Ocurrió en un comercio dedicado a la venta de muebles. Dos ladrones armados se llevaron una notebook, un monitor, la billetera, dinero en efectivo, celulares, un termo, un reloj y hasta las zapatillas del propietario.
Dos delincuentes asaltaron este mediodía un negocio ubicado en la esquina que forman las calles 25 de Mayo y Cándido Pujato, a pocos metros del edificio del diario El Litoral.
Se trata del local de la firma Renzi Hermanos, dedicada a la venta de muebles. “Hace seis meses que abrimos y nunca nos había pasado algo así”, contó Juan Pablo Renzi, de 30 años, uno de los propietarios. “Cerramos por vacaciones durante 15 días -agregó- y hoy reabrimos las puertas... así nos recibieron”.
Por razones de seguridad, las puertas de blíndex del comercio siempre permanecen cerradas y sólo se abren con un sistema eléctrico desde el interior.
“No le abro a todo el mundo, sino que me guío por el aspecto. Cerca de las 12.30 de hoy llegó un joven de buena presencia y bien vestido, por lo que lo dejé pasar. Entonces se sentó enfrente de mi escritorio y me preguntó por un mueble de cocina. Luego, entró otro sujeto que venía con él, porque tenía que escuchar también mis explicaciones”, recordó.
En ese momento, salieron a relucir las verdaderas intenciones de los dos “clientes” y un revólver. Juan Pablo Renzi fue reducido rápidamente y llevado a un baño ubicado en el fondo del local. Una vez allí, le exigieron que les entregara el dinero. “Yo tenía la plata del alquiler guardada en una mochila, pero en el momento no me acordé y le dije que en el lugar no manejamos dinero en efectivo, lo que es cierto. Pero ellos encontraron los billetes y me golpearon en el rostro (le quedó un moretón en la cara y un derrame en el ojo izquierdo), porque pensaron que les había mentido”, dijo el comerciante.
Los ladrones cargaron una costosa notebook, un monitor, dinero, un termo, la billetera, teléfonos celulares (dejaron los chips), la billetera y el calzado de la víctima. “Me preguntó cuánto calzaba y le respondí que 42. Luego me dijo: ‘Ah, entonces también me llevo tus zapatillas’. Lo que más lamento es la computadora, no sólo porque era cara, sino fundamentalmente por la cantidad de documentación importante que tenía grabada”, puntualizó.
Los delincuentes dejaron al propietario en el suelo del baño y lo amenazaron para que aguarde unos minutos antes de salir de allí. “Yo estaba muy nervioso y corrí a los pocos segundos de que escuché que se cerraba la puerta del frente. No alcancé a ver, pero se fueron a bordo de una moto. Entonces llamé al 911 y la policía llegó muy rápido. “Estábamos averiguando con los otros negocios vecinos para poner entre todos un vigilante adicional, pero recién hoy nos reintegrábamos al trabajo, por eso no habíamos concretado nada aún”, señaló Renzi.
Se trata del local de la firma Renzi Hermanos, dedicada a la venta de muebles. “Hace seis meses que abrimos y nunca nos había pasado algo así”, contó Juan Pablo Renzi, de 30 años, uno de los propietarios. “Cerramos por vacaciones durante 15 días -agregó- y hoy reabrimos las puertas... así nos recibieron”.
Por razones de seguridad, las puertas de blíndex del comercio siempre permanecen cerradas y sólo se abren con un sistema eléctrico desde el interior.
“No le abro a todo el mundo, sino que me guío por el aspecto. Cerca de las 12.30 de hoy llegó un joven de buena presencia y bien vestido, por lo que lo dejé pasar. Entonces se sentó enfrente de mi escritorio y me preguntó por un mueble de cocina. Luego, entró otro sujeto que venía con él, porque tenía que escuchar también mis explicaciones”, recordó.
En ese momento, salieron a relucir las verdaderas intenciones de los dos “clientes” y un revólver. Juan Pablo Renzi fue reducido rápidamente y llevado a un baño ubicado en el fondo del local. Una vez allí, le exigieron que les entregara el dinero. “Yo tenía la plata del alquiler guardada en una mochila, pero en el momento no me acordé y le dije que en el lugar no manejamos dinero en efectivo, lo que es cierto. Pero ellos encontraron los billetes y me golpearon en el rostro (le quedó un moretón en la cara y un derrame en el ojo izquierdo), porque pensaron que les había mentido”, dijo el comerciante.
Los ladrones cargaron una costosa notebook, un monitor, dinero, un termo, la billetera, teléfonos celulares (dejaron los chips), la billetera y el calzado de la víctima. “Me preguntó cuánto calzaba y le respondí que 42. Luego me dijo: ‘Ah, entonces también me llevo tus zapatillas’. Lo que más lamento es la computadora, no sólo porque era cara, sino fundamentalmente por la cantidad de documentación importante que tenía grabada”, puntualizó.
Los delincuentes dejaron al propietario en el suelo del baño y lo amenazaron para que aguarde unos minutos antes de salir de allí. “Yo estaba muy nervioso y corrí a los pocos segundos de que escuché que se cerraba la puerta del frente. No alcancé a ver, pero se fueron a bordo de una moto. Entonces llamé al 911 y la policía llegó muy rápido. “Estábamos averiguando con los otros negocios vecinos para poner entre todos un vigilante adicional, pero recién hoy nos reintegrábamos al trabajo, por eso no habíamos concretado nada aún”, señaló Renzi.
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