Fuerte reconocimiento de Cristina al trabajo que realizó la Conadep
“Esta recordación no es
patrimonio de ningún sector político de la Argentina”, dijo la
presidenta, que le devolvió así el carácter de política de Estado -más
allá del gobierno de turno- a la responsabilidad de los derechos
humanos.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner recordó ayer la labor de la
Conadep y a quienes la integraron, en el acto en el que recibió los
legajos y notas originales de “aquella Comisión nacional creada durante
la gestión del presidente (Raúl) Alfonsín” para investigar la
desaparición de personas durante la última dictadura.
“Éstos
son los legajos originales de la Conadep”, que “no estaban en poder del
Estado” y fueron entregados al gobierno nacional por Pablo Ferreira,
“agente de la Secretaría General de la Presidencia en aquel momento,
(que) los rescató, temeroso de que pudieran desaparecer”, expresó la
jefa de Estado.
La presidenta mencionó a los integrantes de
la Conadep creada por Alfonsín el 15 de diciembre de 1983, cinco días
después de asumir, y cuyo informe, decisivo para impedir la impunidad de
los genocidas, fue entregado el 20 de septiembre del año siguiente.
“Quiero recordar que hemos invitado a este acto a todos los
presidentes de los distintos bloques de diputados y senadores, y también
a los miembros sobrevivientes de aquella Comisión”, dijo Cristina en el
acto realizado en el municipio bonaerense de Morón.
Entre
los integrantes de la Conadep, fue recordando los nombres de “Ricardo
Colombres, René Favaloro, Hilario Fernández Long, Carlos Gattinoni,
Gregorio Kimovsky, el rabino Marshall Meyer, monseñor Jaime de Nevares
-nuestro querido Jaime de Nevares-, Eduardo Rabossi, Ernesto Sábato
-nuestro querido escritor- y Hugo Diógenes Piucill”.
“Invitamos también a la señora Magdalena Ruiz Guiñazú, periodista que
también formó parte de esa Comisión y que por compromisos familiares no
pudo asistir, pero nos hubiera gustado tenerla presente”, señaló.
Mencionó además a “Horacio Huarte, que no pudo venir porque en estos
momentos está declarando en los Tribunales de Bahía Blanca, en juicios
de lesa humanidad”, y al entonces diputado radical Santiago López, entre
los integrantes de la Conadep.
Después aludió a Daniel
Salvador y Leopoldo Silgueira, que integraban la Secretaría de la
Conadep, en la que “estaba también Graciela Fernández Meijide, a la que
también invitamos pero que está en el exterior y no pudo asistir”.
“Esta recordación no es patrimonio de ningún sector político de la
Argentina”, subrayó la presidenta en el acto realizado a dos días de un
nuevo aniversario del golpe de Estado del 24 de marzo de 1976.
En el mismo sentido, subrayó que, “cuando se atenta contra la
democracia, no se atenta contra un partido o un sector político”, sino
contra “la forma de vida en que queremos vivir todos los argentinos”.
Nunca más
La investigación de la Conadep constató en 1984-85 la desaparición de
“cerca de nueve mil” personas, precisó entonces su presidente, Ernesto
Sábato, en el prólogo del libro que divulgó el informe final bajo el
título de “Nunca Más”. Además de recibir e investigar las denuncias de
secuestros y otros crímenes de la dictadura, la Conadep aportó un modo
de ordenar la acusación y las responsabilidades de la represión
terrorista de Estado por centro clandestino de detención.
De mansión a centro de torturas
El acto encabezado por Cristina Fernández se realizó en el predio de
Castelar donde funcionó el centro clandestino de detención y tormentos
Mansión Seré, que controlaba la Fuerza Aérea. El municipio bonaerense de
Morón, dinamitó el edificio en 1978, después de la fuga de cuatro
secuestrados.
Ya concluida la dictadura, un intendente
alquiló el predio como campo de deportes y otro construyó una casona
para reunirse con amigos. Desde 2006, funciona en ese lugar la Casa de
la Memoria y la Vida del municipio de Morón.
La Mansión Seré
había sido a comienzos del siglo XX el casco de un terreno de unas 60
hectáreas construido por herederos del inmigrante francés y ganadero
Juan Seré. La ciudad de Buenos Aires compró la casa en 1949 y hasta
entrados los años ’70 fue utilizada por el Instituto de Previsión Social
y como casino de oficiales de la Séptima Brigada Aérea de Morón.
Desde mediados de 1977, la Fuerza Aérea la utilizó como centro
clandestino de detención, torturas y exterminio, hasta que en la noche
del 24 de marzo de 1978 cuatro secuestrados se descolgaron con frazadas
de una ventana del primer piso y escaparon.
Los fugados en
ese segundo aniversario de la dictadura fueron Guillermo Fernández,
Claudio Tamburrini, Carlos García y Daniel Russomano, recordados también
por la presidenta. Los hechos fueron relatados por Tamburrini en su
novela testimonial “Pase libre”, base del guión de la película “Crónica
de una fuga” (2006), del cineasta Adrián Caetano, en la que tuvo un
papel Guillermo Fernández.
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