Un hermano de Walter Dante Maldonado, el hombre de 38 años ultimado de cuatro tiros el miércoles pasado en Rosario, brindó su parecer respecto del crimen.
La Capital |
"Mi hermano conocía al hombre que lo mató y ese tipo se debe haber aprovechado de eso. Cuando le dio la espalda para abrirle la puerta le pegó un culatazo y lo mató en el piso. No hay un sólo rebote de bala en toda la casa". Para Angel, el hermano mayor de Walter Dante Maldonado, asesinado de cuatro balazos el miércoles en el barrio Sagrada Familia, no quedan dudas: Dante, como todos conocían a su hermano, le abrió la puerta de su casa a un conocido. Así, dejó ingresar a alguna persona de quien pensaba que le podía dar la espalda.
"Los disparos fueron desde muy cerca", sostuvo el hermano de la víctima, al tiempo que confirmó algunos problemas de convivencia entre Dante y su familia política (ver aparte). Ayer al mediodía el cuerpo de Maldonado, de 38 años, fue trasladado la localidad de Romang, a 460 kilómetros de Rosario, en el norte santafesino, donde serán sepultados sus restos.
Cerca de Tío Rolo. Desde hace cerca de doce años Walter Maldonado vivía en la Sagrada Familia, una barriada ubicada en los confines de Tío Rolo, en zona sudoeste de la ciudad. Para llegar a este sector, donde hace más de una década fue relocalizada gente que habitaba La Lata, hay que tomar por el camino nuevo a Soldini —a la altura de Ovidio Lagos al 7000— y al 3600 de esa calle virar hacia el norte. Allí, en la cortada 8, manzana C, casa 11, vivía Dante con su esposa Claudia y el hijo de ambos, de 13 años.
Maldonado era oriundo de Romang, una localidad ubicada sobre la ruta provincial Nº 1, en el albardón costero del río San Javier, en el norte santafesino. Su familia es conocida en esa localidad por los panes caseros que venden. Dante era ayudante de albañil, aunque desde su entorno se señalaba ayer que no trabajaba desde hacía unos tres años.
Ermitaño. Como todas las mañanas, a las 7 del miércoles Dante acompañó a su mujer y a su hijo a tomar un colectivo de la línea 132 en la parada de Tío Rolo, a unas cinco cuadras de su casa. Claudia se dirigía a su trabajo como empleada doméstica.
Una vez que su familia se subió al ómnibus, Maldonado regresó a su casa. "Era un ermitaño, no le abría la puerta a nadie. Ni a mí. Era muy cuidadoso, nunca se lo veía afuera, siempre estaba en el fondo de la casa", señalaba el miércoles su suegro Alcides a un canal de televisión.
Eran cerca de las 7.20 cuando una de las vecinas de la familia escuchó varias detonaciones. Entonces llamó a la policía y a la esposa de Maldonado. "Venite que se escucharon disparos en tu casa", le dijo.
Claudia se bajó del colectivo en Battle y Ordóñez y Ovidio Lagos. Allí se tomó un taxi. En el camino se cruzó con un patrullero que la llevó hasta su casa.
Dante se encontraba en el interior de la vivienda, al lado de la puerta, con cuatro balazos en su cuerpo: tres en la región toráxica y uno en la cabeza.
Sin rebote. "Yo lavé la sangre de mi hermano y te puedo asegurar que no hay un rebote de bala de toda la casa. El tiene un fierrazo (culatazo) en la cabeza y después se ve que (el asesino) lo mató (cuando ya estaba caído) en el suelo. El disparo en la cabeza se lo hizo apoyándole el arma", consideró Angel, al tiempo que añadió: "El que hizo esto tiene que ser un tipo grandote, porque un flaquito no podría haberlo hecho. Mi hermano era corpulento. Pero si él lo hizo pasar y le dio la espalda, es porque lo conocía bien".
En este contexto, el hermano de la víctima desestimó que el homicidio de su hermano pueda haberse desencadenado en el marco de un ajuste de cuentas. "No, eso no. Acá tiene que haber algo más. Que investiguen", señaló Angel, mientras realizaba los trámites en el Instituto Médico Legal (IML) para trasladar el cuerpo de su hermano hacia su pueblo natal.
Problemas. Una suerte de tensión entre la familia de Maldonado y la de su mujer (ver aparte) quedaba totalmente expuesta bajo la lluvia de ayer por la mañana. El suegro de Dante esperaba junto al hijo de la víctima en la puerta de IML. Por su parte, la familia que había llegado desde el norte de la provincia estaba a unos 25 metros, en el interior de un auto.
"Ellos no se llevaban bien desde hace muchos años. Mi cuñada fue la que le dijo que se quedara en la casa porque ella trabajaba. Mi hermano tomaba (drogas y alcohol), pero lo hacía cuando tenía. No es que estaba todo el tiempo drogado y chupado", comentó Angel, el mayor de los cinco hermanos de Dante, para agregar al respecto: "Lo último que supe sobre esa situación es que él tenía que cocinarse y comer aparte de la familia. Y yo le decía: «¿Loco, por qué no te vas? ¿A qué te quedas?»".
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