Mientras se aguarda con
expectativa qué decisión tomará la Cámara baja, algunos datos de
provincias vecinas pueden ilustrar y ayudan a comparar. Para tener una
idea del atraso del régimen impositivo en Santa Fe, es válida la
comparación con Entre Ríos, una de las primeras provincias argentinas en
actualizar en los últimos años la valuación y los impuestos que pagan
los propietarios de los campos. El campo más caro de la vecina
provincia, ubicado en la zona más productiva, paga a valores actuales un
avalúo de 16 mil pesos, bastante más que cualquier propietario
santafesino, aunque un valor considerado bajo si se tiene en cuenta que
los campos se valoran en dólares y el impuesto en pesos. O sea que está
cinco veces por debajo del valor real.
La Capital |
La Cámara de Diputados de la provincia
deberá abocarse tras el receso legislativo a discutir en comisiones el
proyecto de reforma tributaria que tiene media sanción del Senado.
Mientras se aguarda con expectativa qué
decisión tomará la Cámara baja, algunos datos de provincias vecinas
pueden ilustrar y ayudan a comparar. Para tener una idea del atraso del
régimen impositivo en Santa Fe, es válida la comparación con Entre Ríos,
una de las primeras provincias argentinas en actualizar en los últimos
años la valuación y los impuestos que pagan los propietarios de los
campos. El campo más caro de la vecina provincia, ubicado en la zona más
productiva, paga a valores actuales un avalúo de 16 mil pesos, bastante
más que cualquier propietario santafesino, aunque un valor considerado
bajo si se tiene en cuenta que los campos se valoran en dólares y el
impuesto en pesos. O sea que está cinco veces por debajo del valor real.
En cuanto al impuesto inmobiliario, el
dueño del campo más caro de Entre Ríos paga 368 pesos por hectárea al
año, un promedio de 32 pesos por mes por hectárea.
Aplicación progresiva. En Entre Ríos la
emisión para el presente año del impuesto inmobiliario rural asciende a
650 millones de pesos, y el aumento del avalúo fue del orden del 189
por ciento, y su aplicación fue progresiva.
Estos datos, irrefutables puesto que
provienen del contador Marcelo Casaretto, titular de la Agencia
Tributaria de Entre Ríos, quien destacó que "el porcentaje de aumento
impositivo recae sobre un sector de mayor capacidad contributiva",
similar criterio que utiliza la provincia de Santa Fe. Las entidades del
campo entrerrianos judicializaron su protesta ante los aumentos
presentando sendos amparos los que fueron sistemáticamente rechazados
por la justicia, puesto que los aumentos habían sido aprobados por la
Legislatura.
En la provincia de Santa Fe, la
realidad es otra: la recaudación en concepto de este impuesto tiene un
tope de 150 millones, pero con un agravante: que Santa Fe duplica a
Entre Ríos, por ejemplo, en extensión de áreas dedicadas a la actividad
agrícola ganadera y que aquí no se grava con ingresos brutos la
actividad primaria. Es importante destacar, porque forma parte del marco
político, que desde muchos hace años no se modifica la valuación de la
tierra.
Otro hecho aberrante en la vida
santafesina es que las empresas constructoras y ciertas industrias,
injustamente, no paguen ingresos brutos. Cuestión poco entendible para
un sector que fue proverbialmente rentable, a no ser que se las quiera
justificar con subterfugios.
Injsticias. Se trata, además, de una
flagrante injusticia si se tiene en cuenta que hay trabajadores
monotributistas que perciben salarios de 3.000 pesos y deben hacer
frente al pago del tributo. La exención, defendida por Juan Carlos
Mercier, funcionario de la dictadura y del gobierno de Reutemann, siguió
durante los posteriores gobiernos peronistas y hoy el Poder Ejecutivo
proyecta derogarla. Habrá que ver qué decide el peronismo en ese
aspecto.
Las provincias de Córdoba y Entre Ríos
ya hicieron su parte, en Santa Fe aún se aguarda el desenlace en la
Legislatura donde la oposición tiene mayoría.
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