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lunes, 18 de julio de 2011

ROSARIO-Indagarán a un empresario por los homicidios de su hijo y de un ladrón

A tres meses de la fatal balacera en la autopista, esta semana interrogan a Oscar Renna en Tribunales. La esposa de la víctima, testigo del resonante hecho, dio al juez un conmovedor relato de lo ocurrido.
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"Mi suegro lo arrastraba a Lucas y gritaba desesperado. Desesperada, intenté limpiarle la cara, pero me dio un ataque de nervios y caminé para la ruta. No sé si para matarme y un camionero que pasó me dijo «nena qué hacés». Al rato llegó mi papá y lo abracé. Mi papá decía «Lucas, no, Lucas no». Yo sabía que estaba muerto, pero igual quería que viniera una ambulancia", fue el relato dramático de Julieta Santisso, la esposa de Lucas Renna, en los Tribunales. De ese momento dramático y fatal hoy se cumplen tres meses. Oscar Alberto Renna recibió el llamado de su hijo Lucas a su celular y jamás pensó que veinte minutos más tarde iba a estar parado en la peor posición para un ser humano. Tratando de frustrar un asalto a la vera de la autopista Rosario-Córdoba, empuñó una pistola calibre 11.25 con la que no sólo abatió a uno de los ladrones, sino que además causó la muerte a su hijo, quien quedó atrapado en el fuego cruzado con el asaltante. Un gran punto de discusión al inicio del caso fue la figura por la que sería juzgado Oscar Renna, ya que a 24 horas de producirse la tragedia, se insinuó lo que luego fue evidencia: era él quien había disparado los balazos fatales. A mitad de esta semana Renna será indagado por el juez de Instrucción Juan José Pazos por el doble homicidio y por portación de arma de guerra. Renna tenía permiso de tenencia, pero no había renovado la autorización para portar armas de fuego. La pericia balística determinó que un balazo calibre 11.25 que disparó el padre del muchacho provocó la muerte de Lucas, un ingeniero electrónico de 28 años, y del asaltante Ricardo Javier Castaño, de 25 años. La teoría es que el proyectil primero atravesó la zona intercostal del ladrón. Después salió, continuó su recorrido y perforó el cuerpo del joven ingeniero, donde quedó alojado. El testimonio. Julieta Santisso tiene 27 años y es contadora. Su declaración tiene mucho peso porque fue testigo directo y a la vez víctima del drama que significó el homicidio de su esposo a escasos centímetros de donde estaba ellla. Su relato en los Tribunales fue estremecedor. Cerca de las 21 del 18 de abril pasado, Julieta viajaba con Lucas en un Ford Fiesta en dirección a Roldán por el kilómetro 2,5 de la autopista a Córdoba. Contó que todo se inició cuando se pinchó uno de los neumáticos del auto. "Intentamos sacar la cubierta, pero no encontramos la llave cruz. Entonces lo llamamos al papá de Lucas para que nos ayudara. Media hora después, llegó mi suegro y estacionó la camioneta detrás de nuestro auto y sacó el gato. En ese momento, levanté la cabeza y vi a dos personas que venían caminando. Me asusté y corrí hacia el auto. Miré hacia atrás y vi que uno de los tipos venía corriendo. El papá de Lucas dijo que eran «choros». Mi suegro estaba frente a nuestro auto y Lucas muy cerca de la lado de la cubierta pinchada. El «choro» nos preguntaba si había alguien más en el auto. Le dijimos que no. Entonces nos dijo que nos tiráramos al suelo. Yo me quedé en posición fetal y Lucas se tiró atrás de mí y me abrazó. En ese momento, escuché un grito del otro asaltante que decía «matalo, matalo». Yo gritaba en forma desesperada para que no lo matara. En ese momento, el asaltante volvió para atrás, tomó un arma gris y la cargó. Cerré los ojos y escuché tres disparos. Sentí que mi cuerpo se contraía. El papá de Lucas estaba agachado cambiando la cubierta. Abrí por un momento los ojos y me pareció que el asaltante iba hacia donde estaba mi suegro. Después caminé hacia la camioneta". En ese momento, la contadora vio que su suegro "lo arrastraba a Lucas y gritaba desesperado. Desesperada, intenté limpiarle la cara, pero me dio un ataque de nervios y caminé para la ruta". Oscar es un empresario metalúrgico de 52 años. La muerte del hijo le provocó una profunda conmoción. Para hacer frente al trauma, él y su familia reciben asistencia psicológica. El 23 de abril, seis días después del hecho, le brindó al juez Juan José Pazos un pormenorizado relato de lo que ocurrió. El hombre acudió a la escena del hecho para ayudar a Lucas porque se le había pinchado un neumático. "Cuando llegué estacioné la camioneta detrás del auto de mi hijo. Fui al buscar el gato de la chata y, cuando estoy levantando la rueda, observé a dos personas que iban caminando en la oscuridad. Le dije a Lucas que «no los perdiera de vista». Me pareció que él y mi nuera estaban asustados. Fui corriendo hasta la chata y busqué el arma que tenía en la gabeta, pero no le podía poner el cargador porque lo tenía en otro lado. Después caminé por delante de la camioneta. Me di vuelta y vi que uno pasó corriendo por el pavimento por el lateral de la camioneta. Ahí escuché que el otro delincuente decía «matalos a todos»". "Cuando el tipo me vio con el arma agarró a mi hijo de escudo. Los tres estaban bastante juntos. En ese momento, el delincuente me disparó un tiro que impactó en el capó del auto. Luego efectué un disparo a cierta altura, por encima y hacia un costado de donde estaban ellos. En ese momento, vi que mi hijo comenzó a inclinarse hacia adelante. El ladrón soltó a mi hijo y salió corriendo para el lado de Rosario. Yo le tiré nuevamente, pero le erré. El se dio vuelta y me tiró nuevamente. Supongo que ese balazo fue el que impactó a mi nuera. El asaltante continuó corriendo en dirección a Rosario y tomó por un descampado. Allí efectué otros cuatro disparos, pero no sé si llegué a impactarle por la oscuridad de la zona. Luego traté de llevar a mi hijo hasta la chata para llevarlo a un hospital, pero me di cuenta de que ya era inútil", relató. Sospechosos. Cuatro días después del suceso fueron detenidos un cuñado de Castaño y su hermano en un allanamiento concretado por efectivos de la sección Homicidios. Los dos hombres fueron liberados luego de que brindaran una declaración informativa. En rigor, los pesquisas llegaron a los dos hombres luego de que el padre del familiar del ladrón abatido dijera, en relación a Castaño: "Mirá en qué lío lo metió este hijo de puta". El caso desató al iniciarse un debate institucional. El juez Pazos el día del hecho dijo con relación a la seguridad: “Que este hecho nos sirva de lección a todos y que alguien no tergiverse la realidad cuando dice que la inseguridad es una sensación”, sostuvo. El gobernador Hermes Binner cuestionó el tenor de las declaraciones y afirmó que, en caso de ser diputado, le pediría juicio político al juez Pazos. Dos defensas Para Gonzalo Basualdo, el caso Renna fue politizado por su resonancia pública. “Esta situación coloca al abogado defensor frente a un doble rol: la defensa que debe articular en los estrados judiciales y la defensa a nivel público, intentando limitar la injerencia política y proteger las garantías del debido proceso e imparcialidad del juzgador”.

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