Los uniformados se acuartelaron porque fueron modificadas las horas de trabajo. Protestaron frente a Gobernación y en la Jefatura de Policía. Pasarían de trabajar nueve horas y tener 31 horas de descanso, a prestar servicio ocho horas logrando 24 horas libres.
La medida afectó al servicio de patrullas a partir de las 13 cuando una treintena de móviles oficiales se concentraron frente a la delegación local de la Gobernación, en Santa Fe al 1900. Minutos después llegó el jefe rosarino Walter Miranda. "Muchachos levantemos esto, encima que para muchos somos la basura de la sociedad, ahora esto. Les pido que levantemos y vayamos a hablar lo necesario a la rampa (en Jefatura). Van a tener su beneficio, hay un franco por medio, es mejor. La idea es mejorar el servicio y nos dieron 150 efectivos más, la mayor parte se los lleva Comando. Yo quiero mejorar" les remarcó Miranda. Pero no alcanzó.
Las quejas alcanzaron enseguida al jefe de Agrupación Cuerpo, Sergio Vergara. "Qué vamos a ir a dialogar, si Vergara nos contestó que al que no le guste el cambio que se pida el pase, y se terminó".
Desde las escalinatas de Gobernación, Vergara señaló: "No quiero entrar en detalles que puedan perjudicar más todavía a la institución. Hay cosas que las tenemos que discutir entre nosotros, como siempre fue. Lo que les voy a pedir es que vuelvan a sus lugares de trabajo y cuando vuelvan les voy a dar todas las explicaciones necesarias. Primero quiero que escuchen las razones, después tomen las decisiones que quieran. Esto no es algo de vida o muerte".
Miranda se esforzó en explicar que "de trabajar nueve horas y tener 31 horas franco, los efectivos del Comando pasarían a tener ocho horas de trabajo por 24 horas de descanso". Pero al reducir el descanso los uniformados argumentaron que podrían cumplir menos servicios adicionales, con los que suman efectivo a los 4.100 pesos de piso que cobran por su trabajo.
Sin embargo en esa concentración salieron a la luz malestares varios de parte de los uniformados, que fuera de micrófono se quejaban del tener que cuidar "los negocios" de algunos jefes.
Lo que quedó claro en la protesta frente a la Gobernación, es que sin estructura sindical, y con el solo reclamo salarial, varios uniformados se cuadraron frente a sus jefes para enrostrarle sus pretensiones y marcarles sus molestias: garantía del cobro de sus salarios completos, respetar la carga horaria que venían cumpliendo y compromiso por escrito de no aplicar sanciones a los rebeldes.
Alrededor de las 14.30, la protesta se trasladó hacia la Jefatura de Policía en Ovidio Lagos al 5000. Al cierre de esta edición, los tres tercios en que se divide el servicio, más de 400 efectivos, estaban dentro de la unidad negociando con las máximas autoridad policial provincial. Afuera, tres dirigentes de Apropol, el gremio no reconocido, seguía, vía informantes, las negociaciones en la asamblea.
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