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| Con autos. El uso del vehículo particular está muy arraigado en la población. La derivación hacia otros medios de transportes implica un profundo cambio de paradigma. |
Hoy, como ocurre cada 22 de septiembre, 2.200 ciudades celebran el Día Mundial sin Autos, una convocatoria para que las personas usen bicicletas, caminen o se vuelquen al transporte público al menos un día, para promover una mejor calidad ambiental. En este marco a la ciudad de Santa Fe aún le resta mucho por hacer: un estudio del Grupo de Estudio Sobre Transporte (Getrans) de la UTN Santa Fe señala que el área del macrocentro es transitada actualmente por<BF> alrededor de 17.000 vehículos<XB> en el horario pico que va entre las 12 y las 13.
El informe detalla que de ese total el 78 %, son automóviles o utilitarios. Muy por debajo se encuentran las motocicletas (12 %), las bicicletas (7 %) los colectivos (2 %) y los camiones pequeños y medianos (1 %). Una primera conclusión que emerge de estos datos es que <BF>alrededor de 20.000 personas<XB> se trasladaron en <BF>13.000 automóviles<XB> y solo a través de <BF>340 colectivos <XB>se transportaron <BF>10.000 personas<XB>. Lo que significa que el transporte masivo logra trasladar en una hora<BF> el 50 % de las personas con menos del 10 % del espacio vial ocupado<XB> por los autos particulares.
De hecho, una de las reflexiones que derivan a partir de este cuadro de situación es que en las horas pico “los automóviles circulan a una velocidad inferior a los medios de transporte no motorizados”, lo que obliga al ciudadano a invertir cada vez más tiempo para movilizarse. “El espacio público de una ciudad, que debería ser visto como un lugar de encuentro, orden y realización se ha convertido, por el automóvil, en un lugar de desencuentro, anárquico y congestionado del cual uno quiere huir lo antes posible”, expresa el trabajo en uno de sus párrafos.
Escala beneficiosa
Eduardo Donnet, secretario de Planeamiento de la UTN Santa Fe, especialista en Seguridad Vial y director del Getrans sostuvo en diálogo con El Litoral que a lo que se apunta es a “evitar, por lo menos en algunas zonas, la mecanización del transporte, que tanta contaminación genera”.
Y señaló que en la comparación con otras ciudades argentinas, los guarismos relevados colocan a Santa Fe ante un escenario similar, tanto por la cantidad de vehículos como por el impacto en la red vial. Pero con la ventaja de tener <BF>una geografía particular <XB>que le permitiría avanzar en “resolver cuestiones de la gestión del tránsito de manera inteligente”.
—¿Cuáles son esas ventajas geográficas?
—Básicamente una zona central muy concentrada, rodeada por avenidas que podrían tener, por ejemplo, carriles exclusivos para colectivos, como las Avenidas Alem, 27 de Febrero, Urquiza, la que estaría en el borde oeste de ese macrocentro, General López y Suipacha. Si se pudiera armar un circuito de carriles exclusivos de buses y después permitir solamente en las zonas centrales de la ciudad la entrada de taxis y remises, se resolvería una buena parte de la problemática del transporte en el centro. Yo creo que estamos igual que el resto (de las ciudades), pero que tenemos una ventaja comparativa y competitiva respecto a las demás.
—Por otra parte, la red vial de la ciudad está más o menos en las mismas condiciones que varios años atrás. En este sentido ¿está en condiciones de asumir este mayor número de vehículos?
—Si vos ampliás las medidas de las calles, lo que vas a lograr es que entre más gente, se sienta más cómoda entrando con su auto particular. Y dentro de cinco años vas a volver a tener el problema, con calles más anchas. Una mayor infraestructura vial o calles más ensanchadas, evidentemente no son la forma de la solución. Que va hacia otro lado: restringir el uso del auto particular para que la gente se mueva de otra manera en los lugares centrales de la ciudad.
El informe detalla que de ese total el 78 %, son automóviles o utilitarios. Muy por debajo se encuentran las motocicletas (12 %), las bicicletas (7 %) los colectivos (2 %) y los camiones pequeños y medianos (1 %). Una primera conclusión que emerge de estos datos es que <BF>alrededor de 20.000 personas<XB> se trasladaron en <BF>13.000 automóviles<XB> y solo a través de <BF>340 colectivos <XB>se transportaron <BF>10.000 personas<XB>. Lo que significa que el transporte masivo logra trasladar en una hora<BF> el 50 % de las personas con menos del 10 % del espacio vial ocupado<XB> por los autos particulares.
De hecho, una de las reflexiones que derivan a partir de este cuadro de situación es que en las horas pico “los automóviles circulan a una velocidad inferior a los medios de transporte no motorizados”, lo que obliga al ciudadano a invertir cada vez más tiempo para movilizarse. “El espacio público de una ciudad, que debería ser visto como un lugar de encuentro, orden y realización se ha convertido, por el automóvil, en un lugar de desencuentro, anárquico y congestionado del cual uno quiere huir lo antes posible”, expresa el trabajo en uno de sus párrafos.
Escala beneficiosa
Eduardo Donnet, secretario de Planeamiento de la UTN Santa Fe, especialista en Seguridad Vial y director del Getrans sostuvo en diálogo con El Litoral que a lo que se apunta es a “evitar, por lo menos en algunas zonas, la mecanización del transporte, que tanta contaminación genera”.
Y señaló que en la comparación con otras ciudades argentinas, los guarismos relevados colocan a Santa Fe ante un escenario similar, tanto por la cantidad de vehículos como por el impacto en la red vial. Pero con la ventaja de tener <BF>una geografía particular <XB>que le permitiría avanzar en “resolver cuestiones de la gestión del tránsito de manera inteligente”.
—¿Cuáles son esas ventajas geográficas?
—Básicamente una zona central muy concentrada, rodeada por avenidas que podrían tener, por ejemplo, carriles exclusivos para colectivos, como las Avenidas Alem, 27 de Febrero, Urquiza, la que estaría en el borde oeste de ese macrocentro, General López y Suipacha. Si se pudiera armar un circuito de carriles exclusivos de buses y después permitir solamente en las zonas centrales de la ciudad la entrada de taxis y remises, se resolvería una buena parte de la problemática del transporte en el centro. Yo creo que estamos igual que el resto (de las ciudades), pero que tenemos una ventaja comparativa y competitiva respecto a las demás.
—Por otra parte, la red vial de la ciudad está más o menos en las mismas condiciones que varios años atrás. En este sentido ¿está en condiciones de asumir este mayor número de vehículos?
—Si vos ampliás las medidas de las calles, lo que vas a lograr es que entre más gente, se sienta más cómoda entrando con su auto particular. Y dentro de cinco años vas a volver a tener el problema, con calles más anchas. Una mayor infraestructura vial o calles más ensanchadas, evidentemente no son la forma de la solución. Que va hacia otro lado: restringir el uso del auto particular para que la gente se mueva de otra manera en los lugares centrales de la ciudad.
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