La jueza Alejandra Rodenas lamentó la "naturalización" del delito en la fuerza y habló de "separar al policía que trabaja del que no". Lamberto quiere destacar a los agentes buenos.
Se abstuvieron a declarar los dos policías sindicados como autores de una extorsión a familiares de dos detenidos en la comisaría 8º. La única que aceptó ser indagada por la Justicia fue la agente mujer, que también continúa presa, acusada como partícipe del hecho en el que los policías cobraron una suma de dinero para liberar a dos arrestados; y aunque negó su participación, dio detalles de sus procedimientos, pero dijo "desconocer" la situación delictiva. Por su parte, el ministro de Seguridad, Raúl Lamberto, confirmó el pase a disponibilidad de los tres efectivos y dijo que "los buenos policías deben ser destacados; y los malos, separados". En tanto, la jueza que hasta ayer investigó la causa, Alejandra Rodenas, lamentó la "naturalización" del delito en la fuerza, manifestó "agobio" y coinidió: "Hay que separar al policía que trabaja del que no", dijo; y apuntó a que "más allá de discutir sistemas penales, nos merecemos una reforma policial profunda".
El delito fue descubierto durante las escuchas del teléfono robado a la fiscal Nora Marull, la semana pasada, y que cayó en manos de la novia de uno de los presos, que fue víctima de la extorsión policial. Los dos jóvenes de 23 y 25 años, arrestados en la comisaría de Pasaje Thedy al 300, y la novia de uno de ellos, serán indagados hoy en el Juzgado de Instrucción Nº 12, acusados de "encubrimiento" en la causa por el robo de las pertenencias de la fiscal, entre las que estaba el celular del turno.
La investigación que se inició para dar con los autores del robo a la fiscal Marull terminó con resultados que implican a un oficial principal, un cabo y una agente de la seccional 8º de la Unidad Regional II, que quedaron detenidos por extorsionar a la novia de un arrestado, que paradójicamente poseía el celular sustraído a la fiscal y que fue intervenido en el marco de la investigación por el robo, medida que permitió descubrir el delito de gravedad institucional.
Tras el hecho que, una vez más, implica a un efectivo policial, el ministro Lamberto dijo en Radio 2 que "hay policías que enaltecen el uniforme y otros que lo denigran"; y en ese sentido, rescató al voluntad ministerial de "separar" a los "malos policías". Rodenas, en tanto, añadió que "la institución policial se ve manchada por el policía que no trabaja o trabaja de esta manera y la institución judicial se ve complicada, y las pruebas no siempre llegan".
La irregularidad policial quedó constatada en las escuchas del teléfono que había sido robado el 23 de enero pasado, junto con otras pertenencias que la fiscal trasladaba en su cartera, mientras estaba en plena investigación por los incidentes del domingo 20, en Ñuls. El aparato cayó en manos de la novia de un detenido en la comisaría 8º por "averiguación de antecedentes" y de allí surgen las conversaciones que dan cuenta del delito. Al respecto, la jueza aclaró: "No estamos en condiciones de hacer una conexión entre el hallazgo del celular y el robo, con los incidentes en Ñuls".
Para la jueza, existió un "doble éxito", ya que además de los tres policías detenidos por el delito de extorsión, las personas que fueron víctimas de la misma también fueron arrestados porque "tenían el celular robado".
El viernes pasado los dos efectivos acusados salieron a patrullar y se llevaron a la comisaría a dos sospechosos, acusado por un llamado al 911. Sin embargo, tras averiguación de antecedentes en la seccional, el resultado que informaron al 911 fue negativo, pero no los liberaron. Allí comenzó la extorsión.
Un dato que no es menor es que los oficiales "dejaron los dedos marcados", según la expresión de una fuente judicial, porque dejaron constancia de que no tenían antecedentes en el libro de guardia de la comisaría, cuando en realidad ambos jóvenes contaban con antecedentes penales. Desde la Justicia hablaron de una "maniobra irregular con importante participación".
Si bien trascendió que el pedido en la extorsión comenzó con una cifra cercana a los 15 mil pesos, de las escuchas entre la novia del detenidos y un familiar de ésta, surge que ella dijo necesitar "cinco mil pesos para llevar a la comisaría 8º y sacar a Matías".
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