decisión.
"Yo necesito al lado mío a alguien que no le tenga miedo a las corporaciones, a los preconceptos, a las cosas establecidas porque ha cambiado el mundo y va a seguir cambiando muy fuerte aún", sostuvo Cristina.
"Además de confiar en las cualidades personales de Amado, lo he valorado porque lo importante no es haber tenido la misma idea durante toda la vida, lo importante es saber cambiar y adaptarse a ese mundo que se derrumbó y cambió. Ese es un mérito importante", agregó la Presidenta en relación al giro ideológico que experimentó el titular del Palacio de Hacienda, quien militaba en la Ucedé y realizó una maestría en la ortodoxa Universidad del UCEMA.
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