La EPE había anunciado cortes rotativos de dos horas, pero un desperfecto en el distribuidor de Mayoraz dejó a la zona norte sin energía durante siete horas. Los vecinos no pudieron pegar un ojo y los comerciantes perdieron mercadería.
En una recorrida, El Litoral encontró vecinos y comerciantes molestos y cansados de las reiteradas interrupciones de energía. “Cuando abrí el negocio esta mañana, no había luz. Los vecinos me dijeron que el corte empezó a las dos de la madrugada. Tengo lácteos, pollos y helados. ¿Quién me paga todo lo que perdí?”, cuestionó Alejandra Sastre, al frente de una despensa en Diagonal Martínez al 2600. Rosa Salamón, una vecina que hacía las compras, también manifestó su enojo: “No dormí en toda la noche. ¡Fue imposible!”.
El extenso y agobiante corte de anoche se suma a la larga lista de interrupciones de dos y hasta cuatro horas durante las últimas semanas. “Lo de anoche fue terrible. Pero hace dos días nos cortaron desde las 15:30 hasta las 18 y A la noche volvieron a cortar otras dos horas. Hace dos semanas estuvimos hasta cuatro horas sin luz”, recordó la comerciante.
Ante los intentos fallidos por conciliar el sueño y el calor insoportable, Roxana Sallaberry, una vecina de Sargento Cabral, optó por irse a dormir a la casa de una amiga. Otros hicieron frente a la tórrida noche, sentados en la vereda, a la espera de una brisa mitigadora. Muy pocos pudieron descansar.
Comerciantes perjudicados
La carnicería de avenida General Paz y Ángel Cassanello fue uno de los tantos comercios que padeció la falta de energía, anoche y también los días previos. “Tenemos cortes permanentes. Algunos son en el horario en que trabajamos y otros a la noche. Además, hay subas y bajas de tensión de manera constante”, detalló Esteban Cherri. Consultado acerca de los perjuicios, el carnicero señaló: “Si el corte no supera la hora y media, lo podemos manejar, manteniendo cerrada la heladera. Pero si es más extenso, ya nos perjudica la mercadería”.
Otra carnicería damnificada fue la de Salvador del Carril y Alvear. Si bien tuvieron luz durante la noche, empezaron la mañana sin energía eléctrica. “Recién arrancamos a trabajar y cortan la luz. Eso nos mata: no podemos pesar porque la balanza es electrónica, tampoco podemos cortar con la sierra eléctrica. Encima hoy es sábado, el día de mayor movimiento”, se lamentó Marisa Ramírez. Debido a los reiterados cortes, decidieron comprar un grupo electrógeno, aunque consideran que no es la mejor manera de trabajar. “No se puede atender de la misma forma: este equipo hace un ruido insoportable”, comentó la comerciante.
“He tenido cortes de manera reiterada, de dos o tres horas. El 31 de diciembre me cortaron la luz desde las 8:30 de la mañana hasta las 12 del mediodía, con 50 clientes haciendo cola. Así es imposible trabajar”, se quejó Roberto Bogdel, que atiende una fiambrería sobre avenida Facundo Zuviría.
Otros comerciantes también expresaron su disconformidad y preocupación por las constantes interrupciones de energía. Los que venden productos perecederos son los más perjudicados, pero todos se quejaron de las dificultades que conlleva trabajar sin energía eléctrica.
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