La mayoría de los complejos
también tiene agotada su capacidad para el feriado del 2 de Abril.
Muchos turistas que pasaron el verano en la Costa, en ese momento, ya
reservaron para esta fecha.
La Costa santafesina es uno de los destinos turísticos que
más creció en la provincia en los últimos años. Los cabañeros vienen de
uno de los mejores veranos de la última década y están afrontando un
2012 llenos de expectativas.
Lo que sucede es que los números los acompañan y un dato sirve para reflejar el buen momento: la mayoría de los complejos están completos para Semana Santa desde hace 15 días.
“No sólo eso. También estamos completos para el feriado del 2 de Abril”, aclaró Guillermo Kees, dueño de las cabañas El Molino, quien también asegura que la misma situación está atravesando el resto de los complejos costeros.
En diálogo con Diario UNO, el empresario dijo: “Nosotros, que ya hace muchos años que estamos, tenemos mucha gente que vino por las vacaciones de enero y febrero y que ya se había anotado para Semana Santa. Eso sucede porque saben que hay mucha demanda y no se quieren quedar sin lugar”.
—¿Por qué cree que la gente busca tanto el turismo costero?
—Creo que obedece a que es un destino que está cerca, que tiene precios razonables, porque hay para todos los niveles. Incluso hay gente de bajos recursos que se juntan dos familias y pueden pasarla muy bien porque todo lo que es consumo, por ejemplo para alimentarse, les sale lo mismo que si estuviesen en su casa. Por eso, la cuestión es trasladarse cincuenta, cien kilómetros y estar en un lugar que tiene muy buenos servicios y comodidades.
El camino a recorrer
—¿Cómo se hace para que la Costa desarrolle esos servicios que hoy no tiene?
—Santa Rosa de Calchines y Helvecia tienen un instituto que está enseñando turismo, hotelería y gastronomía. Eso es muy bueno, porque ya van a empezar a aparecer los primeros egresados y que van a ver en el turismo una posibilidad y ellos ya cuentan con una formación profesional. Hay que recorrer todo un camino por ser un destino nuevo. Hoy nos vamos a encontrar con un chico egresado de gastronomía que ahora tiene la gente, los turistas, para trabajar en lo que él se formó. Pero para eso va a necesitar armar su estructura y eso es lo que hablamos con el subsecretario de Turismo de la provincia, para que gestionen líneas de crédito blandos para el sector, que es el más amplio, que es la empresita familiar.
—¿Los emprendimientos son todos pyme?
—Hay algunos complejos de grandes capitales, pero la gran mayoría son empresitas familiares que empezaron con una cabaña y que a los dos o tres años pudieron hacer la segunda y la tercera. Ellos van creciendo y necesitan un respaldo para poder prestar más servicios. Lo mismo sucede con quien quiere poner un restorán.
—¿A cuántos turistas se puede alojar en la Costa?
—Ése es un dato que está discutido. Desde el punto de vista del Estado, las mismas comunas no te dan un dato cierto. Pero yo conozco mucha gente que trabaja y las voy anotando cabaña por cabaña. Ellos son el sector informal que no aparece en ningún lado. Pero a la hora de alojar gente, ellos te dan el servicio. Si sumamos a todos, desde Rincón hasta San Javier, tenemos más de 7.000 camas. Pero si se pregunta el dato oficial son 3.000.
—El sector informal es muy grande.
—Es grande. Por eso digo que hay que ayudarlos y estimularlos para que se inscriban y se inserten en el circuito legal y que pueda acceder a un crédito. Porque a todos nos pasó cuando arrancamos. Nos sentimos ilegales porque arrancamos como se puede y no es lo mismo la temporada baja estando inscripto que si no se está inscripto. Cuando no hay turistas, si estás inscripto, tenés un costo fijo que no se puede bajar. Si no tenés gente alojada es duro, porque a fin de mes tenés una deuda. Mientras que cuando estás fuera del sector formal no duele la temporada baja. Pero la formalidad también hace a la mejora del servicio, tener acceso al crédito y la empresa es más seria. Además, uno se puede sentar a hablar con el Estado de otra manera. Esto es lo que se viene, que estemos todos en las mismas condiciones para competir de una manera equitativa.
Lo que sucede es que los números los acompañan y un dato sirve para reflejar el buen momento: la mayoría de los complejos están completos para Semana Santa desde hace 15 días.
“No sólo eso. También estamos completos para el feriado del 2 de Abril”, aclaró Guillermo Kees, dueño de las cabañas El Molino, quien también asegura que la misma situación está atravesando el resto de los complejos costeros.
En diálogo con Diario UNO, el empresario dijo: “Nosotros, que ya hace muchos años que estamos, tenemos mucha gente que vino por las vacaciones de enero y febrero y que ya se había anotado para Semana Santa. Eso sucede porque saben que hay mucha demanda y no se quieren quedar sin lugar”.
—¿Por qué cree que la gente busca tanto el turismo costero?
—Creo que obedece a que es un destino que está cerca, que tiene precios razonables, porque hay para todos los niveles. Incluso hay gente de bajos recursos que se juntan dos familias y pueden pasarla muy bien porque todo lo que es consumo, por ejemplo para alimentarse, les sale lo mismo que si estuviesen en su casa. Por eso, la cuestión es trasladarse cincuenta, cien kilómetros y estar en un lugar que tiene muy buenos servicios y comodidades.
El camino a recorrer
—¿Cómo se hace para que la Costa desarrolle esos servicios que hoy no tiene?
—Santa Rosa de Calchines y Helvecia tienen un instituto que está enseñando turismo, hotelería y gastronomía. Eso es muy bueno, porque ya van a empezar a aparecer los primeros egresados y que van a ver en el turismo una posibilidad y ellos ya cuentan con una formación profesional. Hay que recorrer todo un camino por ser un destino nuevo. Hoy nos vamos a encontrar con un chico egresado de gastronomía que ahora tiene la gente, los turistas, para trabajar en lo que él se formó. Pero para eso va a necesitar armar su estructura y eso es lo que hablamos con el subsecretario de Turismo de la provincia, para que gestionen líneas de crédito blandos para el sector, que es el más amplio, que es la empresita familiar.
—¿Los emprendimientos son todos pyme?
—Hay algunos complejos de grandes capitales, pero la gran mayoría son empresitas familiares que empezaron con una cabaña y que a los dos o tres años pudieron hacer la segunda y la tercera. Ellos van creciendo y necesitan un respaldo para poder prestar más servicios. Lo mismo sucede con quien quiere poner un restorán.
—¿A cuántos turistas se puede alojar en la Costa?
—Ése es un dato que está discutido. Desde el punto de vista del Estado, las mismas comunas no te dan un dato cierto. Pero yo conozco mucha gente que trabaja y las voy anotando cabaña por cabaña. Ellos son el sector informal que no aparece en ningún lado. Pero a la hora de alojar gente, ellos te dan el servicio. Si sumamos a todos, desde Rincón hasta San Javier, tenemos más de 7.000 camas. Pero si se pregunta el dato oficial son 3.000.
—El sector informal es muy grande.
—Es grande. Por eso digo que hay que ayudarlos y estimularlos para que se inscriban y se inserten en el circuito legal y que pueda acceder a un crédito. Porque a todos nos pasó cuando arrancamos. Nos sentimos ilegales porque arrancamos como se puede y no es lo mismo la temporada baja estando inscripto que si no se está inscripto. Cuando no hay turistas, si estás inscripto, tenés un costo fijo que no se puede bajar. Si no tenés gente alojada es duro, porque a fin de mes tenés una deuda. Mientras que cuando estás fuera del sector formal no duele la temporada baja. Pero la formalidad también hace a la mejora del servicio, tener acceso al crédito y la empresa es más seria. Además, uno se puede sentar a hablar con el Estado de otra manera. Esto es lo que se viene, que estemos todos en las mismas condiciones para competir de una manera equitativa.
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