La Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Rosario (UNR) junto con la Dirección de Hidráulica municipal presentó el nuevo informe sobre “la mancha de innundabilidad” de la ciudad en el Concejo Municipal. Las tierras de nuevo Alberdi corren peligro de inundación y hay que esperar la ejecución de aliviadores para que cambie la situación.
Ante la comisión de Planeamiento del órgano legislativo, los especialistas explicaron a los ediles la nueva dinámica de las zonas que corren peligro de inundación y que por consiguiente deberán tener mayores o totales restricciones para desarrollos inmobiliarios, entre ellas Nuevo Alberdi y Empalme Graneros. Según explicaron los ingenieros a cargo del relevamiento que data del 2008, los riesgos de anegamientos se reducirían cuando se complete la obra de descarga del Aliviador 3 desde la cuenca del arroyo Ludueña hacia el Paraná. “A partir del estudio de la UNR, la Dirección (de Hidráulica) generó las recomendaciones sobre cuáles deben ser las restricciones en toda la ciudad. En las zonas de más impacto se debe legislar para no permitir la densificación, es decir, urbanización”, detalló el director de Hidráulica municipal, Alfredo Manavella. El funcionario confirmó que sin la obra del Aliviador 3 existen varias zonas de alto riesgo en las que no se debería permitir la urbanización, entre ellas, la zona de Nuevo Alberdi que desató polémica en los últimos días. Ese sector de Nuevo Alberdi está en conflicto por la denuncia del Movimiento Giros sobre desarrollos inmobiliarios “especulativos” –comprar terrenos inundables a bajo costo, parcelarlos y venderlos– que anteayer tuvieron a la concejala Laura Weskamp como protagonista cuando recorría el área junto a un representante de la firma inmobiliaria Cimar SA. Por su parte, el subsecretario de Planeamiento, Raúl Álvarez opinó que no debe ser sólo rural sino que “debe buscarse un punto intermedio de urbanización”. La distribución, aseguró el funcionario, debe ser 75 por ciento libre y un 25 urbanizado. Reunión de estudio La reunión tuvo lugar enla Salade Acuerdos del Palacio Vasallo y contó con la presencia de los concejales Jorge Boasso, Alfredo Curi, Arturo Gandolla, Viviana Foresi, María Eugenia Bielsa, Alberto Cortés, Edgardo Falcón, Laura Weskamp, Manuel Sciutto, Norma López, el subsecretario de Planeamiento del municipio, Raúl Álvarez, y los ingenieros Alfredo Manavella, Hernán Stenta y Gerardo Riccardi, representantes dela Direcciónde Hidráulica y dela Facultadde Ingeniería dela Universidad Nacionalde Rosario. También presenciaron la charla el referente del barrio Nuevo Alberi Oeste, Daniel Siñeria e integrantes del Movimientos Giros. El estudio presentado fue originado durante el2008 arazón de las intensas lluvias que se registraron en Rosario en 2007. Desde allí, los especialistas generaron una serie de hipótesis sobre cuáles son las particularidades de la ciudad y zonas aledañas en cuanto a escurrimiento y desborde de las cuencas. “A partir de los nuevos episodios hemos comprobado que la peor situación corresponde a Nuevo Alberdi y Empalme Graneros. El crecimiento de la población ya sea planificada o no –categoría “usos de suelo”– hace que una posible innudación impacte peor que hace 20 años atrás”, refirió Manavella. Durante la reunión los ingenieros repitieron que desconocen qué porcentaje del cambio de la mancha corresponde a cambios de usos del suelo, canalizaciones –legales a ilegales– o impermeabilización de los suelos como correlato de las edificaciones. “Lo que sí es claro es que el la impermeabilidad va en aumento”, sostuvo Riccardi. La dinámica de la mancha, tal como explicaran los especialistas, hizo que en más de 40 años el Aliviador 1 haya tenido que triplicar su diámetro de los iniciales23 metros cuadradosa casi100 metros cuadrados. “La cuenca del Ludueña y parte de Rosario recibe los escurrimientos de700 a800 kilómetrosa la redonda. Fenómeno que no se reproduce en las cuencas del Saladillo, por ejemplo”, graficó el ingeniero Stenta. De acuerdo a los especialistas, los registros de lluvias indican que ha aumentado la frecuencia de “eventos extremos” en los últimos 60 años con la particularidad de que los mismos se generan con anteriores “pequeñas” precipitaciones, factor que no favorece la absorción de la tierra. Aseguraron que el estudio de régimen de lluvias tiene un alto grado de protección y previsión de hasta 100 años. En la reunión hubo una serie de cruces entre los representantes del Ejecutivo y algunos concejales con respecto a la autorización quela Direcciónde Hidráulica brindó hace un mes y por el cualla Justiciapermitió que se continuaran las obras en el Autódromo. Por su parte, la concejala María Eugenia Bielsa solicitó a los especialistas ser lo más riguroso posible con los estudios para solucionar los problemas relacionados cuenca arriba dado que “se están realizando urbanizaciones que no logran la aptitud hidráulica”. Las soluciones Consultados sobre cómo disminuir el riesgo de inundación y acotar la mancha, los ingenieros explicaron que es necesario completar la obra del Aliviador 3 y que “obras complementarias –canalización de descarga del Ludueña u optimización de las embocaduras– no son suficientes”. Cabe recodar que la esperada obra ya posee licitado su primer tramo, el que conecta la embocadura del arroyo Ludueña por la avenida Sorrento con una longitud de2.300 metroshasta el río Paraná. La obra de descarga fue licitada en julio por 69 millones de pesos y un plazo de ejecución de 40 meses. Para la segunda etapa denominada “Conducto Grandoli” se estima una inversión de 300 millones de pesos y se prevé la captación en el Canal Ibarlucea, con derivación por calle Grandoli hasta avenida Circunvalación “25 de Mayo”, y desde allí por avenida de Circunvalación hasta su descarga en el río Paraná.
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