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lunes, 13 de febrero de 2012

PROV. STA FE: “Adherimos a la reforma que la OPS propone a la Argentina”

Lo aseguró el Ministro de Salud de Santa Fe, Migue Ángel Cappiello, cuando ponderó las recomendaciones de la Organización Panamericana de la Salud de un cambio sanitario sustancial en el país, congruente con el proyecto provincial. “Santa Fe quiere acompañar el proyecto de cambio que la OPS propone a la Argentina”, sostuvo Cappiello.
“Santa Fe quiere acompañar el proyecto de cambio que la OPS propone a la Argentina”, expresó el ministro de Salud de la provincia, doctor Miguel Ángel Cappiello, al realizar un análisis del documento elaborado por este organismo, la Cepal y el PNUD (el Sistema de Salud Argentino y su Trayectoria de Largo Plazo: Logros Alcanzados y Desafíos Futuros).


En él, “sostienen que el sistema de salud nacional padece de tres tipos de fragmentaciones que obstaculizan la construcción de un sistema equitativo: fragmentación de derechos, regulatoria y territorial”, explicó el funcionario. Para Cappiello esta fragmentación –que es necesario superar–, se define “como la coexistencia de muchas unidades o entidades no integradas en la red de servicios de salud, lo que impide la posibilidad de garantizar la accesibilidad, equidad, universalidad y gratuidad –en los casos que corresponda”.


—El documento coincide en puntos sustanciales del proyecto sanitario de Santa Fe y con la Ley de Sistema Único de Salud elevada a la Legislatura Nacional.
—Sí, en muchos. Inicialmente, al hablar de la “fragmentación de derechos”, explica que la misma es fuente de inequidades e ineficiencias que reclaman reformas importantes tendientes a lograr mayor integración entre los subsistemas, y que la multiplicidad de fuentes de financiamiento, con una fuerte participación de recursos de base contributiva, es un obstáculo importante pero no insalvable para lograr un sistema integrado y equitativo. Ya afirmamos que el sistema integrado que pretendemos es la entrega de servicios de salud de forma tal que las personas reciban un continuo de servicios preventivos y curativos de acuerdo a sus necesidades a lo largo del tiempo y a través de los diferentes niveles del sistema, partiendo de la estrategia de atención primaria de la salud hasta la máxima complejidad. La ley de salud enviada a la Legislatura de Santa Fe pone un marco regulatorio para que no esté ausente la visión integradora (fragmentación regulatoria), tiene media sanción de Diputados y aún no ha sido tratada en Senadores. Tampoco se trató en el Congreso Nacional el Proyecto de Sistema Único de Salud presentado por el FPCyS de Santa Fe.


—¿Y qué es la “fragmentación territorial”?
—Existen diferencias de accesibilidad y equidad en los cinco Nodos de la provincia, lo que también sucede en el resto del país, creando serias desigualdades territoriales. Como resultado de esta fragmentación territorial, nuestro proyecto de salud integra los hospitales a la estrategia de atención primaria y crea redes de servicios para obtener mejores resultados. Prueba de ello ha sido la disminución de la mortalidad infantil a un dígito y la mortalidad materna, sólo para citar algunos. Entonces hay que trabajar en una reforma y fortalecer la presencia del Estado, quien debe garantizar los derechos de los que menos tienen (fragmentación de derechos).


Entre todos
—Usted habla de “planificación estratégica”. ¿Qué es? ¿Qué aportaría a la construcción de un sistema nacional integrado?
—Nuestro programa está basado en ella. Es necesario contar con metas claras a largo plazo. Así, la solución del sistema de salud requerirá la intervención de todos para realizar reformas consensuadas, como el Plan Estratégico de nuestra provincia construido por quienes participaron en las Asambleas Ciudadanas. Existen numerosos factores que trascienden al sector y tienen gran incidencia sobre la salud, que deben ser considerados al diseñar las políticas sanitarias. Vale aclarar que no es lo mismo Planificación Estratégica que Normativa. Y debemos confrontarlas. ¿Esto qué significa? Decía la profesora María del Carmen Troncoso, “poner cara a cara dos modos de planificar”. Implica ponernos “cara a cara” para resolver cómo construir un sistema de salud, no sólo para los santafesinos, sino para los argentinos. Sucede que son momentos importantes en el país, de cambios, propicios para dar esta discusión, para pensar en la integración, como también propone el artículo de OPS. Hace tiempo, en ocasión del Cofelesa, yo citaba al Premio Nobel de Economía Paul Krugman, quien escribió: “El ser progresista significa pretender programas de salud universales”. Y eso queremos. Un sistema público de salud universal en el acceso a los niveles de asistencia, gratuito, equitativo, integral a efectos de garantizar la promoción y la prevención, la curación, la rehabilitación y resolviendo cada caso en los niveles de complejidad adecuados. Y participativo, conforme a las formas organizativas de cada lugar. Esto se vincula con la política de Estado que estamos llevando adelante desde el gobierno, con la regionalización, la participación, que han permitido construir, entre muchos, el plan estratégico de la provincia de Santa Fe, en el marco de la gestión iniciada por Hermes Binner. Hay una gran necesidad de superar la fragmentación pero fundamentalmente de trabajar para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Y no podemos cometer los errores que otros cometieron en este camino para lograrlo, porque por ellos hay miles de argentinos que no pueden acceder a la salud.


Ineficiencias
—¿Qué opina de los fondos que el país destina a salud?
—El artículo al que estamos haciendo referencia dice que en Argentina se gasta el 10 por ciento del PBI en salud. Ustedes saben que Argentina destina casi el 8 por ciento de su producto bruto a la salud. Y en el convencimiento de que la salud es una inversión, y que de ninguna forma debe determinarse como un gasto, y si tenemos en cuenta los recursos que destinan a ella Nación, provincia, municipios, comunas, obras sociales nacionales, provinciales y el Pami, tenemos una masa de recursos que, de ser utilizados más eficientemente, tendríamos la calidad de atención que todos los argentinos merecemos y queremos. No es imposible. Esta discusión no se da solamente en Argentina sino en otras partes del mundo. Sabemos que los recursos no son ilimitados y mucho menos en salud. Siempre hacen falta porque los avances tecnológicos y en tratamientos vuelven al costo cada vez mayor. Tenemos que trabajar en modelos de protocolos y evitar la extrema judicialización de la salud. Evidentemente los intereses que no quieren que se unifique el sistema hacen que el camino sea difícil. Son los mismos intereses que se llevan una parte sustancial de los recursos que deben ser destinados a la atención. Y en salud se pierde, por ejemplo, si fraccionamos la compra de medicamentos, si fraccionamos la posibilidad de contratar, porque perdemos esa capacidad que tenemos los Estados de establecer precios y de fijar políticas públicas de acuerdo al interés general.


—¿Por dónde más pasa la “integración”?

—Hay que integrar lo público con lo privado, pero fuertemente hacer una integración de los principales financiadores para lograr ese modelo de atención. Debemos integrar los esfuerzos que distintas comunas y municipios hacen aportando y ayudando al modelo Samco, que viene de la descentralización de los servicios de salud de mediados del siglo pasado. Estamos en etapa de proponer alternativas que permitan mejorar estos servicios e integrarlos plenamente a un sistema de complejidad creciente. Este paso que hemos dado en Santa Fe de regionalizar la provincia es fundamental para poder integrar también el sistema de salud. Pero, además, integrarlo al sistema productivo y al sistema social. Luego está todo el sistema de la seguridad social, donde indudablemente si se pudo descentralizar el sector público, por qué no poder pensar en descentralizar el sector de la seguridad social. Estamos hoy ante una crisis global que es la crisis del Estado de Bienestar. Ésta tiene solución si pensamos en una alternativa que involucre a la sociedad en su conjunto en la defensa de sus derechos y demandas. Y es una construcción piramidal que nos va a permitir una amplia base de sustentación, pensar en una conducción nacional y un modelo nacional de salud. Si nosotros no logramos movilizar a la participación a los sectores necesitados de este programa, vamos a terminar siempre discutiendo en una habitación los valores que tiene la integración, pero siempre se agotan en el propio entusiasmo de cada uno de los que hagamos estas mesas de debates.

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