Un informe del Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi) afirma que los autos con vidrios polarizados tienen más chances de chocar, ya que reduce la capacidad de visión. Los comerciantes que ofrecen este producto afirman que la venta se incrementa, y tratan de ajustarse a las exigencias de la ley nacional de tránsito.
El mencionado estudio asegura que “un vehículo con vidrios polarizados tiene un 30 por ciento más de probabilidades de estar involucrado en un accidente grave que otro que no los tenga”. Esta cifra es para los choques en general, pero aseguran que el riesgo aumenta en aquellos casos que se trate de impactos en los costados. El principal punto por lo que el Cesvi considera perjudicial el uso de polarizados es la disminución de la visibilidad.
Parte de los estudios se realizaron en Cesviauto, el primer desarmadero legal del país, donde llegan los vehículos con destrucción total y robos recuperados de distintas compañías de seguros del país.
De investigar las características de los autos chocados, volcados y destruidos que están en los depósitos y del relevamiento realizado sobre una muestra de 344 vehículos que ingresaron al desarmadero en los últimos dos meses, surgieron datos muy interesantes para analizar y poner claridad sobre la inconveniencia de polarizar los vidrios.
En primer lugar, del total de los autos chocados, el 46,4 por ciento tenía vidrios polarizados, una cifra importante si se tiene en cuenta que menos de la mitad del parque automotor tiene vidrios con esas características. Esto significa que un vehículo con vidrios polarizados tiene un 30 por ciento más de probabilidades de estar involucrado en un accidente grave que otro que no los tenga.
Ahora, si sólo se tienen en cuenta los impactos laterales, el 56 por ciento tenía vidrios polarizados. Con esto se comprueba que normalmente cuesta mucho más distinguir dentro de un automóvil con vidrios oscuros a otros vehículos, peatones, ciclistas o motociclistas que circulan a los costados.
Otra vez, si se pondera este dato con la cantidad del parque automotor, el riesgo de tener un choque lateral se incrementa en un 91 por ciento.
Si se dividen los impactos laterales entre los recibidos en el sector de la izquierda o los del sector de la derecha, observamos que para la totalidad de choques en el sector derecho, el 60 por ciento tiene vidrios polarizados.
Mientras que para el total de impactos sobre el lateral izquierdo, un 52 por ciento tiene vidrios oscuros. De estos datos se puede concluir que al circular con un vehículo con vidrios laterales oscurecidos es más difícil poder ver autos que van de derecha a izquierda que a la inversa. Esto tiene que ver con estar más lejos de los vidrios oscuros y, en consecuencia, del otro automóvil.
Finalmente, de la totalidad de los vehículos con choques traseros, sólo un 32 por ciento tiene vidrios polarizados. Este dato es inferior a lo que se analizaba a priori; esto se debería a que los conductores que van detrás de autos con vidrios oscuros tratan de cambiar su trayectoria para mejorar la visibilidad, mientras que esos mismos conductores van más pegados al vehículo de adelante cuando éste no tiene los vidrios oscuros. Es decir, se confían más porque pueden ver hacia adelante sin mantener la distancia de seguridad prudente.
De noche y con lluvia
“Pero todo empeora cuando hablamos de conducción nocturna o conducción con lluvia. Allí es muy difícil percibir a peatones, ciclistas o motociclistas. También se hace muy difícil ver a otros automóviles que sólo transitan con las luces de posición, situación muy frecuente en nuestro país que no contribuye en absoluto con la seguridad vial”, continúa el informe.
La dificultad para ver no sólo es para el conductor del auto polarizado, sino también para quienes circulan atrás del mismo: “Más allá de respetar la distancia de seguimiento, cuesta mucho hacer uso de lo que técnicamente se denomina visión activa, que es percibir las maniobras de los vehículos que van delante del auto que nos antecede”, sostiene el informe.
A favor y en contra
El polarizado permite mejorar la climatización del auto, sobre todo en verano, y disminuye la temperatura en su interior. Así, el aire acondicionado rinde mucho más. Ante un golpe en un accidente los vidrios se astillan, pero quedan sostenidos por la lámina adhesiva.
Brinda seguridad ante un posible delito, al impedir que se vea quién va adentro o qué elementos se transportan en el interior. Hasta la lámina más oscura –que deja pasar un cinco por ciento de luz– sólo evita que un nueve por ciento de los rayos ultravioletas ingresen en el habitáculo.
Aquellos que quieran poner un laminado por si se rompe el vidrio, pueden colocar uno transparente. De igual modo no deja ver quién se puede acercar al auto a robar, e impide ver un ladrón armado en el auto o si llevan gente secuestrada.
El mencionado estudio asegura que “un vehículo con vidrios polarizados tiene un 30 por ciento más de probabilidades de estar involucrado en un accidente grave que otro que no los tenga”. Esta cifra es para los choques en general, pero aseguran que el riesgo aumenta en aquellos casos que se trate de impactos en los costados. El principal punto por lo que el Cesvi considera perjudicial el uso de polarizados es la disminución de la visibilidad.
Parte de los estudios se realizaron en Cesviauto, el primer desarmadero legal del país, donde llegan los vehículos con destrucción total y robos recuperados de distintas compañías de seguros del país.
De investigar las características de los autos chocados, volcados y destruidos que están en los depósitos y del relevamiento realizado sobre una muestra de 344 vehículos que ingresaron al desarmadero en los últimos dos meses, surgieron datos muy interesantes para analizar y poner claridad sobre la inconveniencia de polarizar los vidrios.
En primer lugar, del total de los autos chocados, el 46,4 por ciento tenía vidrios polarizados, una cifra importante si se tiene en cuenta que menos de la mitad del parque automotor tiene vidrios con esas características. Esto significa que un vehículo con vidrios polarizados tiene un 30 por ciento más de probabilidades de estar involucrado en un accidente grave que otro que no los tenga.
Ahora, si sólo se tienen en cuenta los impactos laterales, el 56 por ciento tenía vidrios polarizados. Con esto se comprueba que normalmente cuesta mucho más distinguir dentro de un automóvil con vidrios oscuros a otros vehículos, peatones, ciclistas o motociclistas que circulan a los costados.
Otra vez, si se pondera este dato con la cantidad del parque automotor, el riesgo de tener un choque lateral se incrementa en un 91 por ciento.
Si se dividen los impactos laterales entre los recibidos en el sector de la izquierda o los del sector de la derecha, observamos que para la totalidad de choques en el sector derecho, el 60 por ciento tiene vidrios polarizados.
Mientras que para el total de impactos sobre el lateral izquierdo, un 52 por ciento tiene vidrios oscuros. De estos datos se puede concluir que al circular con un vehículo con vidrios laterales oscurecidos es más difícil poder ver autos que van de derecha a izquierda que a la inversa. Esto tiene que ver con estar más lejos de los vidrios oscuros y, en consecuencia, del otro automóvil.
Finalmente, de la totalidad de los vehículos con choques traseros, sólo un 32 por ciento tiene vidrios polarizados. Este dato es inferior a lo que se analizaba a priori; esto se debería a que los conductores que van detrás de autos con vidrios oscuros tratan de cambiar su trayectoria para mejorar la visibilidad, mientras que esos mismos conductores van más pegados al vehículo de adelante cuando éste no tiene los vidrios oscuros. Es decir, se confían más porque pueden ver hacia adelante sin mantener la distancia de seguridad prudente.
De noche y con lluvia
“Pero todo empeora cuando hablamos de conducción nocturna o conducción con lluvia. Allí es muy difícil percibir a peatones, ciclistas o motociclistas. También se hace muy difícil ver a otros automóviles que sólo transitan con las luces de posición, situación muy frecuente en nuestro país que no contribuye en absoluto con la seguridad vial”, continúa el informe.
La dificultad para ver no sólo es para el conductor del auto polarizado, sino también para quienes circulan atrás del mismo: “Más allá de respetar la distancia de seguimiento, cuesta mucho hacer uso de lo que técnicamente se denomina visión activa, que es percibir las maniobras de los vehículos que van delante del auto que nos antecede”, sostiene el informe.
A favor y en contra
El polarizado permite mejorar la climatización del auto, sobre todo en verano, y disminuye la temperatura en su interior. Así, el aire acondicionado rinde mucho más. Ante un golpe en un accidente los vidrios se astillan, pero quedan sostenidos por la lámina adhesiva.
Brinda seguridad ante un posible delito, al impedir que se vea quién va adentro o qué elementos se transportan en el interior. Hasta la lámina más oscura –que deja pasar un cinco por ciento de luz– sólo evita que un nueve por ciento de los rayos ultravioletas ingresen en el habitáculo.
Aquellos que quieran poner un laminado por si se rompe el vidrio, pueden colocar uno transparente. De igual modo no deja ver quién se puede acercar al auto a robar, e impide ver un ladrón armado en el auto o si llevan gente secuestrada.
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