Kudelka exigió que los referentes trabajaran juntos: primero se apartó Spahn pero finalmente quien resignó su puesto fue el vicepresidente, renunciando al manejo del fútbol.
Nada sale bien en Unión después de lo que terminó muy bien en la cancha con el retorno a Primera 
División. Es que luego de las burbujas e incluso de la reunión del martes a la noche, que fue calificada como positiva públicamente por el mismo presidente del Club Atlético Unión, llegó la esperada reunión con Frank Darío Kudelka para empezar a dar el primer paso importante de cara al futuro.
Antes de hablar de los números del nuevo contrato de este cuerpo técnico, de los jugadores que se van, de los jugadores que podrían venir, de la pretemporada, de los amistosos y de las cuestiones estrictamente deportivas, el entrenador le pidió a los dirigentes (además del presidente Spahn, el vicepresidente Molina y el dirigente Fabián Brasca) algo que hoy parece imposible en Unión: que los dos principales dirigentes se pongan a trabajar codo a codo en las decisiones del fútbol profesional que hay que tomar de ahora en más y evitar lo que se “sufrió” en la parte final del ascenso; es decir, Molina manejando el fútbol por un lado y el presidente por el otro. Como si fueran dos clubes distintos dentro de uno solo.
Ante este pedido —que obviamente es lógico— de Kudelka y con la pelota en el terreno de los dirigentes, las reacciones de uno y otro no se hicieron esperar en las últimas horas.
Por un lado, la primera carta importante la jugó el presidente Luis Spahn, manifestándole personalmente a Molina y luego por correo electrónico a una cantidad importante de dirigentes de la actual directiva que su decisión era “no involucrarse en el manejo del fútbol profesional y dejar todos en manos del vicepresidente, pero sin realizar más aportes económicos”.
Claro que el condimento está dado en el tiempo y forma que llegará la inyección económica para Unión en la categoría superior: por lo que averiguaron los dirigentes en la AFA, recién en tres meses podrán tener el dinero en caja.
Mientras tanto, para hacer las contrataciones, ¿quién iba a acercar la seguridad económica para las renovaciones de contratos y los refuerzos?
La segunda carta importante, después de la casi exigencia de Kudelka y la “no participación de Spahn en el fútbol profesional” fue jugada al cierre de esta edición por el vicepresidente Jorge Molina, quien confirmó a El Litoral su decisión de apartarse de la función que venía desempeñando de cara al futuro y dejar todo en manos del presidente.
“No voy a aceptar el cargo de presidente de la subcomisión de fútbol porque en ese ofrecimiento hay condicionamientos. El presidente renuncia a manejar el fútbol pero aclara que no lo financiará. A mí me lo comunicó por e-mail a las 7 de la mañana de ayer. Y media hora más tarde lo llamé para ratificarlo. Su ofrecimiento está condicionado. Él se comprometió personalmente a que los jugadores se iban a ir de vacaciones con sus haberes al día. Ni Kudelka ni el plantel se merecen esta situación que es ajena a ellos. Y Unión tampoco se merece esta situación que fue planteada en forma totalmente unilateral y no por mí”, expresó claramente Molina.
“Esta subcomisión integrada por Brasca, Avilé, García, Piazza y por mí, consiguió el objetivo del ascenso y pensaba que la comisión directiva debía darle un voto de confianza para seguir. Evidentemente, no se ha privilegiado a Unión en la decisión, no se puede aceptar algo que se ofrece en forma condicionada y por eso doy un paso al costado en el manejo del fútbol a pesar de haber conseguido el objetivo. Esto es algo unilateral, yo jamás planteé una situación de ruptura ni salí a los medios. Pero no puedo seguir trabajando en estas condiciones y lo hago por el bien de Unión, que está por encima de todos nosotros”.
Sobre Kudelka, Jorge Molina se limitó a decir que “Darío tiene claro absolutamente todo” y señaló que “hay muchas cuestiones que resolver y que están en el aire por la situación planteada”, como por ejemplo el retorno del plantel a los entrenamientos, la elección del entrenador y la situación de muchos jugadores cuyos contratos se vencieron.
División. Es que luego de las burbujas e incluso de la reunión del martes a la noche, que fue calificada como positiva públicamente por el mismo presidente del Club Atlético Unión, llegó la esperada reunión con Frank Darío Kudelka para empezar a dar el primer paso importante de cara al futuro.Antes de hablar de los números del nuevo contrato de este cuerpo técnico, de los jugadores que se van, de los jugadores que podrían venir, de la pretemporada, de los amistosos y de las cuestiones estrictamente deportivas, el entrenador le pidió a los dirigentes (además del presidente Spahn, el vicepresidente Molina y el dirigente Fabián Brasca) algo que hoy parece imposible en Unión: que los dos principales dirigentes se pongan a trabajar codo a codo en las decisiones del fútbol profesional que hay que tomar de ahora en más y evitar lo que se “sufrió” en la parte final del ascenso; es decir, Molina manejando el fútbol por un lado y el presidente por el otro. Como si fueran dos clubes distintos dentro de uno solo.
Ante este pedido —que obviamente es lógico— de Kudelka y con la pelota en el terreno de los dirigentes, las reacciones de uno y otro no se hicieron esperar en las últimas horas.
Por un lado, la primera carta importante la jugó el presidente Luis Spahn, manifestándole personalmente a Molina y luego por correo electrónico a una cantidad importante de dirigentes de la actual directiva que su decisión era “no involucrarse en el manejo del fútbol profesional y dejar todos en manos del vicepresidente, pero sin realizar más aportes económicos”.
Claro que el condimento está dado en el tiempo y forma que llegará la inyección económica para Unión en la categoría superior: por lo que averiguaron los dirigentes en la AFA, recién en tres meses podrán tener el dinero en caja.
Mientras tanto, para hacer las contrataciones, ¿quién iba a acercar la seguridad económica para las renovaciones de contratos y los refuerzos?
La segunda carta importante, después de la casi exigencia de Kudelka y la “no participación de Spahn en el fútbol profesional” fue jugada al cierre de esta edición por el vicepresidente Jorge Molina, quien confirmó a El Litoral su decisión de apartarse de la función que venía desempeñando de cara al futuro y dejar todo en manos del presidente.
“No voy a aceptar el cargo de presidente de la subcomisión de fútbol porque en ese ofrecimiento hay condicionamientos. El presidente renuncia a manejar el fútbol pero aclara que no lo financiará. A mí me lo comunicó por e-mail a las 7 de la mañana de ayer. Y media hora más tarde lo llamé para ratificarlo. Su ofrecimiento está condicionado. Él se comprometió personalmente a que los jugadores se iban a ir de vacaciones con sus haberes al día. Ni Kudelka ni el plantel se merecen esta situación que es ajena a ellos. Y Unión tampoco se merece esta situación que fue planteada en forma totalmente unilateral y no por mí”, expresó claramente Molina.
“Esta subcomisión integrada por Brasca, Avilé, García, Piazza y por mí, consiguió el objetivo del ascenso y pensaba que la comisión directiva debía darle un voto de confianza para seguir. Evidentemente, no se ha privilegiado a Unión en la decisión, no se puede aceptar algo que se ofrece en forma condicionada y por eso doy un paso al costado en el manejo del fútbol a pesar de haber conseguido el objetivo. Esto es algo unilateral, yo jamás planteé una situación de ruptura ni salí a los medios. Pero no puedo seguir trabajando en estas condiciones y lo hago por el bien de Unión, que está por encima de todos nosotros”.
Sobre Kudelka, Jorge Molina se limitó a decir que “Darío tiene claro absolutamente todo” y señaló que “hay muchas cuestiones que resolver y que están en el aire por la situación planteada”, como por ejemplo el retorno del plantel a los entrenamientos, la elección del entrenador y la situación de muchos jugadores cuyos contratos se vencieron.
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