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Los legisladores nacionales podrán seguir cobrando hasta 15 mil pesos mensuales al margen de sus salarios, aun después de que se hayan duplicado este año hasta oscilar entre 30 y 35 mil pesos.
Para acceder a ese beneficio deberán canjear por dinero los 20 pasajes aéreos y los 20 por tierra que reciben por mes. Reciben 552 por cada vuelo y 242 por cada pase de micro.
La opción de convertir parte de estos tickets en plata es una oportunidad que tienen los legisladores de engrosar sus ingresos, sobre todo quienes viven en zonas cercanas al Congreso, quienes en muy pocos casos los necesitan en su totalidad.
En Diputados, casi la mitad del cuerpo está en esa situación: 70 provienen de la provincia de Buenos Aires y 25 de Capital Federal. No sólo significa que no necesitan trasladarse en avión –los únicos aeropuertos bonaerenses son los de Mar del Plata y Bahía Blanca-, sino que tampoco lo necesitan hacer sus empleados.
En esos casos todos optan por hacerse de los 15 mil pesos o un monto sensiblemente menor, si utilizan algunos de los pasajes para participar de eventos puntuales. Pero son casos excepcionales.
De hecho, con la escasa actividad parlamentaria del año pasado el canje de pasajes fue un ingreso valorado en todos los despachos. Sin subas salariales considerables, el tema tomó tanta trascendencia en los últimos años que según confiaron a LPO empleados de Diputados es una de batallas burocráticas más intensas que da el bloque oficialista.
La lideraban la cordobesa Patricia Vaca Narvaja, ahora embajadora en México, y hasta el año pasado la mendocina Patricia Fadel, secretaria parlamentaria del bloque. “Siempre venían a apurarnos si no teníamos la plata”, confió un empleado a LPO.
Cuando reunió a los jefes de bloque en diciembre, Julián Domínguez se comprometió a elevar los salarios a 35 mil pesos, para igualarlos a los de los subsecretarios. Y así cumplió con una resolución conjunta firmada con Amado Boudou, en la que fijó los haberes en un 20% por encima de los directores de categoría más alta, que alcanzan los 30 mil.
Algunos diputados creyeron que el beneficio modificaría en que ya se les permite canjeando pasajes pero, según comprobó LPO, hasta ahora no existió una medida en ese sentido. “Sigue todo igual. Sino algunos cambiarían plata”, se sinceró un jefe de bloque ante LPO.
Además, los diputados que residen lejos de la Capital seguirán cobrando un plus por desarraigo, aunque será de 4000 pesos, sensiblemente menor al actual.
En el Senado la situación es similar, aunque los beneficiarios son menos. Cada legislador recibe 20 pasajes aéreos y 20 terrestres y puede cambiar los primeros y la mitad de los segundos, a cambio del mismo monto que en la Cámara vecina.
Pero del actual cuerpo, a sólo cinco senadores les costaría justificar que siempre necesitaron de esos ticket y por lo tanto nunca los convirtieron en dinero.
Son los bonaerenses Aníbal Fernández y María Laura Leguizamón y los porteños Daniel Filmus, Samuel Cabanchik y María Eugenia Estenssoro. Jaime Linares, senador del Gen recién asumido por la provincia de Buenos Aires, es oriundo de Bahía Blanca, situada a más de 700 kilómetros de Capital y con aeropuerto propio.
Él y el resto explicarán siempre que consumen la mayoría de los viajes en sus traslados y el de sus empleados, aunque eso difícilmente ocurra en todos los casos.
Por si fuera poco, cada bloque recibe seis pasajes aéreos y tres terrestres por miembro, un beneficio que, según afirman fuentes del Senado, suele ser usado por algunos titulares de las bancadas para aumentar sus ingresos y los de algunos de sus miembros. Lo extraño es que sólo pueden cambiarlos por dinero los residentes en Capital Federal y la provincia de Buenos Aires. Hasta ahora, nada de esto cambiará.
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