Para el municipio, el reordenamiento implementado en las arterias de acceso y salida del centro fue positivo aunque reconoce que hay inconvenientes. Los vecinos advierten que aumentó la velocidad en Ituzaingó y Balcarce y que la ubicación de los semáforos pone en riesgo a los peatones.
Desde hace un año y medio rige el
cambio de sentido de calles que el municipio dispuso para mejorar el
ingreso a la traza urbana de Santa Fe por el este y la llegada a barrio
Candioti desde el centro santafesino. Actualmente, tras la
implementación de la medida subsisten algunos inconvenientes en la
circulación del intenso tránsito que tiene la zona y surgieron otros,
producto de la dificultad de torcer el hábito de los conductores y
peatones.
Respecto de los cambios, el
subsecretario de Transporte municipal, Sergio Ludueña, dijo que fueron
positivos aunque reconoció algunos problemas. “Es materia de observación
permanente”, dijo el funcionario a El Litoral con respecto al tránsito
del sistema de transporte particular y público en toda la ciudad, ya que
especialmente el primero “crece permanentemente y las medidas que se
toman para mejorarlo son temporales”.
Desde
agosto de 2011, el sentido de calle Ituzaingó corre de oeste a este
entre San Luis y Laprida; Gobernador Candioti de este a oeste entre
Vélez Sarsfield y Belgrano y, la cuadra de Las Heras que va entre
Sargento Cabral y Calchines de norte a sur. También se invirtió Santiago
del Estero, desde San Luis hasta avenida Freyre y Obispo Gelabert que
se convierte en Balcarce desde Av. Freyre hasta Laprida.
Precisamente,
es en Obispo Gelabert y Rivadavia, donde El Litoral pudo detectar
algunas dificultades que también señalaron los comerciantes y vecinos de
la zona. “Los autos vienen de calle Las Heras muy rápido hacia el oeste
y la ubicación del semáforo pone en riesgo a los peatones, que si
generalmente cruzan mal, ahora es peor”, dijo María Socias de la
panadería Estación Matilde ubicada en esa intersección. La situación que
describió la mujer tiene que ver con que los reguladores del tránsito
quedaron ubicados a espalda y sobre la cabeza de los peatones lo que
imposibilita distinguir con claridad en qué momento se encuentra la
señal.
Por otra parte, Francisco del bar Don
Estanislao mencionó que diariamente “tres o cuatro vehículos se meten
por O. Gelabert a contramano, se los ve pasar y de pronto se escuchan
los bocinazos”.
Respecto de la posición de los
semáforos, Elsa Combes, presidenta de la vecinal de barrio Candioti Sur
advirtió que la situación “es grave” debido al incremento de la
circulación de vehículos en calle Ituzaingó y Balcarce y la fuerte
velocidad a la que van. “Se convirtieron en vías rápidas y para los
peatones es un gran riesgo el cruce también por la ubicación de los
semáforos. En Ituzaingó, hay sólo dos: uno en Belgrano y otro en Marcial
Candioti”, refirió. En comparación con calle Gobernador Candioti, la
vecinalista señaló que si bien en esa calle también se aceleró e
incrementó el tránsito, “no se nota tanto ya que hay baches, badenes
profundos y falta iluminación”.
Combes también
le adjudicó las dificultades que se presentan en el tránsito de
Ituzaingó al incremento de la circulación de líneas de colectivo que
antes tenían otro recorrido. Puntualizó en los “considerables
embotellamientos durante las horas pico” debido a que “se convirtió en
una arteria tan pesada por la cantidad de colectivos que toman por
Ituzaingó hasta Vélez Sarsfield y salen a bulevar”.
Menos
ventas. Para los comerciantes que tienen los locales en una esquina la
modificación les generó una caída en las ventas. Los frentes de los
negocios quedaron en sentido contrario del tránsito.
Foto: Pablo Aguirre
Permanente observación
En
diálogo con El Litoral, el subsecretario de Transporte de la
Municipalidad, Sergio Ludueña, evaluó las consecuencias de los cambios
de sentido.
Como puntos a favor, mencionó la
agilización del tránsito en Ituzaingó y Balcarce, uno de los objetivos, y
la redistribución de la circulación a raíz del cambio de recorrido de
varias líneas de colectivos.
Para el
funcionario, los inconvenientes que aún subsisten están vinculados con
el constante incremento del parque automotor en la ciudad y a la
existencia de tres establecimientos educativos en calle Balcarce e
Ituzaingó.
“Si bien el cambio de sentido impactó
positivamente en cuanto a la seguridad y el ordenamiento del tránsito y
en particular en el sector de las escuelas, sigue siendo un punto
conflictivo. En general, en todas las ciudades importantes, las escuelas
son áreas sensibles y de observación permanente”, resaltó Ludueña.
Como
medida para controlar el incremento de la velocidad de los coches que
circulan tanto por Ituzaingó como por Balcarce, el funcionario dijo que
desde la subsecretaría se pensó en la posibilidad de colocar reductores
de velocidad.
Sobre el estado de calle
Gobernador Candioti, Ludueña admitió que “hay algunas reparaciones que
hacer pero el estado en general de la calzada no es malo”. Y agregó que
“los badenes que hay, si bien se deben mejorar algunos, funcionan como
reguladores de la velocidad”.
Finalmente, en
referencia con los problemas que se producen en la intersección de calle
Ituzaingó y Vélez Sarsfield a partir de la circulación de colectivos,
el subsecretario señaló que se deben a que “hay vecinos que estacionan
sobre Vélez y está prohibido”. En tal sentido, explicó que “se están
realizando controles en la zona con inspectores y estudiando el rediseño
de los tiempos de la semaforización especialmente en bulevar para
destrabar entre otras cuestiones ese inconveniente en particular”.
Atención a los semáforos
Una
de las principales preocupaciones planteadas por los vecinos y por la
presidenta de la vecinal, Elsa Combes es la por lo menos incómoda
posición en que quedaron los semáforos para los peatones y conductores,
luego del cambio de sentido de circulación de las calles. Para Sergio
Ludueña, quien desestimó el planteo, “la bibliografía sobre colocación
de semáforos indica que se pueden poner antes de cruzar la bocacalle, en
el medio o después” y aportó que “de hecho en la ciudad se encuentran
de las tres formas”.
La distribución de los
ordenadores del tránsito se resuelve en base a la importancia de la
calle, el flujo peatonal y vehicular. En ese sentido, el funcionario de
Transporte reconoció que para los que puede generar “alguna
incertidumbre” es para los conductores e insistió en que para los
peatones “los semáforos siempre están arriba”.
Como
beneficios de la actual ubicación de los semáforos, posterior a la
reforma del sentido, puntualizó el despeje de la senda peatonal debido a
que “los coches deben frenar unos metros antes lo que libera
obligadamente el espacio para el paso de peatones”. Y también se evita
que los conductores de la calle transversal a la que están parados,
estén mirando cuándo cambia de color el otro semáforo y, sólo le presten
atención al que indica el propio paso o detención.
Lo bueno
Para
la propietaria de la casa de pastas “La Yema de Oro”, ubicada en
Santiago del Estero y 4 de Enero, la modificación del sentido fue, en
todo, un éxito. Habitualmente en esa esquina se producían accidentes y
los coches que circulaban por Santiago del Estero terminaban sobre la
vereda del local o adentro, previa destrucción de dos importantes
canteros que construyeron precisamente para evitar eso. “El tránsito es
el mismo pero no hubo más accidentes”, celebró Alicia Hitzler.
Lo malo
En
barrio Candioti hay comerciantes que se vieron perjudicados con el
reordenamiento. Es que los conductores que ingresaban temprano de la
zona de la Costa ya no se detienen a comprar como lo hacía
habitualmente, al momento de volver a sus hogares. “Perdí clientes
porque los que vienen a trabajar no compran lechuga a las 8”, dijo
Claudio Galleguillo de verdulería “Claudio”, ubicada en Balcarce y Las
Heras. A otros, les pasó exactamente lo contrario y notaron un
incremento de las ventas
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