El gobierno anunciará mañana el envío a Legislatura del proyecto de ley para crear la empresa Santa Fe Gas y Energías Renovables, que se integrará con mayoría del Estado provincial y destinará el 49 por ciento de sus acciones a la participación de municipios, comunas, cooperativas y capitales privados.
La iniciativa propone un agente que impulse el desarrollo de las redes de gas natural, que hasta hoy dejan fuera del servicio el 46 por ciento de la población santafesina y el 70 por ciento del territorio.
El objetivo de la empresa mixta será realizar los estudios para el diseño y la ejecución de proyectos de gasoductos regionales y que lleven el fluido hasta las 283 localidades que hoy están fuera del servicio concesionado desde 1992, a cargo de Litoral Gas. El propósito es tender nuevas redes para usuarios residenciales e industrias.
La futura compañía tendrá la misión en simultáneo de buscar las fuentes de financiamiento necesarias para acometer las obras, pero no tendrá a su cargo la ejecución propiamente dicha de esas tareas. En esto se diferenciará de las otras empresas estatales, EPE y Assa. Funcionará como un agente coordinador para concretar proyectos. El acuerdo en ciernes con Córdoba, para tender un gasoducto desde esa provincia, a cambio de que Santa Fe le provea agua del Paraná a través de un acueducto es un ejemplo de las gestiones que podría encarar.
Actualmente, el fluido llega a la provincia por el gasoducto Norte, que ingresa a la altura de Armstrong, hasta la estación compresora de San Jerónimo. De allí la provisión se bifurca hacia el sur y hacia el norte, hasta Santa Fe. De cada línea troncal parten los ductos de distribución, hasta María Juana, por las rutas 34 y 13; hasta Frontera, por la ruta 19, y hasta Sunchales, como último punto abastecido hacia el norte, y Teodelina hacia el sur. La tarea de la empresa que mañana anunciará Antonio Bonfatti será incrementar ese tejido de gasoductos.
La diputada socialista Inés Bertero ha sido una de quienes estuvieron elaborando el proyecto en el seno del gobierno. "Desde que se privatizó Gas del Estado, el Estado provincial no tiene un área que se aboque a promover el desarrollo gasífero, que quedó a cargo de la concesionaria, de Enarsa y de la Secretaría de Energía nacional. Sin embargo, seguimos con ese gran déficit, sobre todo en el centro y norte de la provincia", apuntó.
La semana pasada se conformó la primera cooperativa de comunas y municipios orientada a desarrollar obras de gas. Su primer objetivo será construir un gasoducto que conecte la línea de TGN que corre paralela a la autopista Brigadier López hasta la localidad de Díaz, con el aporte posible de una empresa láctea de capitales mexicanos, La Mucca, interesada en contar con ese abastecimiento. El plan sería llegar a otras localidades de la zona como San Genaro, Monje, Carrizales, Casalegno e Irigoyen. "Esta clase de emprendimientos son los que integrarían las empresa: comunas y municipios organizados en cooperativa, y el aporte de industrias que verían aumentar su competitividad con ese insumo por red", señaló Bertero.
La compañía mixta se fondeará de aportes privados ?como el ejemplo de la quesería de Díaz?, de fuentes externas, y también se evalúa aplicar un cargo tarifario a los usuarios para financiar la ampliación de redes.
"El Estado debe asumir esta tarea, porque a ninguna empresa privada le cierra el negocio de llevar gas a poblaciones chicas. Será un desafío con esta empresa diseñar gasoductos troncales y cómo distribuir el gas según las normativas nacionales", dijo Luis Krapf, secretario de Energía, área dentro de la cual funcionaría la compañía mixta.
En el gobierno se mostraron remisos a entrar en mayores detalles. Mañana a las 10, cuando el gobernador presente el proyecto, podrá saberse si la iniciativa contempla instancias de control ciudadano, más allá de la composición heterogénea del directorio, integrado por el Ejecutivo, dueño del 51 por ciento de las acciones, pero también de las otras partes.
La realidad que reclama el regreso del Estado a este servicio que concesionó en 1992 indica que el 46 por ciento de los santafesinos carece de gas natural por red. Medido en territorio, el 70 por ciento de la Bota no tiene esta infraestructura, 283 de las 362 localidades de la provincia están afuera de la prestación concedida a Litoral Gas, tras la eliminación de Gas del Estado, por la ley nacional 24.076.
La letra formal de la concesión suponía la libre disponibilidad del fluido y de la competencia, pero en la práctica todo devino en monopolio en cada una de las nueve zonas en las que la ola privatizadora repartió el país. En la Zona Litoral poco y nada es lo que ha crecido la red en estos 20 años de concesión. Aún le quedan 15 años de negocio, y la opción de extenderlo a 10 más. Tiene 563 mil clientes y acusa un volumen de venta en 2012 de casi 3,7 millones de metros cúbicos.
Entre los argumentos del socialismo para impulsar la creación de un consejo gasífero primero (que no prosperó en Legislatura), y de la empresa provincial después, se menciona "el desinterés de la empresa licenciataria regional de expandir el servicio, por un lado, y la casi nula participación del Estado en impulsar un servicio tan fundamental, por el otro".
En su compendio de "misión y valores" que exhibe en su sitio web, la empresa dice que uno de sus objetivos es "desarrollar las fronteras del Gas Natural, tanto en su extensión como en su uso".
Cada vez que algún intendente de las ciudades excluidas ha preguntado a la compañía controlada por los grupos GDF Suez y Techint sobre la ausencia de obras de expansión de redes, les han esgrimido explicaciones como que la presión de los gasoductos es insuficiente, que hacen falta obras complementarias, y nunca una solución concreta.
En 2005, el anuncio del gobierno nacional de encarar el tendido del gasoducto del nordeste (GNEA) mejoró las perspectivas. Argentina iba a importar el fluido desde Bolivia, pero debió cambiar los planes y reorientar el abastecimiento hacia Campo Durán, en Salta. Ese ducto llegaría hasta Sauce Viejo. En rigor, hasta ahora sólo está en obra la traza entre Vera y Sauce Viejo. Hacia el norte, la obra aún no se licitó. Ante la inviabilidad de importar gas boliviano, el cambio de planes trastocó la dimensión de las inversiones y de la tubería, que pasó de un diámetro de 30 pulgadas a otro de entre 6 y 10 pulgadas. Esta reducción del ducto suscita interrogantes en el ámbito industrial.
Hasta ahora, el gasoducto de Transportadora de Gas del Norte (TGN), que viene desde Córdoba e ingresa a Santa Fe a la altura de Armstrong, es la fuente de la que depende la oferta gasífera en Santa Fe. Es desde el punto de encuentro de ambos gasoductos, el actual y el futuro, donde la empresa santafesina deberá diseñar la expansión de los ramales que deriven el fluido a las zonas excluidas. Pero todo esto, hasta hoy, es ciencia ficción.
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