Vecinos del canal Ibarlucea, al norte de Rosario, aseguran que allí está el origen del problema ya que cientos de camiones atmosféricos vierten su contenido. Pero advierten que además de aguas servidas hay restos de hidrocarburos. Y todo termina desembocando en el Paraná.
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Que el arroyo Ludueña apesta está a la vista, y al olfato. Pero los vecinos de la zona denuncian que sus aguas transportan todo tipo de desechos, no sólo cloacales: también hidrocarburos. Y aseguran que los efectos repercuten en su salud. El origen del problema es en el canal Ibarlucea, según reveló un informe del periodista de Canal 3 Juan Pedro Aleart. En dicho cauce un centenar de camiones atmosféricos descargan cada día su contenido, sostienen los pobladores, y a la vista de todos, ya que ocurre a pocos metros de la autopista a Santa Fe, al norte de Rosario. En ese lugar –una zona rural entre Granadero Baigorria, Capitán Bermúdez e Ibarlucea– funcionaba un piletón de tratamiento de las aguas servidas que ya no cumple esa función, y los desperdicios pasan a correr sin filtro alguno en el canal que desemboca luego en el arroyo. Pero además de este tipo de deshechos, los vecinos advierten sobre la presencia de hidrocarburos. “No sabemos de qué origen pero los vuelcan en la laguna estabilizadora de Capitán Bermúdez, y todo esto va al Ludueña y luego al río, a 400 metros de La Florida”, precisó un lugareño. “No es el olor de un pozo negro, hay alguna cosa peor, me parece”, sospechó otro en coincidencia, y a la vez aseveró que el nauseabundo aroma persiste “todo el día y todo el año”. Y agregó que el efecto se siente en la salud, sin que nadie dé una solución a los reclamos que llevan ya algunos años. A modo de aviso, la gente de la zona recordó también que el arroyo “cruza media ciudad y desemboca en la zona del shopping (el Portal Rosario), costeando clubes donde la gente se baña”. Y que “es el agua que tomamos, ya que la toma de la ciudad está a 300 metros de donde desemboca todo esto”.
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