Es una página web donde los mismos habitantes escriben la historia y rescatan el patrimonio. El dispositivo, único en el país según sus impulsoras, se nutre de nuevas tecnologías.
Telares de la Memoria es el nombre de un libro virtual con el que el pueblo de esta localidad del sur santafesino busca rescatar el patrimonio cultural intangible de la comunidad, la historia y las voces que lo definen como tal. En esa experiencia se conjugan el uso de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC) y la participación activa de los pobladores. Para ello es clave el trabajo que desarrollan los investigadores nucleados en el Centro Internacional Franco-Argentino de Ciencias de la Información y de Sistemas, que integran el Conicet, la UNR y la universidad Paul Cezanne de Marsella. Como parte de ese equipo interdisciplinario que viene desarrollando esta compleja labor, las investigadoras Patricia San Martín y Silvana Martino dialogaron con LaCapital y comentaron los lineamientos del proyecto, que fue seleccionado en la convocatoria del programa Innova 2009, perteneciente al ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la provincia, que subsidió inicialmente el proyecto. Hoy, la financiación corre por cuenta del Conicet. ¿Qué es Telares de la Memoria". Martino explica que si bien no existe una definición de manual, puede decirse que es "un dispositivo, un espacio de encuentro, de discusión, de conflicto, que tiene la característica de ser hipermedial porque utiliza herramientas que son las nuevas tecnologías". Y San Martín destaca que la finalidad es "apuntar a cómo escribimos una memoria colectiva y plural". La elección de Wheelwright no es azarosa. El pueblo, ubicado en el departamento General López, tenía varias cuestiones a su favor que podían permitir, metodológicamente, llevar a cabo el proyecto. "Es una comunidad de 7 mil habitantes, un número razonable como para hacer una primera experiencia. Fue un referente de la industria textil en el país, una zona agrícola muy pujante y con algunas otras particularidades. También vimos que había condiciones incluso del uso de la tecnología", detallan. En cuanto al proyecto, la intención es "plantear una escritura plural, integrando las TIC, para pensar el pasado en función del presente y el futuro. Porque básicamente lo que queremos es recuperar aquello que nos moviliza en torno a lo común, a lo ciudadano, que va más allá de la familia tal, o de la identidad por el trabajo", explica San Martín. Martino amplía y aclara que no se trata de escribir la historia de Wheelwright "sino que hacemos referencia a la memoria, y con la característica de ser plural, conflictiva, discutida, distintas versiones de un mismo hecho. Porque esto de poder contar y poder traer a la memoria, nosotros lo sostenemos como un acto político, donde hay que volver a la práctica política del bien común, para producir y generar cambios”. Dentro del prototipo se plantearon tres dimensiones: la de las obras abiertas (proyectos, propuestas, obras literarias, de teatro, un edificio escolar), los constructores de civitas (ciudadanos reconocidos por la comunidad y que han hecho algo por ella), y los espacios habitados: lugares resignificados por la comunidad que pueden estar relacionados a esos constructores o a esas obras abiertas. “Las personas que quieren participar de la propuesta pueden ingresar por cualquiera de las categorías y ahí el sistema les pregunta si ese espacio está en relación a determinadas obras abiertas cargadas en el sistema, a todos los constructores, o si quiere habilitar nuevos vínculos. También tiene la posibilidad de discutir en foros y si no está de acuerdo con algo dicho puede disentir e ir agregando datos. Todo es formato wiki, lo que pasa es que en wikipedia no se puede discutir y aquí sí. Eso es todo público”, indican. Aunque le escapan al término “página” y prefieren llamarlo “libro”, la plataforma de Telares de la Memoria plantea la administración a través de “un consejo plural de gestión, con representantes de todas las organizaciones del lugar. No es un webmaster o un técnico el que habla, sino la comunidad”. San Martín trata de redondear el complejo trabajo que vienen realizando y analiza que “lo que hemos constatado es que esto activó la cuestión participativa. Esto no es Facebook. Acá la gran diferencia es que es un modelo donde los servidores son los propios de la comuna, donde toda la información está en manos de la comunidad y no tiene requerimientos computacionales altos”, remata.
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