Hace pocos días las coordinadoras de la residencia para madres que funciona en el hospital pidieron abrigos y pañales. Hoy están felices: lo recibido superó las expectativas. “Tuvimos una respuesta magnífica”, dijeron.
El último lunes, El Litoral se hizo eco de un pedido de la residencia para madres que funciona en el Hospital Iturraspe. Es que, ante el intenso frío, necesitaban abrigos y pañales para atender la demanda de las veinte mujeres que se alojan allí para estar cerca de sus bebés, internados en la Neonatología. Hoy, las integrantes del grupo Mamá Corazón, que coordinan el trabajo de la casa, están felices y sorprendidas. Es que en estos tres días recibieron muestras de solidaridad de mucha gente que llevó su granito de arena en forma de donaciones.
“Fue una sorpresa, hemos tenido una respuesta magnífica. Se hizo una pequeña convocatoria, pero nunca imaginamos que iba a ser tan rápida”, afirmó Cristina Ferreyra, una de las mamás corazón, mientras mostraba orgullosa los bolsones, aún sin clasificar, con frazadas, sábanas, fundas, mantas, ropa de lana para bebés y mamás y hasta toallas y toallones. Y ensayó una explicación ante tal demostración de generosidad: “Santa Fe conoce al grupo, sabe la obra que hacemos y comprende que estos días de tanto frío nos encontraron un poco desabastecidas”.
La procedencia de las donaciones fue diversa. Llegaron, en su mayoría, de particulares e instituciones entre las que se contaron parroquias y grupos de abuelas. Pero la solidaridad traspasó los límites de la capital provincial y llegaron aportes de pueblos aledaños. Incluso personas de Rafaela se comunicaron con El Litoral para poder enviar una ayuda. “Todo el mundo que escuchó, extendió su mano y trajo lo que podía, hasta cortinas y manteles”, explicó Ferreyra.
El paso que sigue ahora es la clasificación de todo lo recibido. Un trabajo que, según calificó Blanca Martínez otra de las mamás corazón, es una tarea que lleva tiempo, que incluye el arreglo y puesta a punto de aquella ropa que lo necesita, pero que se hace con gusto. “Estamos felices, agradecidas de todo lo que nos donaron y ojalá esta respuesta también la tengan otros hogares que lo necesitan, porque hay muchísimos niños que están desprotegidos de ropa”, afirmaron.
“Fue una sorpresa, hemos tenido una respuesta magnífica. Se hizo una pequeña convocatoria, pero nunca imaginamos que iba a ser tan rápida”, afirmó Cristina Ferreyra, una de las mamás corazón, mientras mostraba orgullosa los bolsones, aún sin clasificar, con frazadas, sábanas, fundas, mantas, ropa de lana para bebés y mamás y hasta toallas y toallones. Y ensayó una explicación ante tal demostración de generosidad: “Santa Fe conoce al grupo, sabe la obra que hacemos y comprende que estos días de tanto frío nos encontraron un poco desabastecidas”.
La procedencia de las donaciones fue diversa. Llegaron, en su mayoría, de particulares e instituciones entre las que se contaron parroquias y grupos de abuelas. Pero la solidaridad traspasó los límites de la capital provincial y llegaron aportes de pueblos aledaños. Incluso personas de Rafaela se comunicaron con El Litoral para poder enviar una ayuda. “Todo el mundo que escuchó, extendió su mano y trajo lo que podía, hasta cortinas y manteles”, explicó Ferreyra.
El paso que sigue ahora es la clasificación de todo lo recibido. Un trabajo que, según calificó Blanca Martínez otra de las mamás corazón, es una tarea que lleva tiempo, que incluye el arreglo y puesta a punto de aquella ropa que lo necesita, pero que se hace con gusto. “Estamos felices, agradecidas de todo lo que nos donaron y ojalá esta respuesta también la tengan otros hogares que lo necesitan, porque hay muchísimos niños que están desprotegidos de ropa”, afirmaron.
No hay comentarios:
Publicar un comentario