Se trata de Martín Alejandro Romano, de 31 años, quien se desempeñaba como director provincial de Control y Asistencia Pos Penitenciaria
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La captura de dos asaltantes que ayer en horas de la siesta achacaron a la empleada de una panadería céntrica derivó en una inesperada noticia, al descubrir que uno de los acusados era nada menos que el actual director provincial de Control y Asistencia Pos Penitenciaria.
Se trata de Martín Alejandro Romano, un agente penitenciario de 31 años, que según fuentes confiables habría alcanzado el cargo público cuatro meses antes de que asumiera la gobernación Hermes Binner, durante el último mandato justicialista.
Vigilado de cerca por su conducta irregular en el ejercicio de la función pública, la detención de Romero no sorprendió a las autoridades del Ministerio de Seguridad provincial, más allá de las especiales connotaciones del episodio delictivo.
El hecho investigado fue denunciado ayer en horas de las siesta, luego de que un hombre armado ingresara a la panadería Polo Norte, ubicada en la intersección de Santiago del Estero y 9 de Julio, frente a la Facultad de Ingeniería y a media cuadra del Sanatorio San Jerónimo.
Fuga y captura
Un testigo, que alcanzó a ver lo que sucedía dentro del local, fue quien alertó con un llamado al 911 y brindó los datos del vehículo en el que se movilizaban: un Renault Sandero Stepway color negro.
Según se cree, el coche no escapó a toda marcha como suele ocurrir en estos casos, sino que para sorpresa de algunos testigos, salió normalmente, sin acelerar ni realizar maniobras bruscas.
Tomó hacia el norte por 9 de Julio y desde allí por bulevar Pellegrini en dirección este. El coche, que transitó por todo el bulevar, hizo un breve recorrido por el barrio 7 Jefes y luego regresó al centro, entonces sí, apremiado por personal policial de la Brigada de Explosivos y la Sección Motorizada de la Unidad regional Uno, que finalmente lograron interponerse en su camino.
Estaban armados
La policía hizo descender a los dos ocupantes de la Sandero en inmediaciones del barrio Mariano Comas, y tras registrarlos secuestraron en su poder una pistola calibre 7,65 marca Walters RS Patent, una sevillana, una llave de esposas y precintos de material de plástico, elementos presuntamente utilizados para consumar actos delictivos.
Además, entre los objetos secuestrados, apareció una credencial a nombre de Romano en la que acreditaba su cargo de funcionario público. También fueron recuperados los $ 400 sustraídos un rato antes en el local comercial.
El otro implicado, de 38 años, fue identificado como Gabriel Adrián Galván, y esta mañana se realizaban las gestiones para determinar si cuenta con antecedentes delictivos.
Por otra parte, la policía intenta establecer la presunta participación de estos sujetos en otros actos ilícitos de similares características, perpetrados en el ámbito capitalino.
Allanamientos
El juez de instrucción Sexta, Sergio Carraro, y el jefe de la Unidad Regional Uno, el comisario Omar Odriozola, participaron anoche del allanamiento a una vivienda particular de 9 de Julio al 3600, perteneciente a Martín A. Romano. Allí se hallaron vainas servidas y municiones que coinciden con el calibre del arma secuestrada en poder de los asaltantes.
También quedaron en poder de la Justicia algunos chips de teléfonos celulares, agendas y documentación de variada índole. Al cierre de esta edición, el juez de la causa se disponía a allanar la oficina donde trabajaba Romano en busca de más documentación.
Se trata de Martín Alejandro Romano, un agente penitenciario de 31 años, que según fuentes confiables habría alcanzado el cargo público cuatro meses antes de que asumiera la gobernación Hermes Binner, durante el último mandato justicialista.
Vigilado de cerca por su conducta irregular en el ejercicio de la función pública, la detención de Romero no sorprendió a las autoridades del Ministerio de Seguridad provincial, más allá de las especiales connotaciones del episodio delictivo.
El hecho investigado fue denunciado ayer en horas de las siesta, luego de que un hombre armado ingresara a la panadería Polo Norte, ubicada en la intersección de Santiago del Estero y 9 de Julio, frente a la Facultad de Ingeniería y a media cuadra del Sanatorio San Jerónimo.
Fuga y captura
Un testigo, que alcanzó a ver lo que sucedía dentro del local, fue quien alertó con un llamado al 911 y brindó los datos del vehículo en el que se movilizaban: un Renault Sandero Stepway color negro.
Según se cree, el coche no escapó a toda marcha como suele ocurrir en estos casos, sino que para sorpresa de algunos testigos, salió normalmente, sin acelerar ni realizar maniobras bruscas.
Tomó hacia el norte por 9 de Julio y desde allí por bulevar Pellegrini en dirección este. El coche, que transitó por todo el bulevar, hizo un breve recorrido por el barrio 7 Jefes y luego regresó al centro, entonces sí, apremiado por personal policial de la Brigada de Explosivos y la Sección Motorizada de la Unidad regional Uno, que finalmente lograron interponerse en su camino.
Estaban armados
La policía hizo descender a los dos ocupantes de la Sandero en inmediaciones del barrio Mariano Comas, y tras registrarlos secuestraron en su poder una pistola calibre 7,65 marca Walters RS Patent, una sevillana, una llave de esposas y precintos de material de plástico, elementos presuntamente utilizados para consumar actos delictivos.
Además, entre los objetos secuestrados, apareció una credencial a nombre de Romano en la que acreditaba su cargo de funcionario público. También fueron recuperados los $ 400 sustraídos un rato antes en el local comercial.
El otro implicado, de 38 años, fue identificado como Gabriel Adrián Galván, y esta mañana se realizaban las gestiones para determinar si cuenta con antecedentes delictivos.
Por otra parte, la policía intenta establecer la presunta participación de estos sujetos en otros actos ilícitos de similares características, perpetrados en el ámbito capitalino.
Allanamientos
El juez de instrucción Sexta, Sergio Carraro, y el jefe de la Unidad Regional Uno, el comisario Omar Odriozola, participaron anoche del allanamiento a una vivienda particular de 9 de Julio al 3600, perteneciente a Martín A. Romano. Allí se hallaron vainas servidas y municiones que coinciden con el calibre del arma secuestrada en poder de los asaltantes.
También quedaron en poder de la Justicia algunos chips de teléfonos celulares, agendas y documentación de variada índole. Al cierre de esta edición, el juez de la causa se disponía a allanar la oficina donde trabajaba Romano en busca de más documentación.
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