“Para poder llegar a destino, lo importante es el camino”, dicen los que saben. Por eso Ahguapas reunió
unos consejos (todos han sido probados, ejem) para que la próxima vez
que estés con tu pareja/novio/amante, le saques el jugo al histeriqueo
previo a la acción. ¡Bon appetit reinas!
Prendele fuego la cabeza (y otras partes) con éstos consejos.
El juego previo es una parte esencial del acto sexual que algunos
hombres y mujeres se saltean por ansiedad o impaciencia. Grave error.
Durante este tiempo, el cuerpo se prepara, los sentidos se despiertan y
los prejuicios se derriten, haciendo que la excitación aumente minuto a
minuto. Si estás medio perdida y querés prolongar el juego previo
(porque sabés que garantiza una buena llegada), prestá atención a los
consejos que Ahguapas reunió para vos. Mensajitos de texto calientes: a lo largo del día,
mandale algunas frases hot a tu muchacho. No es necesario que utilices
un lenguaje muy fuerte o explícito, los ratones de tu hombre volarán
sólo con decirle que te pusiste un nuevo conjunto de ropa interior. Que
no te dé vergüenza, si tu mensaje tiene tinte erótico, seguramente le
encante. Lencería erótica y disfraces: todo hombre tiene
fantasías sexuales, y las más comunes son fácilmente realizables. La
mucamita, la enfermera o la colegiala son las más votadas en las
encuestas que miden los ratones masculinos. Asi que la próxima vez que
andes por el barrio de Once, animate a comprar algún disfraz, encerrate
en el baño, y prepará algún baile sensual. Quizás tu mayor miedo sea que
tu hombre se ría un poco, pero te aseguro que no falla: tu pareja va a
explotar. Los hombres aman el estímulo visual y no sólo él te va
aplaudir, sino que vos te vas a sentir super sexy. Sólo es cuestión de
animarse. Ambientá la habitación como más te guste: poné velas aromáticas, incienso, bajá la luz, música acorde … Todo vale a la hora de prolongar el juego previo.
Besar es una de las mejores maneras para encenderlo.
Incluí elementos nuevos:
si te da pudor, no hace falta que sean juguetes sexuales (aunque si te
animás, son super divertidos), pueden ser cositas como hielo, plumitas,
vendas en los ojos o amarrar las manos con ese pañuelo que siempre
llevás a la oficina. Te vas a sorprender de lo estimulante que puede ser
incluir nuevos elementos, es una manera de sacudir la rutina y ponerle
pimienta al juego previo.
Bésame mucho: ¿te acordás cuando eras adolescente y
te pasabas horas besándote con tu noviecito? ¿Recordás cuánto te
gustaba? Bueno, a repetirlo. Usualmente, no le dedicamos el tiempo
suficiente a besarnos porque sabemos que podemos pasar a “asuntos más
directos”, pero los besos siguen siendo una de las maneras más
provocativas de encender al otro. ¡A rememorar viejas épocas!
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