Lo dijo Aldo Monzón, quien rescató a su hija de 19 años a quien, aseguró, la habían secuestrado para obligarla a prostituirse. La chica se había ido a vivir con su novio, quien ahora está detenido.
Aldo Monzón vivió en las últimas semanas una pesadilla. Su hija de 19 años –a quien pidió mantener en el anonimato– conoció en el boliche a un joven de 32 años quien primero fue su amigo, luego su novio y desde hacía dos semanas había conseguido llevarla a vivir con él. A partir de ese momento Monzón empezó a sospechar que algo andaba mal. A la chica se le rompieron los dos teléfonos celulares. “Pero yo no me la tragué, para nada”, le dijo a Diario UNO Monzón y agregó: “Ahí empecé a sospechar. Perdí el contacto con mi hija por cuatro días. El sábado me la encontré en la disco y le pregunté cómo andaba y me dijo: «Bien papi, gracias a Dios». Pero en la cara yo me di cuenta que no estaba bien”. “El domingo quise ubicarlo por teléfono a él, Gustavo Ojeda, alias Paco, y no me contestaba, todo el tiempo me desviaba la llamada. El lunes yo estaba muy preocupado y al mediodía me comentaron que se la querían llevar secuestrada a Catamarca. Ahí acudí a la Policía e hice la denuncia”, agregó. Según la denuncia de Monzón, Ojeda obligaba a su hija a prostituirse y la tenía encerrada bajo llave en una pieza de la casa donde él alquilaba. La historia que se conoció por un informe especial que realizó canal 13 en la ciudad de San Javier recién se está en la etapa inicial de la investigación. El rescate de la chica se produjo el último lunes, a las 15.30. La mujer estaba con su hijo de cinco meses encerrada en una habitación de la casa que alquilaría Ojeda. “Cuando la vamos a rescatar ella estaba sola en la casa bajo llave, incluso estaba encerrada bajo llave en una pieza. Personal de inteligencia de la Policía estuvo esperando a que él llegue y ahí lo atraparon. No sé como fue el procedimiento porque yo no estaba ahí. Rescato que la Policía se movió una barbaridad”, dijo. Al ser consultado sobre la causa, Monzón dijo: “En estas últimas horas me la pasé en mi casa conteniéndola a mi hija. No sé cómo está caratulada la causa, cuál es el juzgado que interviene y todas esas cuestiones legales. Sé que Gustavo Paco Ojeda está detenido y que tiene antecedentes penales”. —¿Vinculados a qué tipo de delitos? —No sé de qué tipo. Sé por informaciones no oficiales que estuvo vinculado en asuntos de drogas. El papá de él está preso por drogas. Por ahí pudo haber tenido alguna causa similar, pero lo desconozco. Pero sé que tenía antecedentes. “Lo único que pido es que todo se haga como tiene que hacerse sin que le tiemble el pulso a quien tenga que firmar alguna condena. Si esta persona no está vinculada en algo, la Justicia sabrá qué es lo que tiene que hacer. Yo no soy quién para decir cuántos años le tienen que dar a esta persona o si tienen que castigarlo o no”, dijo. “Hay cosas que no me cierran” Luego, Aldo Monzón se refirió a algunas situaciones que no están del todo claras. “Hay cosas –señaló– que a mí no me cierran en el sumario. Eso figuraba como wiskería y no era wiskería. La Municipalidad lo habilitó como wiskería pero ahí se manejaba sexo. Según las informaciones que me llegaron los hombres iban a tomar algo y las chicas los seducían y si les gustaban se iban a tener el beneficio. Que no digan que no era un lugar de sexo, porque lo era”. “No sé dónde está la falencia –aclaró– porque la Policía decía que controlaba todas las semanas, no sé qué clase de inspección hacían. La Justicia tendrá que investigar muy a fondo cómo se manejaban esas inspecciones”. —¿En San Javier hay muchas de esas wiskerías? —No, es la única. –¿Ahí es a donde la llevaban a su hija? —La llevaban desde la casa hasta la wiskería y desde ahí hasta la casa. Siempre bajo presión y amenaza. Ella tiene un nene de seis meses y seguro que lo usaban para presionarla. Tengo entendido que ya hay mujeres que sufrieron lo mismo con este muchacho y que no lo denunciaron por miedo a que haya alguna represalia por parte de ellos. Porque Paco no estaba solo, también estaba el hermano y la madre. Ahí había una complicidad. —¿Ellos son los dueños de la wiskería? —El dueño está detenido y quedaron la mujer y los hijos. Paco es uno de los hijos o hijastro del dueño. Tienen una relación familiar. —¿Usted o su familia recibieron amenazas? —No, tengo custodia personal y mi familia también. La parte de seguridad está bien. Nunca recibí amenazas. Yo no tengo temor a nada. —¿Cómo va a seguir su vida? —Ella está con mi señora. Igual no se va a quedar en San Javier. Yo sí voy a seguir allá, no tengo por qué irme. No hice nada malo como para irme. Preventivamente voy a llevar a mi hija a otro lado. Hice la denuncia, opté por la vía pacífica y no tomé justicia por mano propia. Acudí a la Justicia y ella se encargará de resolver. No hice nada malo, sólo rescaté a una hija que estaba en esa situación.
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