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sábado, 23 de marzo de 2013

El abrupto cambio de discurso del kirchnerismo sobre el Papa Francisco

Cómo las figuras K pasaron de acusarlo de "colaboracionista" con la dictadura a llenarlo de elogios. Cristina Fernández, Estela de Carlotto, Luis D'Elía y Agustina Kämpfer. En pocos dias, el kirchnerismo giró su discurso papal.
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De un día para el otro, el grueso de los funcionarios, dirigentes y personalidades kirchneristas pasaron de acusar al papa Francisco como "colaboracionista" de la última dictadura -entre otras cosas por "haber entregado" a dos curas a los militares- a, de forma sopresiva, elogiar los valores de Jorge Bergoglio, distancia con los Kirchner desde 2003.
El abrupto giro en el relato sobre el Sumo Pontífice quedó ejemplicado con los gestos presidenciales, el viraje del dirigente de MILES, Luis D\'Elía, de Estela de Carlotto (Abuelas de Plaza de Mayo) y de Hebe de Bonafini (Madres) -quien asoció siempre al arzobispo Bergoglio con los militares- también del diario oficialista Página/12, así como hubo funcionarios y legisladores que esperaron las órdenes de la Presidenta -Juan Manuel Abal Medina, Héctor Timerman, Carlos Kunkel y Juan Cabandíe- para hablar en buenos términos de Francisco.
De los silbidos al beso. A las pocas horas de conocerse la histórica elección del primer papa argentino, Cristina Fernández de Kirchner felicitó de forma fría al nuevo Sumo Pontífice en un acto de Tecnópolis mientras militantes de La Cámpora lo silbaban. En ese momento, la Jefa de Estado no los desautorizó.
Su actitud fue completamente distinta cuando se enteró que sería la primera mandataria en entrevistarse con Francisco. En Roma, se mostró emocionada y hasta "sumisa", como la definió el periodista Luis Majul. Todo cambió en solo cuatro días.
El Papa bueno. Seis días después de la novedad histórica, el Jefe de gabinete Juan Manuel Abal Medina, negó el enojo cristinista con la elección de Bergoglio. "¿Cómo lo de Francisco puede ser algo malo?”, preguntó. "Inventan que estábamos enojados y después, como no lo estamos, dicen que cambiamos”, siguió.
El diputado Carlos Kunkel también esperó al momento apropiado para alabar a Francisco y celebró que el Sumo Pontífice sea "un discípulo de Perón". De la misma forma, el camporista Juan Cabandié -hijo de desaperecidos- elogió al Papa en la legislatura porteña. "Me parece genial que el Papa sea argentino, eso nos entusiasma. Como dijo nuestra Presidenta, un Papa que habla de la ‘Patria Grande’ es un Papa que nos entusiasma”, expresó. Antes, ni Kunkel ni Cabandié habían querido homenajearlo en el Congreso nacional o en la legislatura porteña.
Derechos y humanos. Luis D\'Elía fue el primer dirigente K en atacar a viva voz a Francisco. Desde Twitter comparó a Bergoglio con Juan Pablo II y su faceta de "imperilista para destruir la unión sudamericana". También lo ligó a la dictadura. A los pocos días, atenuó las críticas. Hasta que ayer desaparecieron. Sólo afirmó que "por su debate" el papa no vendrá a la Argentina antes de las legislativas de octubre.
Al día siguiente de la elección, Estela de Carlotto aseguró en una entrevista radial que Bergoglio "representa a esa Iglesia que oscureció la historia en nuestro país". Pero cuando los voceros K empezaron a callar sobre Francisco, Abuelas de Plaza de Mayo emitió un comunicado en el que sostenían que "no hablarían más" del tema. Hoy Carlotto insistió en que "no cambiaron el discurso" sobre el Papa.
La metamorfosis en el discurso sobre el exazorbispo porteño por parte de Hebe de Bonafini es mucho más marcada. La presidenta de Madres llamó "fascista" a Bergoglio en 2007, al año siguiente su agrupación tomó la Catedral y Hebe contó que debieron realizar sus necesidades detrás del altar "porque les clausuraron los baños".
La semana pasada, Bonafini dijo que "la Iglesia oficial es opresora" y que por eso las Madres se comunican "con los sacerdotes". Sin embargo, ayer señaló que se "sorprendió" por el vasto trabajo pastoral de Francisco.
También hubo excepciones en el universo K acerca del discurso sobre Bergoglio: el vicegobernador bonaerense Gabriel Mariotto, en el programa 6,7,8, el senador Aníbal Fernández -viajó a la asunción en el Vaticano- y Guillermo Moreno (pegó afiches celebrando al "primer papa peronista") fueron casi los únicos que respaldaron la elección del nuevo papa en un primer momento.
Sobre el programa militante de la TV Pública, su panelista Orlando Barone sorprendió el miércoles con un poema dedicado al Papa. Nego que fuera "opositor" después de cuestionar -junto a los otros panelistas- el papel de la Iglesia católica durante la última dictadura.
En lado opuesto del kirchnerismo, el espacio de intelectuales Carta Abierta, encabezado por el director de la Biblioteca Nacional, Horacio González, mantuvo su postura crítica con Jorge Bergoglio rechazando la etiqueta de "papa peronista" que le puso el secretario de Comercio pese al repentino cambio del discurso de la Casa Rosada.
Tweets y quejas. La novia del vicepresidente Amado Boudou, la periodista Agustina Kämpfer, criticó en duros términos a Francisco y la Iglesia católica a través de Twitter apenas se conoció la elección del nuevo papa. Según reveló la revista Noticias, el giro discursivo del kirchnerismo al transcurrir los días habrían provocado por los tweets de Kämpfer diferencias hasta con el propio vicepresidente.

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